Leka de Albania se instala, con armas y deudas, en la Rodesia de Smith
Con las pistolas al cinto, en el ecuador de sus dos metros largos de humanidad, como un coloso de Rodas trasmutado alfar west, Leka I de Albania termin¨® ayer en Salisbury (Rodesia) su peregrinaje africano en busca de un pa¨ªs dispuesto a cargar con sus deudas y sus armas. Despu¨¦s de negarse a pagar el medio mill¨®n de d¨®lares en que habla tasado su asilo pol¨ªtico el presidente de Gab¨®n, no es extra?o que lan Smith, empe?ado ahora en te?ir de negro a su Gobierno para que los blancos no pierdan sus privilegios, haya aceptado a este tr¨¢nsfuga alban¨¦s que nunca tuvo empacho en reconocer que, como quien va a la Casa de Campo, participaba varios meses al a?o en la contraguerrilla africana como medio de mantenerse en forma.
Leka (2,06 de estatura, 39 a?os) apenas vivi¨® dos d¨ªas en el pa¨ªs en que pretende reinar. Hijo de un pastor montaraz, que en pleno siglo XX hab¨ªa inaugurado una dinast¨ªa mediterr¨¢nea bajo el nombre de Zog I, su familia hubo de abandonar Tirana en 1939, bajo el ruido de las botas mussolinianas. Dicen que vestido de pope ortodoxo, el rey pastor encontr¨® refugio en Egipto -como el sha-, en la corte del rey Faruk.El Cairo, Par¨ªs, Madrid han sido, o con una escala en la academia militar inglesa de Sandhurt, las estaciones de un exilio que, por ahora, termina en Salisbury. Siempre en compa?¨ªa de su madre, Geraldine Aponji, h¨²ngara, emparentada con todas las casas reinantes europeas, desde Isabel II de Inglaterra hasta que Juan Carlos I de Espa?a, Leka I fue coronado rey de Albania por sus leales, el 15 de mayo de 1961, en un hotel de Par¨ªs cuyo nombre no ha sido registrado para la historia de la opereta.
Un mes m¨¢s tarde era recibido por Franco en El Pardo. Poco importaba que el duce lo hubiera expulsado de las monta?as adri¨¢ticas, era, al fin y al cabo, un rey venido del fr¨ªo, capaz de declarar que ?Franco es el ¨²nico basti¨®n, junto a Oliveira Salazar, contra el comunismo?. Nada quedaba ya de las joyas del Estado alban¨¦s (819 diamantes y un brillante de 49 quilates) que su madre hab¨ªa conseguido vender en Estados Unidos, y Leka I necesitaba nuevos mecenas para financiar su sue?o de reconquistar Albania. Hu¨¦sped primero de la duquesa de Valencia, fue la compositora Fina Calder¨®n quien le solvent¨® sus primeros problemas financieros. Poco aficionado a las fiestas sociales, las armas han sido su hobby de gigante-rey venido a menos, autocondecorado con todas las ¨®rdenes de su pa¨ªs. Dicen sus amigos que ni en casa se quitaba las cananas, y de esta guisa recib¨ªa en su chalet de Pozuelo. Hombre de tendencias infantiles, ni?o-gigante a mitad de camino entre el dinosaurio y el pistotero, gustaba del juego con ametralladoras de verdad, cara afici¨®n que al final s¨®lo se la pudo financiar un ganadero australiano deseoso de hacer a su hija la primera reina de aquel pa¨ªs austral. En octubre de 1975, con su protector, Franco, sometido ya a los cuidados del equipo m¨¦dico habitual, Leka I se cas¨® en Illescas (Toledo) con Susan Cullen-Ward. Al final, ni las vacas austialianas daban lo justo para dotar de armamento al imaginario ej¨¦rcito alban¨¦s en el exilio y estas dos aficiones suyas, las pistolas y el impago de letras, le han hecho irse de Madrid, bajo amenaza de requisa policial. En Ibiza le queda todav¨ªa su tinglado de alquiler de lanchas fuera-borda y a sus acreedores la duda de si podr¨¢n llegar hasta la blanca Rodesia para que el rey-gigante-pistolero pague sus deudas.
Tras el episodio (abril del 77) de su detenci¨®n en Bangkok por posesi¨®n de armas, Leka I de Albania, el aprendiz de rey que consigui¨® agrupar bajo su trono imaginario a todos los exiliados albaneses, incluidos los republicanos, con el sue?o de regresar alg¨²n d¨ªa a una Albania que no conoce, podr¨¢ ahora entrenarse todo el a?o en las selvas africanas y echarle una mano a su amigo Ian Smith.
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