Enfrentamientos entre religiosos e izquierdistas iran¨ªes
Lo que se hab¨ªa llegado a llamar ?revoluci¨®n un¨¢nime? parece, cien horas antes de la llegada del ayatollah Jomeini, que no lo es tanto. Desde el domingo, la oposici¨®n no religiosa (grupos marxistas con escaso n¨²mero de militantes, principalmente) comienza a actuar por su cuenta.El domingo, una manifestaci¨®n de 10.000 personas recorri¨® las calles de Teher¨¢n. El espect¨¢culo ten¨ªa mucho de ins¨®lito en esta ciudad. Esta vez las banderas no eran blancas, verdes y negras, como las que utilizan los chiitas en demostraciones, sino rojas, y la mujeres no llevaban el tradicional chador, sino sueters y vaqueros. Para mayor esc¨¢ndalo de los transe¨²ntes, hab¨ªa parejas que marchaban cogidas de las manos. Un joven mulah gritaba desde la acera, tratando de aclarar el panorama a alg¨²n despistado: ??Son los comunistas!? Por si a¨²n quedaran dudas, otro religioso preced¨ªa la marcha con un cartel en el que estaba escrito: ?Atenci¨®n, la manifestaci¨®n que viene detr¨¢s no es isl¨¢mica. No os mezcl¨¦is en ella. ?
Los gritos de los izquierdistas trataban de ser, con ciertos matices, conciliadores: ?Ni por Dios, ni contra Dios?; ?Musulmanes, no queremos inquisici¨®n?.
? No nos dejan expresar?, nos dec¨ªa uno de los manifestantes. ?Los religiosos arrancan nuestros carteles y nos echan a patadas de las manifestaciones. ?
?En la universidad se ha instaurado una ley marcial. Marcial-religiosa, naturalmente?, nos afirmaba en un apasionado italiano una trostkista iran¨ª de bello rostro. Los mulahs han prohibido reuniones de m¨¢s de tres personas. Dicen que pueden romper la unidad.?
Este es ahora el drama de una oposici¨®n laica -liberal o marxista-, que se ha visto acallada durante veinticinco a?os y que teme tener que continuar en silencio.
El domingo, cuando los manifestantes izquierdistas sal¨ªan del recinto de la universidad, que se ha convertido en una especie de bazar ideol¨®gico lleno de puestos que venden libros religiosos, cl¨¢sicos del marxismo y cassettes con discursos de Jomeini, los partidarios del ayatollah exiliado se enfrentaron a ellos. El n¨²mero de heridos no se conoce todav¨ªa.
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