La enfermedad de Turqu¨ªa
HACE DECENAS de a?os se dec¨ªa de Turqu¨ªa, en el franc¨¦s diplom¨¢tico de la ¨¦poca, que era ?I'homme malade de l'Europe?. No se ha curado. La enferm¨¦dad que ha provocado los disturbios y las matanzas de la ¨²ltima semana del a?o no tiene m¨¢s fondo que el econ¨®mico: la pobreza, el subdesarrollo. Aunque tenga un revestimiento religioso -las divisiones musulmanas de chiitas, alvitas, sunitas- el problema es la existencia de millones de personas en condiciones por debajo de los m¨ªnimos de la subsistencia. El Gobierno prodemocr¨¢tico de Bulent Ecevit ha pedido ayuda urgente a la Comunidad Econ¨®mica Europea y a la OTAN. Se dice que estos organismos han presionado para que, a cambio de una posible ayuda -que recomiendan que se haga por acuerdos bilaterales con pa¨ªses miembros-, Turqu¨ªa deje de oponerse al ingreso de Grecia en la Comunidad -Grecia forma parte del grupo de naciones aspirantes con democracia reciente, con Portugal y Espa?a- y retire parte de los 25.000 soldados que tiene en Chipre. La respuesta de la OTAN al -requerimiento de Turqu¨ªa -el cual se basa en el art¨ªculo segundo del Tratado del Atl¨¢ntico Norte, que prev¨¦ la colaboraci¨®n econ¨®mica entre los miembros, con el fin de ?evitar conflictos?- ha sido la promesa de creaci¨®n de un comit¨¦. La urgencia de la situaci¨®n turca no aguantar¨¢ f¨¢cilmente esa espera.Los disturbios que han causado cerca de cien muertos -no por combates, sino en una matanza simple y directa de los habitantes de una aldea- se atribuyen a organizaciones de ?extrema derecha?. El tema es simple: los obreros agr¨ªcolas aumentan sus peticiones, apurados por lo que estiman que es un restablecimiento de la democracia, y amenazan con huelgas y paros; los patronos denuncian la propagaci¨®n de ideas que consideran izquierdistas y contratan asesinos para contener las peticiones por el terror. Sumando estos muertos a otros habidos en el curso de 1978, la cifra se aproxima, en poco m¨¢s o poco menos, al millar.
Ecevit ha respondido con la proclamaci¨®n del estado de sitio en trece provincias y la primera acci¨®n ha sido el env¨ªo de paracaidistas. En la asamblea ha habido un debate dram¨¢tico sobre el tema: los dem¨®cratas creen que esta entrega temporal del poder a los militares no mejorar¨¢ la condici¨®n de las poblaciones rurales y, en cambio, puede prorrogarse mucho m¨¢s all¨¢ de los dos meses previstos. Alegan casos anteriores en los cuales el estado de urgencia ha producido m¨¢s v¨ªctimas entre los protegidos progresistas que entre los agresores supuestos. Turqu¨ªa sali¨® de una larga y dif¨ªcil dictadura, la del man¨ªaco Menderes -que termin¨® ahorcado-, para entrar en una situaci¨®n militar; cuando el Gobierno se devolvi¨® a los civiles, el Ej¨¦rcito sigui¨® ejerciendo una tutela y una direccion pol¨ªtica en la sombra. Las izquierdas temen que esta sea una ocasi¨®n para el tegreso de los militares y el final de la d¨¦bil democracia iniciada.
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