La excesiva decencia de un viejo indecente
?Stirkoff, es usted un cobarde.Por supuesto, se?or.
?Cu¨¢l es su definici¨®n de un cobarde?
Un hombre que se lo pensar¨ªa dos veces antes de enfrentarse a un le¨®n con las manos vac¨ªas.
?Y cu¨¢l es su definici¨®n de un valiente?
Un hombre que no sabe lo que es un le¨®n.
Todos los hombres saben lo que es un le¨®n.
Todos los hombres suponen que lo saben.?
Charles Bukowski, ?Escritos...,
La editorial Anagrama presenta ahora a los lectores espa?oles su tercera entrega de textos de Charles Bukowski, sin duda, uno de los grandes budas del underground norteamericano. Tras la edici¨®n de Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones y La m¨¢quina de follar llega ahora esta recopilaci¨®n de art¨ªculos publicados por su autor en la revista independiente Open City, de t¨ªtulo tan atractivo para los estructuralistas de contrasolapa.
Escritos de un viejo indecente, de Charles Bukowski
Colecci¨®n ?Contrase?as?. Editorial Anagrama. 213 p¨¢ginas. Barcelona, 1978.
Con traducciones discretas -suponemos que verter al castellano el Slang de Bukowski exige un conocimiento de la lengua y, del argot macarra harto dif¨ªcil- la editorial Anagrama silencia el orden cronol¨®gico de la publicaci¨®n originaria de los textos recopilados. Un dato que se echa en falta a la hora de valorar en todas sus dimensiones la obra de Bukowski, obra que me parece, sin lugar a dudas, una de las m¨¢s atractivas de cuantas se han dado a conocer en las ¨²ltimas d¨¦cadas en esto que llamamos Espa?a.
En este tercer volumen sorprende, en primer lugar, el abundante n¨²mero de textos dedicados a criticar y analizar las instituciones sociales vigentes. Bukowski dedica buena parte de sus energ¨ªas a lo que puede ser denominado como ?corpus moral? de s¨ª mismo. Psiquiatr¨ªa y psiquiatras. patria. guerra. clase pol¨ªtica, preferencias culturales y un amplio etc¨¦tera sirven al autor para reflexionar sobre el ahora Y. al hacerlo. mostrar buena parte de s¨ª mismo. Quiz¨¢ todo este aparato moral, muy decente por otra parte. pese al t¨ªtulo de la recopilaci¨®n. sea lo menos sugerente del libro. Afirmar. como ¨¦l lo hace, que ?para aprender no leas a Carlos Marx. Es mierda ya muy seca. Aprende. por favor. el esp¨ªritu. Marx es s¨®lo tanques cruzando Praga. No te dejes cazar as¨ª, por favor. En primer lugar lee a C¨¦line. El mejor escritor en 2.000 a?os. Incluye, por supuesto, El extranjero, de Camus. Crimen y castigo. Los hermanos. Kafka entero...?. es coincidir con gente tan dispar, en lo que se refiere a vida y obra. como Juan Carlos Onetti (v¨¦ase el suplemento de Arte y Pensamiento, de EL PAIS, de 31 de diciembre de 1978) o Gonzalo Torrente Ballester, que tambi¨¦n considera a C¨¦line corno uno de los escritores m¨¢s atractivos de los del presente siglo. Bukowski. Onetti y Torrente Ballester poseen conceptos sobre la vida y el inundo, pr¨¢cticamente antag¨®nicos sin embargo, coinciden en sus gustos literarios. sobradamente cualificados. Pues bien, ello quiere decir que el Bukowski moral es mucho menos original y vitalista que el Bukowski escritor. Le gusta C¨¦line, pero lo que importa es que asimila sus lecturas de una manera peculiar. Rechaza a los psiquiatras -como mucha m¨¢s gente, cabr¨ªa a?adir- pero lo que importa es que narre esos espl¨¦ndidos relatos sobre hospitales psiqui¨¢tricos. Es decir, al lector -supongo- le interesa mucho m¨¢s el Bukowski recreador que el analista. De ah¨ª, quiz¨¢, que en estos Escritos... se agradezca mucho m¨¢s el relato del coito entre el autor y, una puta de 120 kilos de peso (por supuesto rompieron las cuatro patas de la cama), que las diatribas del escritor sobre la mediocridad de los pol¨ªticos. Analizar los fallos del sistema exige una cierta lucidez mental y un esquema civilizado de valores. Crear los mejores relatos cortos que se escriben en la actualidad exige una sensibilidad muy especial y un dominio del lenguaje, algo muy infrecuente.
La proclividad moral del periodismo
Se puede alegar que el libro rese?ado es una recopilaci¨®n de colaboraciones period¨ªsticas, g¨¦nero en el que, al parecer, la proclividad hacia los an¨¢lisis morales se incrementa, pero tambi¨¦n es verdad que Bukowski es capaz de afirmar que ?la diferencia entre Arte y Vida es que el Arte es rn¨¢s soportable?. Creer esta afirmaci¨®n e insistir en la denuncia de las contradicciones del sistema, las cuales han demostrado ya su perdurabilidad al margen de los reg¨ªmenes pol¨ªticos, es dejar una puerta abierta a la esperanza redentorista. Algo muy dif¨ªcil de encajar en quien ha demostrado poseer una magn¨ªfica sensibilidad creativa y un profundo conocimiento del hombre.
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