El sha posee una, de las mayores fortunas del mundo
El sha puede perder su trono en Ir¨¢n, pero el dolor del exilio, si es que alg¨²n d¨ªa llega, va a ser pr¨¢cticamente m¨ªnimo, gracias a la fortuna fabulosa de que dispone, considerada una de las mayores del mundo.
La dinast¨ªa de los Pahlevi fue fundada hace tan s¨®lo 53 a?os por el padre del actual sha, un analfabeto hasta sus treinta a?os que, sin embargo, supo hacerse en muy pocos a?os con un imperio no s¨®lo de poder, sino de dinero.Hoy d¨ªa, la fortuna personal del sha, Moharrimad Reza Pahlevi, puede compararse tan s¨®lo a los Sauds, de Arabia Saudita, o a la familia que dirige Kuwait, la Al-Sabah.
Seg¨²n banqueros extranjeros, la fortuna personal del sha puede calcularse en m¨¢s de mil millones de d¨®lares, de los que una parte sustancial se encuentra ?a buen recaudo? en Suiza y Estados Unidos desde hace dos a?os.
Pero muchos banqueros, agentes de bolsa o agentes inmobilianos estiman que los mil millones de d¨®lares del sha son tan s¨®lo la parte visible de un gran imperio de propiedades, acciones, intereses, etc¨¦tera, cuyo monto real es imposible de determinar, dada la multiplicidad de actividades y ?corazas? que rodean el imperio.
El padre del actual sha fue quien, en primer lugar, inici¨® la ?sana costumbre? de adquirir tierras y propiedades gracias a las facilidades que obten¨ªa mediante el uso de su extenso poder pol¨ªtico. Luego, otros miembros de la familia real prosiguieron la costumbre, no s¨®lo- en Ir¨¢n, sino en otras naciones ?m¨¢s? estables.
En 1958, fue el propio sha Mohammad Reza Pahlevi quien se encarg¨® de ampliar sus intereses con otras inversiones m¨¢s rentables, tales como factor¨ªas, acciones, bancos y negocios varios.
Para ello utiliz¨® un sistema muy extendido entre grandes familias de dictadores e importantes financieros: la creaci¨®n de una fundaci¨®n que, llevando su nombre, se encargaba de desplumar a los contribuyentes e ilusos m¨¢s resabiados.
El pasado martes, al menos formalmente, el sha orden¨® a los miembros de su familia que donasen todas sus propiedades a la fundaci¨®n, en un intento de alejar las fuertes cr¨ªticas sobre la malversaci¨®n de fondos generalizada y la corrupci¨®n existente durante su mandato.
Pero todo fue un truco, dicen sus cr¨ªticos. El monarca, como todos los de su clase, sigue controlando esta fundaci¨®n, que no puede transferir fondos de ning¨²n tipo sin su consentimiento. Es decir, el dominio de sus fondos sigue siendo total, con o sin fundaci¨®n.
Para evitar m¨¢s cr¨ªticas, el sha public¨® el pasado septiembre un decreto que prohib¨ªa a los miembros de su familia el poseer negocios o intereses que estuvieran en relaci¨®n directa con los asuntos del Gobierno.
La procedencia de los fondos de la familia Pahlevi es dif¨ªcil de determinar, pero se puede afirmar que, en parte, viene directamente del presupuesto nacional del Estado iran¨ª. Cada a?o, por ejemplo, el presupuesto del Estado establece una cantidad determinada para el uso ?personal? de la ?m¨¢xima autoridad del Estado?. El pasado a?o ¨¦sta se elev¨® a 47 millones de d¨®lares, que multiplicada por los que ha permanecido en el poder puede dar una idea de lo que se trata.
Luego viene el dinero de la emperatriz, de las joyas y otros negocios, que son de dificil precisi¨®n. M¨¢s las acciones de la General Motors, los intereses en los hoteles en las compa?¨ªas petrol¨ªferas, etc¨¦tera.
La lista de propiedades del sha incluye intereses en diecisiete bancos y compa?¨ªas de seguros, veinticinco empresas metal¨²rgicas, ocho empresas mineras, 45 compa?¨ªas de construcci¨®n, ocho de materiales de construcci¨®n, 43 alimentarias, veintis¨¦is de comercio y exportaci¨®n-importaci¨®n, m¨¢s una parte en todos los hoteles de Teher¨¢n. Tiene tambi¨¦n un 25 % de la Krupp Steel alemana y m¨¢s de 2.000 millones de d¨®lares que controla en otras empresas.
Seg¨²n ciertos cr¨ªticos del sha, su claro deseo de controlar cada vez m¨¢s propiedades puede deberse a varias razones, aunque algunos, se inclinan por la m¨¢s simple. Al poseer tantos intereses, el sha puede f¨¢cilmente ?premiar? a sus subordinados y seguidores que, con puestos en las empresas que controlan, defienden al sha, precisamente por depender de ¨¦l.
En cualquier caso, es dif¨ªcil precisar con exactitud hasta d¨®nde llega la fortuna del sha. Un periodista brit¨¢nico, Robert Graham, ha publicado recientemente un libro sobre el tema, en el que se asegura sin ning¨²n recato que la fortuna completa del sha superar¨ªa los 2.000 ¨® 3.000 millones de d¨®lares, siendo una de las m¨¢s grandes del mundo.
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