La direcci¨®n nacional de los grandes partidos ha prevalecido sobre la organizaci¨®n provincial en la confecci¨®n de las listas
Las listas permiten una primera observaci¨®n general: las fuerzas pol¨ªticas han seleccionado muy cuidadosamente a sus candidatos, especialmente los destinados al Congreso, para el que se ha hecho una aut¨¦ntica criba entre los ex diputados y ex senadores m¨¢s destacados de las ¨²ltimas Cortes. El procedimiento para la confecci¨®n de las listas ha enfrentado en bastantes ocasiones a las c¨²spides de los partidos con sus respectivas bases. En los casos conflictivos han prevalecido las decisiones de los dirigentes a nivel nacional, si bien no se ha producido un vuelco en las expectativas de las diferentes corrientes ideol¨®gicas que coexisten en los partidos.
Hoy ser¨¢n proclamadas oficialmente las candidaturas para cubrir los 350 esca?os del Congreso y los 208 del Senado en las elecciones del pr¨®ximo 1 de marzo. El equipo de redactores de EL PAIS que cubre la informaci¨®n de estas elecciones ha recopilado datos sobre las tensiones producidas durante la elaboraci¨®n de las listas, con base en los cuales se ha redactado este informe, en el que se analizan tambi¨¦n las consecuencias que la confecci¨®n de las mismas pueden tener sobre la estructura de las principales formaciones pol¨ªticas.La informaci¨®n que ha trascendido sobre las tensiones registradas es desigual respecto a las diferentes fuerzas electorales. El mayor n¨²mero de problemas conocidos se refieren a Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico (UCD) y Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE), los dos partidos con mayores posibilidades de ¨¦xito electoral, y que aspiran a cubrir una importante porci¨®n de ambas C¨¢maras. En contraste con estos partidos, otras fuerzas minoritarias que concurren a los comicios con prop¨®sitos poco menos que testimoniales, estad¨ªsticos o propagand¨ªsticos, cara a las pr¨®ximas elecciones municipales, no han registrado pr¨¢cticamente problemas en la confecci¨®n de las listas de candidatos. Otro tanto ocurre con los partidos o coaliciones tan reducildos que apenas han podido existir discrepancias entre los ¨®rganos de direcci¨®n y las casi inapreciables bases, sobre todo si estas fuerzas han ensanchado el ¨¢mbito de sus candidaturas hasta integrar en sus listas la mayor parte de las aspiraciones parlamentarias de sus militantes.Las minor¨ªas, menos problemas
Ateni¨¦ndonos a los datos obtenidos, las formaciones electorales situadas a la zquierda del Partido Comunista de Espa?a (PCE) apenas han registrado tensiones. Adem¨¢s, sus candidatos ofrecen caracter¨ªsticas m¨¢s comunes con el hombre y la mujer de la calle, as¨ª como con las profesiones u ocupaciones m¨¢s usuales. En una palabra, en estos partidos el grado de profesionalizaci¨®n pol¨ªtica de los candidatos parece menor. En contrapartida, abundan los l¨ªderes sindicales o de movimientos ciudadanos. Una nota distintiva de estas candidaturas de izquierda es la presencia de mujeres en las listas, especialmente notable por parte de la Organizaci¨®n Revolucionaria de Trabajadores (ORT), con m¨¢s del 27% de candidatas (en las listas del m¨¢s importante partido de la izquierda -el PSOE- la presencia femenina gira en torno al 15% y en ning¨²n caso figuran mujeres en cabeza).
Las fuerzas electorales situadas m¨¢s a la derecha en el espectro pol¨ªtico que concurre a los comicios no han manifestado tensiones ni problemas en la elaboraci¨®n de las listas. En la m¨¢s importante coalici¨®n de este sector, Uni¨®n Nacional, se ha impuesto la mayor organizaci¨®n y militancia de Fuerza Nueva, cuya hegemon¨ªa en la mayor parte de las provincias -Madrid incluida- contribuy¨® decisivamente a que no prosperara el acuerdo con los partidos de Federico Silva, Gonzalo Fern¨¢ndez de la Mora y Luis J¨¢udenes, desplazados de los primeros puestos por Pi?ar u hombres de Pi?ar.
En una zona pol¨ªtica m¨¢s templada dentro de la derecha -la de la Coalici¨®n Democr¨¢tica (CD)-, el papel hegem¨®nico ha correspondido a Alianza Popular, dada su mayor organizaci¨®n, que ha habido que hacer compatible con la nueva imagen que aportan Jos¨¦ Mar¨ªa de Areilza y sus hombres. A problemas de listas hay que atribuir -aunque hayan podido intervenir otros ingredientes pol¨ªticos- el desenganche de Jos¨¦ Ram¨®n Lasu¨¦n, Laureno L¨®pez Rod¨® y Gregorio L¨®pez Bravo (este ¨²ltimo exig¨ªa uno de los tres primeros lugares en las listas de Madrid).
Por lo que se refiere a las listas del PCE, no han trascendido grandes tensiones, si se except¨²a la controversia entre la direcci¨®n del partido -especialmente Santiago Carrillo- y la organizaci¨®n asturiana, a prop¨®sito de Dolores Ib¨¢rruri. Ante la oposici¨®n cerrada de los comunistas asturianos a que Pasionaria encabezara la lista de Asturias para el Congreso, en Madrid se opt¨® por decir que ella hab¨ªa pedido que no se la incluyese, por razones de edad. El criterio general que oficialmente ha prevalecido en las listas comunistas es la renovaci¨®n, si bien las candidaturas con m¨¢s posibilidades son casi id¨¦nticas a las del 15-J.
Moderada renovaci¨®n en el PSOE
Las candidaturas del PSOE no han significado grandes novedades ni respecto a las de 1977 ni en cuanto al equilibrio entre los distintos sectores que conviven en su seno y que, a la vista de las listas, se mantiene. Disminuye la presencia de los hist¨®ricos del partido -desaparecen Manuel Tu?¨®n, S¨®crates G¨®mez y Justo Mart¨ªnez Amutio, aunque se incorpora Jos¨¦ Prat-, en favor de las nuevas generaciones.
La direcci¨®n del partido ha evitado, en lo posible, el enfrentamiento con las propuestas de las agrupaciones provinciales, dada la proximidad de un doble proceso electoral y de que en el horizonte se encuentra el XXVIII congreso del partido. Alfonso Guerra, Luis G¨®mez Llorente y Javier Solana han sido los dirigentes que m¨¢s han intervenido en la conformaci¨®n final de las candidaturas, de forma no siempre coincidente entre ellos.
El problema m¨¢s serio ha sido el planteado en Galicia, donde la l¨ªnea del secretario general, Modesto Seara, tuvo que ceder en favor de los ex parlamentarios apoyados por Madrid. La consecuencia m¨¢s importante para el PSOE es que se le pone m¨¢s dif¨ªcil el avance de posiciones en una regi¨®n donde su implantaci¨®n es d¨¦bil.
La preocupaci¨®n mayor en la confecci¨®n de las listas socialistas ha sido la de asegurarse en el Congreso un grupo parlamentario eficaz, dedicado casi full time al esca?o y no distra¨ªdo con otras actividades. De ah¨ª que los candidatos para las municipales no figuren, en general, en las listas para el Congreso, con la notable excepci¨®n de Enrique Tierno, n¨²mero dos por Madrid y candidato a alcalde de la capital de Espa?a.
En cuanto a la incorporaci¨®n de t¨¦cnicos, s¨®lo en parte ha prosperado el prop¨®sito de la direcci¨®n del partido, m¨¢s ambicioso de lo que significa la mera incorporaci¨®n de Leopoldo Torres Boursoult y Miguel Boyer. Entre otros, estaban previstos Joaqu¨ªn Leguina, Baltasar Aymerich, Miguel Angel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez y Emilio Mel¨¦ndez del Valle. Miguel Boyer -llamado a dirigir la pol¨ªtica econ¨®mica del PSOE-, encontr¨® para las listas de Madrid la oposici¨®n de Joaqu¨ªn Leguina, tambi¨¦n economista, pero de imagen m¨¢s izquierdista. La pugna se resolvi¨® en favor de Boyer, pero no en Madrid, sino catapultado a la cabecera de la lista por Ja¨¦n, provincia con tradici¨®n radical dentro del socialismo, que se encontr¨® con el desembarco de un hombre tenido por socialdem¨®crata. An¨¦cdotas como ¨¦sta no permiten, sin embargo, aventurar un giro a la derecha del PSOE, sino que denotan la traducci¨®n, en las listas de candidatos, de la l¨ªnea que la direcci¨®n del partido considera imprescindible para preparar los cuadros que respondan al lema de la ?alternativa de Gobierno? y eliminan los peligros del verbalismo est¨¦ril.
UCD: tres corrientes ideol¨®gicas, reducidas a dos tendencias
La elaboraci¨®n de las listas de UCD ha respondido al criterio de desarticular las corrientes ideol¨®gicas que pudieran producir un sector democristiano, otro liberal y otro socialdem¨®crata en el futuro grupo parlamentario. El intento de homogeneizaci¨®n pol¨ªtica del partido se ha traducido en la aparici¨®n de dos tendencias, la progresista y la conservadora, inherentes -seg¨²n la propia UCD- a todo partido.
A diferencia de 1977, Adolfo Su¨¢rez ha participado muy activamente en la confecci¨®n de las candidaturas. Los 61 nombres nuevos re¨²nen la caracter¨ªstica com¨²n de no poner en duda su liderazgo. En cambio, han sido eliminados los indisciplinados o los cr¨ªticos hacia Su¨¢rez o Arias-Salgado, as¨ª como los ex parlamentarios propicios a los cantos de sirena de Alfonso Osorio o de otros l¨ªderes de la CD.
Mientras que en 1977, los representan es de las tres grandes tendencias se repartieron literalmente los puestos en las listas, bajo el control de Leopoldo Calvo Sotelo, delegado de Su¨¢rez, ahora -cuando UCD se presenta ya como partido, no como coalici¨®n- se han cubierto m¨¢s las formalidades: los comit¨¦s provinciales han remitido sus propuestas. Las decisiones han correspondido al comit¨¦ electoral nacional, dirigido por Su¨¢rez -que impuso a los comit¨¦s provinciales los ministros como n¨²meros unos- y del que estuvieron ausentes los l¨ªderes de las tres corrientes, a pesar de las promesas del presidente. Tambi¨¦n la influencia de Mart¨ªn Villa ha parecido disminuir, aunque sus hombres siguen estando muy bien representados. En 1977 UCD no ten¨ªa estructura partidista en muchas provincias, por lo que el ministro del Interior encomend¨® a algunos gobernadores civiles, nombrados por ¨¦l, la confecci¨®n de las listas en esas provincias. En esta ocasi¨®n, los gobernadores civiles han tenido tambi¨¦n influencia, pero a trav¨¦s de los comit¨¦s provinciales del partido, elegidos bajo la atenta mirada de la secretaria nacional.
El control de Su¨¢rez ha sido, en todo caso, total, y a sus directos auspicios ha respondido la colocaci¨®n de hombres como Alfonso Soler en Almer¨ªa, Alberto Oliart en Badajoz o Enrique de la Mata en Teruel. A nivel provincial, han subsistido algunos clanes, como los de P¨ªo Cabanillas en Orense y Justo de las Cuevas en Santander.
Divisi¨®n interna
La reducci¨®n de las tres corrientes ideol¨®gicas a dos tendencias -progresista y conservadora- ha dividido tambi¨¦n internamente aqu¨¦llas. Especialmente notable es el caso de los democristianos, cuyo sector contemporizador est¨¢ representado por Fernando Alvarez de Miranda e I?igo Cavero, mientras que la posici¨®n intransigente -que podr¨ªa llevar a un rearme del grupo t¨¢cito o alguna otra f¨®rmula de agrupamiento- la simbolizan Jos¨¦ Luis Alvarez, Landelino Lavilla, Juan Antonio Ortega y Miguel Herrero. De cualquier modo, las listas de UCD parecen destinadas, mediante cierto predominio de la l¨ªnea conservadora, a cortar el paso a los hombres de CD, quedando reservado al relativamente progresista planteamiento ideol¨®gico de la campa?a la compensaci¨®n de aquella tendencia y la captaci¨®n de votos por la frontera izquierda. Representantes del sector progresista conservan la esperanza de que el nuevo gobierno no responda tampoco a esa desviaci¨®n a la derecha.
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