Comissiona, Correa y la Orquesta de RTVE

Se detecta en la actualidad una actitud retro del p¨²blico que est¨¢ revalorizando m¨²sicas un tanto olvidadas o, al menos, ?descuidadas? en el repertorio de muchos pa¨ªses. Esta nueva manera de mirar descubre valores que acaso pasa ron inadvertidos cuando los puntos de vista eran diferentes, atra¨ªdos y hasta cegados como estaban en la feria de las novedades.

Caso claro de tal fen¨®meno son las Variaciones enigm¨¢ticas, de Elgar, el buen Sir Edward, tan atacado incluso por algunos compatriotas insignes (l¨¦ase Dent, l¨¦ase Beecham). En cuanto al p¨²blico, y hasta a ciertos comentaristas, sus ideas sobre el compositor brit¨¢nico est¨¢n afincadas apenas sobre las marchas Pompa y Circunstancia, lo que supone parte ¨ªnfima y circunstancial en la creaci¨®n elgariana. Si se da una tan brillante y viv¨ªsima versi¨®n de las Variaciones, como la lograda por Sergio Comissiona, el ¨¦xito es inmediato, como lo fue en el Real en esta ocasi¨®n. Exito y muy grande, tambi¨¦n, el de nuestro violoncellista Enrique Correa, capaz de llenar de poes¨ªa y musicalidad de la mejor ley el largo discurso del Concierto, de Dvorak. Se dir¨¢ que la poes¨ªa, el elevado lirismo, la morosa delectaci¨®n con los temas es algo que ofrece, de por s¨ª, la partitura del m¨²sico bohemio. Cierto, pero hace falta el int¨¦rprete hondo que sepa evidenciar cuantos valores contiene el Concierto, verdadero ?capolavoro? de la m¨²sica para violoncello y gran orquesta sinf¨®nica. Correa no s¨®lo es fiel a todo lo escrito y al esp¨ªritu que lo anima, sino que, adem¨¢s, torna el discurso en una sucesi¨®n de mesuras hasta situarlo en el centro de nuestra m¨¢s rec¨®ndita intimidad.