Exposici¨®n de libros de Manuel Aza?a
Inaugurada ayer en una librer¨ªa de Madrid
En la librer¨ªa ¨ªnsula, de Madrid, se inaugur¨® ayer una exposici¨®n de libros de Manuel Aza?a, presidente de la II Rep¨²blica espa?ola, que recoge su dedicaci¨®n a la pol¨ªtica y a la literatura. La exposici¨®n permanecer¨¢ abierta hasta el pr¨®ximo 14 de febrero y en la misma se presentan primeras ediciones de sus libros y otras modernas, as¨ª como una selecci¨®n de libros sobre su entorno cultural e hist¨®rico. El historiador Manuel Tu?¨®n de Lara envi¨® unas cuartillas, al ser imposible su asistencia personal, que fueron le¨ªdas en el acto de presentaci¨®n.
El texto del profesor Tu?¨®n de Lara comienza con una referencia a la personalidad de Aza?a, cuya figura ?es ineludible en cuanto se quiere penetrar en el dominio de la cultura espa?ola del siglo XX, en el del Estado, en el del pensamiento pol¨ªtico, en el literario y del buen decir y escribir de la lengua castellana. Pasar¨¢ el tiempo y, cuando nada quede en la memoria colectiva de los pigmeos que concentraron su odio cainita contra Aza?a, la personalidad se?era de don Manuel seguir¨¢ emergiendo, con unas pocas m¨¢s, como insoslayable punto de referencia, moj¨®n valioso del pensamiento y del quehacer hispanos de los tiempos que llamamos contempor¨¢neos?.A continuaci¨®n, evoc¨® la obra ?de quien con tanta lucidez reflexion¨® sobre Espa?a?. ?Reflexi¨®n, la de Aza?a, iniciada muy pronto, sin alharacas, sin rizar el rizo de la feria de las vanidades intelectuales, elaborada lenta y s¨®lidamente. Por eso, desde las columnas de La Pluma (1920-1923) y de Espa?a en su ¨²ltima etapa (1923-1924), que ambas dirige, es capaz Aza?a de asombrar por la madurez de su juicio y la audacia de sus planteamientos a quienes no hab¨ªan reparado en el itinerario intelectual seguido por el secretario del Ateneo desde 1913, miembro de la Liga de Educaci¨®n Pol¨ªtica desde su fundaci¨®n, el apasionado por la experiencia que significan Francia y lo franc¨¦s en la historia de la humanidad. Casi s¨²bitamente, he aqu¨ª al hombre, entrado en liza en lo que Marichal ha llamado grupo generacional de 1914, capaz de repensar, de pasar por el tamiz de la racionalidad la experiencia y la obra de quienes le han precedido en la aventura intelectual espa?ola desde el ¨²ltimo tercio del siglo XIX hasta el nuestro,?
Util intelectual
El profesor Tu?¨®n de Lara defini¨® a Aza?a como ?un ¨²til intelectual que debe rnanejar todo aquel que pretenda avistar los rasgos de nuestra cultura contempor¨¢nea?. Ni facilidades ni escapatorias, ni aristocratismo ni demagogia. Aza?a, que nunca halag¨® a lo que suele llamarse masas, supo tambi¨¦n que no se pod¨ªa hacer pol¨ªtica ni historia sin contar con ellas. como algo m¨¢s importante, mucho m¨¢s, que mesnadas d¨®ciles a la voz del mentor que desciende del Olimpo. Aza?a dice que hay que ?apelar a este sentimiento profundo de la dignidad y del poder¨ªo espiritual del pueblo espa?ol?. Nos dice que hay que hacer la pol¨ªtica con las muchedumbres, que hay que organizarlas, lo cual no quiere decir encuadrarlas, enregimentarlas, para que manden en ellas los comit¨¦s, sino que tenemos que ?suscitar y descubrir en todos el pensamiento com¨²n, en saber qu¨¦ es lo que queremos hacer todos juntos y en poner en com¨²n los medios de lograr lo que queramos?.? Manuel Aza?a -a?adi¨®-, a cuya vida intelectual nos acercamos en esta exposici¨®n, fue un hombre del esp¨ªritu, del intelecto, que en su esfuerzo de querer racionalizar el Estado y el ejercicio de la pol¨ªtica, entreg¨® su quehacer, su vivir y su morir a la patria. Y cuando ya el cainismo amenazaba con arrasar en sangre y l¨¢grimas a conciencias y hogares espa?oles por largos decenios, tuvo la fuerza moral de dirigirse a todos, a los de un lado y otro de las trincheras, para decirles: ?En una guerra civil no se triunfa contra un contrario, aunque ¨¦ste sea un delincuente. El exterminio del adversario es imposible.?
Termin¨® el escrito pidiendo un mejor conocimiento y difusi¨®n del legado de Aza?a, ?a quien la tragedia de Espa?a le parti¨® el coraz¨®n?. ?No s¨®lo los espa?oles tenemos que seguir viviendo juntos, sino vivir respet¨¢ndonos unos a otros, como lo quiso Aza?a, como dio ejemplo personal de ello aun colocado en las m¨¢s tr¨¢gicas circunstancias. ?
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.