Toda una vida en la oposici¨®n al sha
Seg¨²n una biograf¨ªa oficial, el ayatollah Ruhollah Jomeini naci¨® en 1900 en Jumein. Tras realizar estudios isl¨¢micos, empez¨® a ense?ar filosof¨ªa a la edad de veintisiete a?os. Sus ense?anzas se caracterizaban por la fidelidad a la tradici¨®n chiita. En 1941 ya era un destacado oponente a la monarqu¨ªa representada por el padre del actual sha. Sin embargo, su reputaci¨®n empez¨® a crecer a partir de 1953, cuando el sha visit¨® a un grupo de unas cuarenta figuras religiosas y todos se levantaron y se inclinaron, excepto Jomeini. En los acontecimientos de 1963, que tanta similitud guardan con los actuales, el ayatollah envi¨® telegramas al sha haciendo culpable de las alteraciones al jefe de la polic¨ªa. La oposicion estudiantil de la Universidad de Teher¨¢n distribuy¨® 200.000 copias con el texto, creando por primera vez un v¨ªnculo entre el l¨ªder religioso y los j¨®venes intelectuales iran¨ªes. El mes de julio de ese a?o, tras una violenta diatriba de Jomeini ante 100.000 personas en la mezquita de Qum, su casa fue sitiada y rhuchos de sus seguidores muertos. El ayatollah fue encarcelado y finalmente expulsado del pa¨ªs en 1964, tras un violento serm¨®n contra el acuerdo que exim¨ªa al personal militar americano de la jurisdicci¨®n de los tribunales iran¨ªes.
Tras una breve estancia en Turqu¨ªa, se estableci¨® en Najaf, uno de los lugares sagrados chiitas en Irak, donde dirigi¨® la escuela cor¨¢nica. Durante a?os, su residencia se convirti¨® en un lugar de peregrinaci¨®n para muchos j¨®venes inte lectuales iran¨ªes que ve¨ªan en ¨¦l, m¨¢s que una figura pol¨ªtica, un s¨ªmbolo de incorruptibilidad y oposici¨®n al sha. Su influencia parece haber disminuido a finales de los a?os sesenta y principio de los setenta, los a?os de auge del desarrollo iran¨ª, a pesar de sus denuncias de la celebraci¨®n de los 2.500 a?os de la monarqu¨ªa persa. En 1976, el sha afirmaba: ??Jomeini? Nadie se acuerda de ¨¦l en Ir¨¢n salvo los terroristas. Los llamados marxistas isl¨¢micos mencionan su nombre a veces, pero eso es todo.?
El exilio cre¨® alrededor de Jomeini la m¨ªstica del hombre que jam¨¢s hab¨ªa vacilado. La muerte de su hijo Whenxhis en circunstancias misteriosas, que hicieron pensar a sus seguidores que se trataba de un crimen de la SAVAK, a?adi¨® a la m¨ªstica el martirio. Cuando en 1977 y 1978 empez¨® a crecer la desilusi¨®n sobre la nueva sociedad persa, las mezquitas fueron el refugio natural de lo que quedaba de oposici¨®n, y el chiismo, una de las salidas. Con el apoyo de los bazaar¨ªes, que ve¨ªan su papel disminuido por una nueva casta de hombres de negocios, el ayatollah volv¨ªa a convertirse en una figura central de la resistencia.
Defensor del origen divino del poder, el motor de la actividad pol¨ªtica de Jomeini ha sido la sustituci¨®n de la monarqu¨ªa por una rep¨²blica isl¨¢mica, punto ¨¦ste en el que se ha mostrado inflexible. No ha sido tan claro a la hora de definir lo que debe ser esa rep¨²blica isl¨¢mica. De propugnar la absoluta supremac¨ªa de los preceptos cor¨¢nicos y de la ciencia religiosa, incluso en el orden pol¨ªtico, ha pasado a proclamar una colaboraci¨®n entre ambos poderes, dentro de un marco de libertades que en todo caso deber¨¢ estar sometido al Cor¨¢n.
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