El plan de ordenaci¨®n de sierra Nevada, recurrido por los socialistas
Las razones aducidas por los recurrentes se basan fundamental mente en la posible legitimaci¨®n que las normas aprobadas dar¨ªa a ?las graves actuaciones especulativas llevadas a cabo durante los ¨²ltimos a?os por individuos y sociedades que han incidido negativamente en la conservaci¨®n del t¨¦rmino municipal de Monachil?, as¨ª como en la planimetr¨ªa presentada, insuficiente, seg¨²n el escrito enviado al MOPU, para determinar con la precisi¨®n necesaria los distintos usos de la correspondientes zonas protegidas o urbanizables de la sierra.Por otro lado, a pesar de que todas las rectificaciones introducidas al proyecto ¨®riginal por la Comisi¨®n Provincial de Urbanismo lo han sido dentro de los pla zos legales en el recurso de alzada presentado por los militantes del PSOE se pide al ministro se?or Garrigues que aqu¨¦llas no se den por aprobadas definitivamente y en su lugar vuelva a abrirse un nuevo plazo de exposici¨®n al p¨²blico y su correspondiente per¨ªodo de reclamaci¨®n
Cetursa controla la sierra
Aunque las normas de urbanismo del t¨¦rmino municipal de Monachil fueron en su d¨ªa encargadas por el propio Ayuntamiento de la localidad, para todo el mundo result¨® entonces evidente que al fondo de dicho encargo se encontraba la empresa concesionaria de la explotaci¨®n tur¨ªstica y deportiva de la nieve de sierra Nevada, Cetursa, una sociedad constituida a principios de los a?os sesenta, precisamente para acudir al concurso convocado por el Ayuntamiento de Granada despu¨¦s de que ¨¦ste comprara los terrenos del valle alto del r¨ªo Monachil, por unos tres millones de pesetas, a sus propietarias legales de entonces, las religiosas de la Compa?¨ªa de las Madres Adoratrices.Entre los fundadores de Cetursa figuraban algunos nombres tan relevantes en los ambientes financieros, empresariales ¨¦ incluso jur¨ªdicos granadinos como los Susino, Lachica, Espinosa, Massats y el propio Jim¨¦nez Blanco, actual portavoz del grupo parlamentario de UCD en el Senado. Asimismo, aunque su nombre no figurase en principio entre los fundadores de la sociedad, en Granada no ha dejado de llamar la atenci¨®n el detalle de que quien entonces estaba al frente de la alcald¨ªa y llev¨® a efecto la compra de los terrenos a las monjas, el se?or Sola Rodr¨ªguez-Bol¨ªvar, sea en la actualidad presidente del consejo de administraci¨®n de Cetursa.
En este contexto y alrededor de todo un ?entramado de corruptelas, que pueden afectar a algunos funcionarios p¨²blicos?, es en el que los socialistas granadinos vienen trabajando seriamente desde hace varios meses -con la vista puesta, sin duda, en la pr¨®xima campa?a electoral municipal-, habiendo se?alado ya en reiteradas ocasiones la actuaci¨®n respecto a sierra Nevada del Ayuntamiento de la ciudad y las relaciones existentes entre el Banco de Granada, Cetursa y el senador Antonio Jim¨¦nez Blanco, a quien el PSOE ha tratado de implicar
Ayuntamientos presionados
Seg¨²n el PSOE, Cetursa que controla pr¨¢cticamente los destinos de Sierra Nevada y recibe todos los privilegios de los distintos ministerios para la promoci¨®n del deporte y el turismo, est¨¢ realizando instalaciones de muy alto costo econ¨®mico, que presentan sin embargo deficiencias t¨¦cnicas muy acusadas. En la sierra se han realizado, por otro lado, o se est¨¢n realizando en la actualidad, obras no permitidas por los planes de ordenaci¨®n vigentes, cuyo ejemplo m¨¢s claro puede ser quiz¨¢ el del edificio del Marbella Club, construido sin licencia, en zona r¨²stica no edificable y a la vista de todo el mundo.Asimismo, seg¨²n el PSOE, los respectivos ayuntamientos de Guejarsierra, Monachil, D¨ªlar, Capileira y otros municipios de las faldas de Sierra Nevada, est¨¢n siendo presionados para que ?se hagan o se aprueben planes generales, parciales o normas subsidiarias que beneficiar¨ªan muy espectacularmente a grandes grupos financieros que han comprado extensas ¨¢reas de nuestra sierra?.
Tal es el caso, fundamentalmente, de los Fierro en el valle de San Juan, perteneciente al t¨¦rmino de Gilejar -¨²nico ejemplo, por otra parte, que los socialistas citan una y otra vez en sus repet¨ªdos comunicados de denuncia a la opini¨®n p¨²blica-, de Antonio van de Walle y el marqu¨¦s de Villaverde, en el t¨¦rmino de Monachil, y otros, en su mayor¨ªa extranjeros, en las dem¨¢s zonas. Especialmente significativo resulta, en este sentido, el caso de la creaci¨®n de la sociedad Dornajo, SA, y la compra de los terrenos de la antigua central el¨¦ctrica de Di¨¦char, meses antes de que el Ministerio de Obras P¨²blicas diera luz verde al proyecto de la variante del Dornajo sobre la carretera que sube de Granada a Sol y Nieve, que cruza precisamente dichos terrenos.
Participaci¨®n popular
En esta ocasi¨®n, sin embargo, los firmantes del recurso de alzada contra la reciente aprobaci¨®n de las Nornas Subsidiarias de Monachil no han tenido en cuenta, al parecer, dos detalles que no les eran en absoluto desconocidos y que resultan de especial importancia a la hora de valorar el resultado final del referido planeamiento urban¨ªstico: la personalidad del auror material de las normas, por un lado, y el proceso de gestaci¨®n y redacci¨®n definitiva del proyecto, por el otro.Las Normas Subsidiarias de Monachil est¨¢n firmadas, efectivamente, por el arquitecto Luis Felipe Aparicio, actual presidente del Colegio de Arquitectos de Andaluc¨ªa Oriental y persona de conocido y demostrado talante democr¨¢tico, que ha destacado durante los ¨²ltimos a?os en la lucha ciudadana y profesional contra todo tipo de infracciones, irregularidades y actuaciones ilegales en relaci¨®n con el urbanismo granadino.
Bas¨¢ndose, pues, en la vigente ley del Suelo, y conociendo la fuerte implantaci¨®n de los partidos democr¨¢ticos en la localidad de Monachil -donde en las elecciones de junio del 77 quedaron empatados en cabeza UCD y PCE, seguidos a poco m¨¢s de cien votos de diferencia por el PSOE-, el se?or Aparicio condicion¨® la aceptaci¨®n del encargo del Ayuntamiento de Monachil a la puesta en pr¨¢ctica, por primera vez en la provincia de Granada, de un proceso verdaderamente democr¨¢tico en la confecci¨®n y redacci¨®n de las normas, basado en una efectiva participaci¨®n popular por parte de la comunidad interesada y afectada por las mismas, lo que fue aceptado por la Corporaci¨®n municipal y con cuyo fin fueron inmediatamente invitados todos los partidos pol¨ªticos y asociaciones de vecinos de la localidad.
En este sentido, seg¨²n declar¨® a EL PAIS el propio Luis Felipe Aparicio, desde noviembre del pasado a?o y durante seis meses, pr¨¢cticamente todos losjueves, se hicieron reuniones -a las que, generalmente, acudieron representantes de la Agrupaci¨®n Local del PSOE en Monachil- y se discutieron de forma democr¨¢tica las bases de las normas con las que todo el mundo pareci¨® estar de acuerdo en el momento de su redacci¨®n definitiva.
En cuanto al planeamiento urbano y la explotaci¨®n de los recursos naturales de la sierra en las normas aprobadas por la Comisi¨®n Provincial de Urbanismo, se indica con claridad el inter¨¦s de que sea el propio Ayuntamiento quien lleve a cabo dicha explotaci¨®n.
El recurso de alzada presentado ante el MOPU resulta, de esta manera, un procedimiento claramente dilatorio para la aprobaci¨®n de las citadas normas, seg¨²n informaron a EL PAIS juristas presentes durante nuestra entrevista con el se?or Aparicio, puesto que ?no hay razones de fondo que justifiquen la pretensi¨®n aducida por el PSOE de sacar nuevamente el proyecto a informaci¨®n p¨²blica?
?La pretensi¨®n de los firmantes del recurso -termin¨® diciendo diciendo Luis Felipe Aparicio- no es en absoluto justificable m¨¢s que por el deseo de un mayor control en la explotaci¨®n de la nieve y dem¨¢s recursos naturales de la sierra por el propio Municipio y en beneficio de la econom¨ªa del pueblo de Monachil, lo que precisamente se ha tenido en cuenta tanto en la redacci¨®n como en el fondo de las normas subsidiarias por mi firmadas.?
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