Sindicatos y Gobierno ratificaron sus posturas sin entrar en discusi¨®n

El debate televisado entre el vicepresidente segundo del Gobierno, Fernando Abril, y los secretarios generales de Comisiones Obreras, Marcelino Camacho, y Uni¨®n General de Trabajadores, Nicol¨¢s Redondo, no respondi¨® al inter¨¦s que hab¨ªa despertado. La falta de un debate vivo y real aprovechando el directo convirti¨® los 64 minutos de emisi¨®n en una sucesi¨®n de reducidos mon¨®logos, en los que cada uno de los participantes pretendi¨® justificar sus propias posturas y decisiones.

El debate lo inici¨® Nicol¨¢s Redondo, quien se?al¨® que la intervenci¨®n en televisi¨®n era tard¨ªa por cuanto ya estaba todo hecho y, por tanto, no ten¨ªa operatividad de ning¨²n tipo. Acus¨® al Gobierno de haber roto las conversaciones, que no negociaciones.Por su parte, Marcelino Camacho, en su exposici¨®n previa, resalt¨® lo tard¨ªo del debate y abord¨® las especiales circunstancias que rodeaban el proceso democr¨¢tico que se estaba viviendo. Se?al¨® que el paro era el principal problema del pa¨ªs y que el Gobierno no se compromet¨ªa a detenerlo, sino a incrementarlo. Termin¨® se?alando la oportunidad de un Gobierno m¨¢s amplio pol¨ªticamente y una mayor participaci¨®n de los traba jadores en las decisiones econ¨®micas.

Por su parte, Fernando Abril destac¨® la necesidad de no abordar temas pol¨ªticos y s¨ª econ¨®micos, y en este sentido se?al¨® que es tarea de un Gobierno no dejar a un pa¨ªs en la indefinici¨®n absoluta en materia econ¨®mica. Rese?¨® que el Gobierno ha intentado por todos los medios el acuerdo, pero que ¨¦ste no hab¨ªa sido posible.

La primera parte del debate se centr¨® casi exclusivamente en el tema de los salarios y en los topes fijados por el Gobierno. La conclusi¨®n v¨¢lida, que vale sacar del debate es que mientras el Gobierno sostiene que los precios van siempre detr¨¢s de los salarios, las centrales sindicales se?alaban que es al contrario. A este respecto, el se?or Abril dijo que el Gobierno hab¨ªa adoptado la postura de controlar los salarios en base a la congelaci¨®n de precios que se iba a producir durante 1979, t¨¦cnica esta que fue aceptada por motivo de los pactos de la Moncloa por Santiago Carrillo y el PSOE. Ante las dudas de los representantes de CCOO y UGT a que se aumentase el poder adquisitivo de los salarios, el vicepresidente puso como ejemplo que lo que en 1978 se pudo comprar por cien pesetas se podr¨ªa comprar en 1979 por 112,5, aumento que se ver¨ªa absorbido por el alza salarial del 13%.

Tanto Marcelino Camacho como Nicol¨¢s Redondo hicieron ver que durante 1978 los trabajadores hab¨ªan aceptado el sacrificio de perder seis puntos en sus poderes adquisitivos, ya que mientras el coste de la vida aument¨® en 1977 en un 26,4%, las rentas salariales hab¨ªan aumentado tan s¨®lo en un 22%. El se?or Redondo puso en duda las previsiones del Gobierno, ya que mientras ¨¦ste se comprometi¨® en los pactos de la Moncloaa, que el paro aumentara en 1978 en s¨®lo 100.000, la realidad es que el desempleo hab¨ªa superado la cota de los 200.000 en ese mismo a?o.

A esto respondi¨® el se?or Abril que lo que no les podr¨ªa caber duda a los trabajadores es que la inflaci¨®n superar¨ªa los l¨ªmites previstos por el Gobierno si se llegaban a firmar los convenios colectivos por encima de los topes salariales marcados por ¨¦l.

Nicol¨¢s Redondo insisti¨® en que nadie se cree las previsiones del Gobierno y en un momento determinado del debate calific¨® la pol¨ªtica del Gobierno como de selectiva y que est¨¢ de acuerdo con la CEOE ?que est¨¢ representada aqu¨ª -dijo- por el se?or Abril Martorell?. Ante esta frase, el rostro del vicepresidente pas¨® de una sonrisa a un rictus de disgusto.

El se?or Abril volvi¨® a insistir en que la propuesta del Gobierno no es otra que la repetici¨®n de la pol¨ªtica aceptada por los partidos pol¨ªticos de izquierda cuando se firmaron los pactos de la Moncloa y que ?la misma seriedad que exist¨ªa entonces para cumplirla existe ahora?. Se?al¨® que no ser¨ªa justo si no reconociese el sacrificio de los trabajadores, al igual que debe reconocer el de los empresarios, muchos de los cuales se han encontrado en una situaci¨®n dif¨ªcil.

Los representantes sindicales insistieron en la necesidad de aumentar los ingresos salariales y en la necesidad de aumentar el n¨²mero de puestos de trabajo. Ante estas demandas, el se?or Abril crey¨® conveniente recordar que los costes son un factor importante que inciden en gran forma en los precios y que los aumentos salariales son una forma de costes que repercuten sobre el incremento del coste de la vida. Sobre el mayor desempleo de 1978, el se?or Abril dijo que el programa para ese a?o era de estabilizaci¨®n, con unas reformas estructurales con poco crecimiento y poco empleo. Sin embargo, el presentado por el Gobierno para 1979 es un programa que prev¨¦ un crecimiento m¨¢s elevado y la creaci¨®n de un mayor n¨²mero de puestos de trabajo.

Pacto previo de condiciones

El resto del debate transcurri¨® con acusaciones, tanto del representante de CCOO como de UGT sobre la imposici¨®n que supon¨ªa la fijaci¨®n de topes salariales, la inexistencia de una pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno, el posible aumento del paro, y otros enunciados, como la firme postura de los sindicatos a incrementar las rentas en un 16%.Intervenciones de tres minutos como m¨¢ximo, la apertura a cargo de Nicol¨¢s Redondo, el cierre de Marcelino Camacho, una mesa rectangular y la disposici¨®n de los cuatro presentes en el debate, uno a cada lado de la mesa, fueron las condiciones previamente pactada ayer antes del debate televisivo que moder¨® el locutor Manuel Almendros.

Estas condiciones fueron convenidas en una reuni¨®n que tuvo lugar a media tarde y a la que asistieron F¨¦lix Gil, por CCOO; Alfredo Arija, por UGT, y Federico Ysart, por UCD. Uno de los puntos m¨¢s, debatidos fue el del presentador. TVE propuso a Manuel Mart¨ªn Ferrand, a lo que se opusieron las centrales. UGT baraj¨® entonces los nombres de Eduardo Sotillos, Ladislao Azcona y Jos¨¦ Luis Balb¨ªn. mientras que CCOO prefer¨ªa un locutor profesional de los telediarios. Al final hubo un acuerdo sobre Manuel Almendros.

En los momentos previos al debate, Fernando Abril coment¨® que se consideraba un buen encajador, por lo cual no hab¨ªa reunido un equipo para prevenir las cuestiones a discutir. Y a?adi¨® que estaba dispuesto a otro encuentro con la CEOE, pero que no quer¨ªa convertirse ?en perejil de todas las salsas?.

Minutos antes de comenzar el debate, desarrollado a trav¨¦s de una unidad m¨®vil situada en el propio paseo de La Habana, los jefes de prensa de la UGT y de Comisiones Obreras exteriorizaron su disgusto por lo que entend¨ªan que era una alteraci¨®n de lo convenido, respecto a la colocaci¨®n de los asistentes en la mesa. Seg¨²n manifes taron a EL PAIS, las centrales sindicales quer¨ªan eludir que se diera una imagen de bloque sindical contra el Gobierno, cosa que a su juicio sucedi¨®, dada la colocaci¨®n de Redondo y Camacho.

Seg¨²n todos los testimonios, la idea de convocar el debate parti¨® del director de Televisi¨®n Espa?ola, Miguel Mart¨ªn, quien a las ocho de la tarde de anteayer telefone¨® al vicepresidente Abril Martorell y le expuso esta iniciativa. Miguel Mart¨ªn se?al¨® a EL PAIS que con este debate se abre una nueva etapa en el tratamiento, por parte de TVE, de los grandes temas que interesan al pa¨ªs. ?Se trata de una iniciativa saludable y a partir de ahora los partidos pol¨ªticos deben pensar que Televisi¨®n Espa?ola les est¨¢ abierta ante este tipo de cuestiones.?