Alicante tambi¨¦n sufre al SOE

El caso ha ocurrido recientemente en un pueblo alicantino. Una se?ora de edad se pone s¨²bita mente enferma. Cuatro m¨¦dicos -?nada menos que cuatro m¨¦dicos, uno de ellos cardi¨®logo!- confirman la gravedad. La enferma es trasladada en ambulancia a la residencia de la Seguridad Social en Alicante. All¨ª, dos m¨¦dicos le ?echan un vistazo?. Nada de explorarla con ?fonendo?. Nada de comprobar la tensi¨®n. Nada de investigarla por palpaci¨®n. Simplemente eso, un vistazo a la cara y pare usted de contar. Y tras esto, el criterio -?maravilloso! - de los dos m¨¦dicos: que la gravedad es un cuento. Consecuencia: remiten a la paciente a su domicilio sin, ni siquiera, tratamiento sintom¨¢tico. Al. d¨ªa siguiente un familiar de la enferma logra ingresarla en el Hospital Provincial del mismo Alicante. Y tras las exploraciones cl¨ªnicas, radiogr¨¢ficas, electrocardiogr¨¢ficas y anal¨ªticas correspondientes, que se efect¨²an con la mayor rapidez, el diagn¨®stico: infarto de miocardio, signos de obstrucci¨®n intestinal, anemia aguda, colelitiasis, hiperazoemia, etc¨¦tera. El pron¨®stico, por tanto, es de ?muy grave?, dado, adem¨¢s, que la paciente ha cumplido ya 82 a?os.En la actualidad, la enferma, que es mi madre, afortunadamente vive, gracias a los cuidados del cuadro m¨¦dico del Hospital Provincial.

Por lo visto, casos como ¨¦ste se dan con frecuencia en la llamada (?sarc¨¢sticamente?) Seguridad Social. Considero oportuna una sugerencia al cuadro m¨¦dico de la residencia del 90E de Alicante, mejor dicho a los dos m¨¦dicos que atendieron -??- a mi madre: ?por qu¨¦ no van todos los d¨ªas durante seis a?os, como m¨ªnimo, al Hospital Provincial a aprender medicina interna o medicina de urgencia y, adem¨¢s, deontolog¨ªa profesional?