Los errores del Castilla facilitaron el triunfo del Betis
El Betis afianz¨® de forma s¨®lida su liderato al aprovechar en Chamart¨ªn los regalos que le concedi¨® graciosamente la zaga del Castilla. El equipo b¨¦tico se mostr¨®, primero, oportunista y con hechuras de superior categor¨ªa, y conservador, despu¨¦s, tras llegar al descanso con la amplia brecha de tres goles. El filial blanco acus¨® gravemente inexperiencia y p¨¢nico en la primera mitad, y falta de fortuna en los momentos cruciales de la segunda.En l¨ªneas generales, el partido, quelab¨ªa despertado gran inter¨¦s, defraud¨® casi por completo. El miedo a perder sigue siendo t¨®nica imperante y ello se puso de manifiesto en el duelo de gallitos de Segunda una vez m¨¢s. El castilla pec¨® de adoptar una t¨¢ctica medrosa, de p¨¢nico al nombre de su rival, que le cost¨® caro. Regalos al margen, tres goles. El Betis, que se conform¨® con este resultado, se ech¨® atr¨¢s de forma descarada tras el descanso, tan exagerada como peligrosamente, y esto a punto estuvo de echar por tierra hasta su amplia ventaja.
Lo curioso es que Santisteban, el preparador del filial madridista, es hombre que, hasta el domingo, se sal¨ªa de la t¨®nica general de conservadurismo imperante. Lo ha demostrado a lo largo de su trayectoria al frente de los ?futuribles? blancos. Esta vez no fue as¨ª. Se equivoc¨® de salida al plantear un partido con esquema riguroso de marcaje en la media, donde situ¨® a Blanco con Alabanda, a Gallego con Ortega y a Casimiro como lapa de Carde?osa. A esta l¨ªnea habitual sum¨® a Castro, con el nueve a la espalda, dejando s¨®lo en punta a Roales y Pozo. Buscaba, sin duda, libertad de movimientos para el te¨®rico delantero centro. Sin embargo, Garc¨ªa Traid contrarrest¨® esta acci¨®n de pizarra situando a Benitez -buen jugador en cualquier posici¨®n- encima de Castro, anulando as¨ª el previsible engarce entre la l¨ªnea media y la menguada vanguardia local, aburridos, adem¨¢s, Roales y Pozo tanto por su soledad corno por el excelente marcaje de Killer y Biosca.
El Betis jug¨® as¨ª con m¨¢s ambici¨®n ofensiva. Megido, Hugo Cabezas y Gordillo obligaban a permanecer atentos a los cuatro defensas madridistas. Y el mayor peso espec¨ªfico del equipo andaluz se dej¨® sentir pronto. Blanco tuvo una clara ocasi¨®n que no pudo aprovechar, pero a rengl¨®n seguido llegaron los regalos monumentales de la defensa local que propiciaron los goles b¨¦ticos. Gordillo, adem¨¢s, situado de extremo, aunque arrancando desde medio campo, sentaba una y otra vez al rubio P¨¦rez Garc¨ªa, que a¨²n debe estar busc¨¢ndole. El Betis demostr¨® entonces su indudable categor¨ªa.
Santisteban hubo de variar posiciones en la segunda parte. Dej¨® en la caseta a Pozo y sac¨® a Pascual, permut¨® -resultaba obligado- el marcaje de sus laterales, con lo que Cort¨¦s fren¨® -penalti aparte- a Gordillo, y P¨¦rez Glarc¨ªa se vio libre de problemas ante un ap¨¢tico Megido que nunca los busc¨®, pero sigui¨® sin jugarse la baza de tres puntas. Blanco y Gallego comenzaron a mover al equipo y encerraron al Betis en su parcela, amparado tambi¨¦n este dominio en el absoluto conformismo verdiblanco. El Betis se ali¨® en los momentos cruciales con la fortuna en dos remates de Gallego y Bernal a los postes, pero acab¨® el choque con un solo gol encajado y logrando un triunfo acaso decisivo para su ?cantado? ascenso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.