Sobre los expulsados del Ej¨¦rcito

He le¨ªdo recientemente la noticia publicada en la prensa sobre una proposici¨®n de ley del Grupo Progresistas y Socialistas del Senado, de la que podr¨ªa desprenderse -si se aprobase por quien corresponda- la reincorporaci¨®n al Ej¨¦rcito de los jefes y oficiales dela autodisuelta UMD.La publicaci¨®n en el BOE d¨¦ la Constituci¨®n, la aprobaci¨®n por el Congreso y el Senado de las Reales Ordenanzas Militares, la puesta en marcha de la reforma del C¨®digo de Justicia Militar, etc¨¦tera, son condiciones objetivas ¨®ptimas para tomar en consideraci¨®n la citada proposici¨®n de ley. El nuevo marco jur¨ªdico de una reci¨¦n estrenada Espa?a democr¨¢tica. y el comienzo de un nuevo a?o pleno de esperanzas y realizaciones pol¨ªticas son un buen augurio para muchos -creo yo- de los que formamos parte de la FAS. Y digo ?formamos parte?, porque el art¨ªculo 186 de las citadas Ordenanzas me permite ya -si no por ley todav¨ªa, s¨ª afectivamente- sentirme integrada en ellas. La citada proposici¨®n de ley nos produce alegr¨ªa a muchos y es una garant¨ªa m¨¢s de esa democracia real -no s¨®lo oficial- a la que aspiramos.

He sido compa?era de trabajo de algunos de estos oficiales y he tenido ocasi¨®n de comprobar y valorar su profunda vocaci¨®n militar y aprender de su alto concepto del companerismo y de la disciplina. Por eso supe acoger con respeto y silencio la decisi¨®n de la sentencia en su momento. Por eso tambi¨¦n hoy, ante una iniciativa con todas las garant¨ªas legales, quiero manifestar mi alegr¨ªa. Y decir p¨²blicamente que en este primero de a?o he brindado por esas admirables mujeres -May, Isabel, Carmen, Antonia...-, ejemplos de fortaleza y amor, con la esperanza puesta -si llegara a hacerse realidad- en ese otro d¨ªa en que ese brindis pueda transformarse en un cordial ?Bienvenidos!

Sin embargo, la gran familia militar, como muchas, est¨¢ atravesando momentos dif¨ªciles y contradictorios. El dolor que nos llena hoy es de todos conocido y compartido. Quiero dar cauce a mi dolor personal en dos direcciones: dando mi confianza al ministro de Defensa, teniente general Guti¨¦rrez Mellado, y guardando ese simb¨®lico ?minuto de silencio? -m¨¢ximo exponente de aut¨¦ntico dolor- con esa emoci¨®n que siempre o¨ª el ?toque de oraci¨®n?, en recuerdo de todos los ca¨ªdos por una Espa?a mejor.

(Dama auxiliar de Sanidad Militar)