Uni¨®n para la Libertad de Expresi¨®n
Por si los miembros de la candidatura de Uni¨®n para la Libertad de Expresi¨®n no tuvi¨¦ramos ya suficientes motivos para presentarnos a las elecciones generales, el editorial que se public¨® en ese diario el pasado jueves 25 de enero hubiera sido un argumento m¨¢s para decidirnos a luchar a todos los niveles por la libertad de expresi¨®n. Nada de lo que se dice en los p¨¢rrafos que nos aluden de dicho editorial es cierto y creernos que est¨¢ escrito con la deliberada intenci¨®n de confundir y predisponer a la opini¨®n p¨²blica en contra nuestra. S¨®lo intereses muy privados y concretos pueden ser los m¨®viles que hayan impulsado al editorialista a pronunciarse como lo ha hecho.Queremos precisar ante todo que la ULE no es un aparato gremial de los trabajadores de la antigua prensa del Movimiento. Nuestras listas est¨¢n formadas por modestos trabajadores de la informaci¨®n: cajistas, linotipistas, administrativos, periodistas y personas de otras profesiones, cuyo ¨²nico objetivo es defender la libertad de expresi¨®n en todos sus aspectos y denunciar el peligro que supondr¨ªa la concentraci¨®n monopolista de los medios de comunicaci¨®n de masas a espaldas de los intereses del pueblo espa?ol. Nuestras candidaturas integran a trabajadores de los MCSE, a compa?eros de Egin, a represaliados de empresas period¨ªsticas -del Diario de Barcelona por ejemplo-, a periodistas lanzados al paro obrero por su labor de denuncia de las multinacionales -es el caso de Santiago Vilanova-, as¨ª como a gran n¨²mero de colaboradores, corresponsales de peri¨®dicos, de la radio y de la TVE.
Es curioso -dir¨ªamos que demag¨®gico en grado sumo- que en ese peri¨®dico s¨®lo se aluda al desaparecido Movimiento Nacional, cuando se escribe sobre la necesidad de privatizar los 35 peri¨®dicos de su antigua cadena, y se om¨ªte pudorosamente la misma coletilla cuando EL PAIS se refiere, por ejemplo, al presidente Su¨¢rez -ex secretario general, por m¨¢s se?as, de dicha organizaci¨®no a la inmensa mayor¨ªa de los ministros y altos cargos del Gobierno que padecieron del mismo mal: las mismas personas que tanto predicamento han adquirido en la l¨ªnea editorial de ese diario.
Tal manipulaci¨®n confirma que los trabajadores, y los trabajadores de la informaci¨®n en particular, somos siempre las primeras v¨ªctimas de la falta de libertad de expresi¨®n. Y ello, tanto en los peri¨®d¨ªcos, la televisi¨®n y la radio estatales, como lo puedan ser los colegas de la llamada prensa libre e independiente. Todos sabemos mejor que nadie que el contenido -y la l¨ªnea editorial, muy especialmente- de los medios de comunicaci¨®n responden generalmente a los solos intereses de sus due?os.
Los compa?eros de la prensa estatal -con una historia de represalias o de obligados silencios que EL PAIS conoce perfectamente- est¨¢n luchando desde hace tiempo porque los 35 peri¨®dicos sean devueltos al pueblo espa?ol y a la democracia para ponerlos al servicio de la libertad de expresi¨®n. Y este es ciertamente tambi¨¦n uno de los fines que la ULE persigue, dentro del cuadro general de sus reivindicaciones. Si para defender estos fines y muchas cosas m¨¢s necesitamos crear un partido pol¨ªtico, con el exclusivo prop¨®sito de poder dirigirnos sin trabas de ning¨²n tipo a la opini¨®n p¨²blica, lo hacemos sin falso pudor ni miedo alguno, en la seguridad de que el pueblo espa?ol y las fuerzas pol¨ªticas propiamente dichas sabr¨¢n entendernos.
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