Armas Marcelo: "La novela trata de recuperar la historia"
Entrevista con el autor de "Calima"
Calima es la tercera novela de Armas Marcelo, y con ella parece cerrarse un ciclo narrativo, en el que el autor se ha empe?ado hasta ahora y del que forman parte sus dos anteriores novelas: El camale¨®n sobre la alfombra (Barcelona, 1974, Premio Gald¨®s) y Estado de coma (Barcelona, 1976).?Calima -ha declarado Armas Marcelo- significa, desde el punto de vista estrictamente literario, una profundizaci¨®n en el mundo de ficci¨®n que el novelista, obsesivo y muchas veces rozando la esquizofrenia, retrata, con m¨¢s o menos fortuna. El mundo que aparece en Calima es, ha sido, mi propio mundo: toda sus peque?as mezquindades o sus grandes traiciones, la raz¨®n de Estado, el inter¨¦s o el simple trueque hist¨®rico que unas circunstancias bien determinadas nos han hecho padecer mucho tiempo. Es, adem¨¢s, una reflexi¨®n sobre ese mundo en el que, queriendo o sin querer, me he movido hasta ahora. Es, finalmente, una acumulaci¨®n de an¨¦cdotas e im¨¢genes grotescas y c¨ªnicas que, de todos modos, constituyen nuestra historia.
Una geograf¨ªa y una idiosincrasia determinadas est¨¢n presentes en Calima: Canarias, a quien el autor llama archipi¨¦lago de Inla. ?Canarias es, no cabe duda, el epicentro geogr¨¢fico y reflexivo de la novela. Incluso en cuanto al lenguaje se refiere. Los canarios, y ya es un t¨®pico que, no obstante, muchos de all¨¢ y muchos de ac¨¢ tratan de olvidar, estamos a medio camino de Espa?a y Am¨¦rica y ese, creo yo, es el centro de la cuesti¨®n. Canarias es, pues, tierra mestiza y -como tal- genera una cantidad exasperante de mediocre mezquindad. Sobre todo en una clase determinada: la burgues¨ªa, que a m¨ª me parece la m¨¢s analfabeta y despreciativa de su historia y sus valores. Ella ha propiciado, por espacio de siglos, el ¨¦xodo y la di¨¢spora de cientos de miles de insulares que nacen, y esto tambi¨¦n es una constan te historia, con la obsesi¨®n de la asfixia y el exilio. La burgues¨ªa insular es, fundamentalmente, la culpable del proceso de desertizaci¨®n de sus tierras. Moral y f¨ªsicamente.?
La novela utiliza acontecimientos hist¨®ricos recientes que constituyeron un punto de fricci¨®n en la propia historia de las islas: ?Es indudable que el secuestro de una personalidad relevante en el mundo insular durante las ¨²ltimas d¨¦cadas tuvo en vilo a toda la opini¨®n isle?a, e incluso nacional durante mucho tiempo. Utilizar y trasponer literariamente ese secuestro, la personalidad del secuestrado, para que a la postre el producto literario sea uno y mil, simbiosis efectiva de los grandes caciques de esa burgues¨ªa monopolizadora, no es hacer una novela -ni intentar hacer-, una novela policial. Entre otras cosas, porque ese no era el presupuesto literario que me hab¨ªa trazado. Adem¨¢s, en la novela se encierra una parodia evidente para el lector avisado: la parodia de un expediente policial.?
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