El Madrid sin fuerza es un equipo vulgar
El Madrid obtuvo su tercer empate en una semana y dio ante el Sevilla la peor impresi¨®n de los ¨²ltimos tiempos. Parte por su propia impotencia y parte por la superior entidad del equipo andaluz en relaci¨®n a Rayo y Atl¨¦tico, el l¨ªder cedi¨® un punto justamente. El mayor orden sevillista, con marcajes cuidadosos, pero con flexibilidad suficiente para desplegarse al ataque, pusieron otra vez de manifiesto la orfandad de ideas madridista. Menos mal que el cuadro de Carriega, quiz¨¢ por acusar las bajas de Scotta y Bertoni, no puso demasiado empe?o atacante, porque si no la victoria habr¨ªa sido suya. Si ante el Rayo o el Atl¨¦tico el equipo de Molowny demostr¨® al menos capacidad de reacci¨®n dentro de su conformismo, anteayer ni siquiera las fuerzas le respondieron. Y el Madrid sin fuerzas -Stielike estuvo mal- es un equipo vulgar, pues no est¨¢ sobrado de ideas.Lo curioso del empate logrado por el Sevilla en Chamart¨ªn fue que Carriega, su entrenador, no necesit¨® siquiera recurrir a su ¨²ltimo cartucho, Scotta, y tampoco ech¨® de menos a Bertoni -al menos para empatar-, las dos bajas importantes de su ataque. Scotta empez¨® a calentarse a los diez minutos de la segunda parte, pues media hora, pese a su poco entrenamiento por su lesi¨®n, s¨ª pod¨ªa resistir y quiz¨¢ lograr alguno de sus cl¨¢sicos disparos. Pero los sucesivos errores madridistas en esos momentos, culminados con el gol del empate de un Rubio completamente solo en el ¨¢rea de Miguel Angel, cambiaron los planes de Carriega. La lesi¨®n del defensa libre, Alvarez, adem¨¢s, le oblig¨® a sacar a Gerolami, otro central, para encargarse de Santillana, puesto que Gallego -a quien se le notan los a?os- hab¨ªa dejado demasiado libre anteriormente. El Sevilla lo tuvo as¨ª todo de cara a partir de ese momento. Jug¨® mejor que en la primera parte y no tuvo excesivos problemas.
El Madrid, que hab¨ªa tenido a los cinco minutos de la segunda mitad otra espl¨¦ndida ocasi¨®n de gol, tras magn¨ªfica jugada de. Sol y no menos estupendo cabezazo de Santillana, parecido al del gol, pero que esta vez par¨® espectacularmente Gustavo Fern¨¢ndez, s¨®lo repiti¨® oportunidades claras dos veces m¨¢s hasta el final del partido. En realidad, bien poco para merecer ya la victoria. Roberto Mart¨ªnez tir¨® una vez demasiado cruzado, rozando el poste derecho y cabece¨® demasiado alto, en la mejor ocasi¨®n, a centro perfecto, tambi¨¦n de cabeza, de Del Bosque. Contra reloj, y cansado, tampoco era momento para una empresa tan complicada, como doblegar a un inc¨®modo y dif¨ªcil rival.
El Sevilla, seg¨²n la habitual habilidad del gran estratega gallego que es Carriega, termin¨® por volver loco al l¨ªder, aunque sin profundidad. El empate era su meta y por eso s¨®lo el gol de Santillana trastoc¨® sus planes. El 4-4-2 con que mand¨® formar a sus hombres fue f¨¦rreo, pero no por su estatismo, sino por el sacrificio de todos ellos en los marcajes (no les dej¨® jugar con comodidad ni armar sus ataques) y tambi¨¦n por el continuo intercambio de posiciones al desplegarse, que mejor¨®, incluso, con el transcurso del partido. Hasta Montero y S¨¢nchez Barrios, ¨²nicos hombres avanzados. bajaron a cubrir huecos. En el centro del campo Blanco y Juan Carlos -m¨¢s atrasado el primero- sostuvieron a Wolf y Del Bosque, en un emparejamiento tambi¨¦n ventajoso para los andaluces, pues el primero atrajo a un Wolf menos atacante a un sitio inc¨®modo delante, mientras Juan Carlos, m¨¢s adelantado, sujet¨® a Del Bosque hacia la defensa, impidi¨¦ndole crear alegremente el ataque. San Josel qued¨® otra vez sin hombre a quien marcar en su banda, pues Yiyi y Varela fueron tambi¨¦n centrocampistas y como jugaron por sitios distintos, el madridista tuvo m¨¢s preocupaci¨®n en buscarlos por todas partes que en seir la clave de su equipo al ataque, cosa que nunca es. El que si result¨® clave en el Sevilla fue Rubio, como siempre, pues canaliz¨® todo el juego de su equipo, sin que Stielike, muy mal esta vez, pudiera con ¨¦l.
La suerte para el Sevilla fue que el Madrid, sin Juanito en ataque es mucho menos peligroso y, menos mal que le sali¨® a Roberto una jugada elemental de extremo, de esas que, mientras no se demuestre lo contrario, son, con un buen centro, m¨¢s de medio gol. El juego apelotonado en el medio campo volvi¨® a predominar y el Madrid no supo aprovechar la mediocridad del guardameta sevillista por alto, pues sus, fallos en la recogida del bal¨®n fueron continuos. S¨®lo tres uno de ellos Santillana pudo marcar, en el minuto veintid¨®s, pero tir¨® por encima del larguero. El resto de la defensa del Sevilla se bast¨® para controlar a un rival embarullado en su delantera -Jensen, adem¨¢s, individualista- y que, sin apoyo del centro del campo, se lo puso todo f¨¢cil. Si el cuadro de Carriega llega a contar en su ataque con Scotta -dejando aparte al discutible Bertoni- los peque?os peligros y sustos con sordina para el l¨ªder hubiesen sido sonados. Tanto que el triunfo no se le habr¨ªa escapado al Sevilla.
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