Los nuevos monstruos de la comedia cinematogr¨¢fica
Estreno de "?Que viva Italia!"
A principios de los a?os sesenta empiezan a proliferar en Italia las pel¨ªculas de episodios. Con un tratarniento de comedia, sobre un tema com¨²n o en torno a la personalidad de un actor c¨®mico, agrupan, unos cuantos episodios de distintas duraciones. Son pinceladas de diferentes dimensiones, intensidades y colores, con las cuales se hace una s¨¢tira de costumbres tras la que, con facilidad, se puede vislumbrar una cr¨ªtica social. Una de las pel¨ªculas m¨¢s famosas de este tipo es Monstruos de hoy ( I mostri), que en 1963 dirige Dirio Risi sobre un gui¨®n de Age-Scarpelli, Ugo Petri y Ettore Scola, con Ugo Tognazzi y Vittorio Gassman como protagonistas. Hace un dibujo distorsiona do de la sociedad italiana a trav¨¦s de unos personajes que se salen completamente de lo normal.Bajo el t¨ªtulo ?Que viva Italia!, estrenada ayer en Madrid, se esconde otra de esas pel¨ªculas italianas de episodios que, aunque en n¨²mero mucho m¨¢s reducido, todav¨ªa se siguen haciendo. Se trata de I nuovi mostri, especie de continuaci¨®n o segunda parte de la pel¨ªcula de Risi, realizada en 1977 por tres de los grandes especialistas italianos en la comedia, Mario Monicelli, Dino Risi y Ettore Seola, sobre un gui¨®n de Age-Scarpelli, Ruggero Maccario y Bernardo Zapponi, con tres grandes actores c¨®micos, Vittorio Gassman, Ugo Tognazzi, Alberto Sordi y la bella Omella Muti.
Monicelli, nacido en 1915, es el de m¨¢s experiencia. A principios de los a?os cuarenta comienza a escribir guiones y, poco despu¨¦s, empieza a dirigir en colaboraci¨®n con Steno. En 1953 se independiza y hace obras tan interesantes como Rufuf¨² (I soliti ignoti, 1958), La gran guerra (La grande guerra, 1959), L'armata Brancaleone (1966) y Un borghese piccolo piccolo (1977). Risi, nacido en 1917, realiza una irregular carrera como realizador que empieza en 1949 y en la que se encuentran Una vida dif¨ªcil (Una vita difficile, 196 l), La escapada (Il sorpasso, 1962) y Perfume de mujer (Profumo di donna, 1975), Scola, que nace en 1931, pertenece a otra generaci¨®n y, tras un largo trabajo como guionista, debuta en la direcci¨®n en 1963, y en su obra des taca Riusciranno i nostri ero¨ª a trovare l'arnico misteriosamente scomparso in Africa (1967) y Una jornada particular (Una giornata particolare, 1977).
En principio, Los nuevos monstruos deb¨ªan hacerla diez o doce directores que renunciaban a una parte de su salario para ayudar al guionista Ugo Guerra, que est¨¢ paral¨ªtico desde hace algunos a?os. No encontraron una forma pr¨¢ctica de hacerla y, finalmente, s¨®lo participaron Risi, Monicelli y Scola. Los catorce episodios de diferentes longitudes que la constituyen no est¨¢n firmados porque, hechos al tiempo que otras ocupaciones. algunos est¨¢n dirigidos por los tres y, por tanto, constituyen una pel¨ªcula colectiva.
La idea inicial era centrarse en el mundo del autom¨®vil y del tr¨¢nsito, pero evolucion¨® y se convirti¨® en El atasco, recientemente dirigida por Luigi Comencini. Despu¨¦s se pas¨® a hacer una versi¨®n actual de I mostri, algo que, sin dejar de ser divertido, hiciese reflexionar sobre la amarga y dram¨¢tica realidad actual. Como hab¨ªa el peligro de que fuese demasiado negra, demasiado amarga, s¨®lo tres o cuatro de los catorce episodios est¨¢n realmente relacionados con el t¨ªtulo. Esto hace que se debilite su ideolog¨ªa, pero que funcione mucho mejor como espect¨¢culo.
Dino Risi dice sobre las relaciones entre I mostri e I nuovi mostri, separadas por catorce a?os: ?Mi antigua pel¨ªcula era sobre todo un espejo de la sociedad italiana de entonces. En aquella ¨¦poca los monstruos eran bastante c¨®modos. La monstruosidad no era ni difusa, ni violenta como hoy. Mientras pens¨¢bamos en los episodios de la nueva pel¨ªcula, nos dimos cuenta que la realidad italiana sobrepasaba la imaginaci¨®n. Le¨ªamos el peri¨®dico, ve¨ªamos los telediarios y observ¨¢bamos monstruosidades mucho mayores que las que trat¨¢bamos de presentar. En mi antigua pel¨ªcula se pod¨ªa hacer una def¨®rrnaci¨®n de costumbres italianas de entonces. Hoy no s¨®lo la monstruosidad es general, sino que cotidianamente se presenta como un hecho natural. S¨®lo es necesario poner la c¨¢mara en la esquina. Los hechos reales son mucho m¨¢s fuertes que los espect¨¢culos. Por ejemplo, uno de los episodios cuenta c¨®mo un joven tiene una aventura con una azafata durante un fin de semana. Al despedirse le regala un tocadiscos que esconde la bomba que har¨¢ saltar el avi¨®n en que ella embarca.?
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