Otro Madrid sin ideas se embarr¨®, sobre todo, de impotencia
Al fin hubo justicia en el Bernab¨¦u. El Madrid volvi¨® a jugar mal, como casi siempre ¨²ltimamente, pero esta vez no encontr¨® el afortunado camino del gol. Estuvo a punto de conseguirlo en algunas ocasiones, aunque s¨®lo por la inercia de llevar la iniciativa ante un H¨¦rcules que vino descaradamente a empatar. Su falta de ideas, sin embargo, fue otra vez lamentable; acus¨® las nuevas bajas de Pirri, Jensen y Del Bosque, y !e vio impotente para romper una gran defensa alicantina a la que ayud¨® la pesadez del campo, pero que confirm¨® su condici¨®n de ser la segunda menos goleada de la Liga, tras la gijonesa.El partido fue un aut¨¦ntico desastre y un ejemplo m¨¢s del raqu¨ªtico f¨²tbol espa?ol que entre todos hemos formado. Un marcaje severo al hombre desde el centro del campo; s¨®lo dos delanteros, Macan¨¢s y Kustudic -incluso muchas veces ¨¦ste solarnente-; unos defensas que fueron bien por alto -Baena y Giuliano, sobre todohasta acabar con dolor de cabeza, y un portero seguro para blocar la interminable s¨¦rie in¨²til de centros .sobre el ¨¢rea o para resolver dos ocasiones aparte, se bastaron para controlar al Madrid. El equipo blanco, que no tuvo ni la inteligencia de Del Bosque.ni lajerarqu¨ªade Pirri en el centro del campo, ray¨® en la impotencia del no saber qu¨¦ hacer con el bal¨®n en cada ataque. En realidad fue l¨®gico. Stieflke tiene fuerza, pero necesita un ?cerebro? que le ordene o le d¨¦ seguridad. No es un l¨ªder por s¨ª solo. San Jos¨¦, menos a¨²n. Es un marcador, no un organizador, y bastante hace con llevar balones adelante. Guerini, por ¨²ltimo, en posici¨®n casi de delantero, no abri¨® huecos desde atr¨¢s y s¨®lo colabor¨® a embarullar.
El Madrid, una vez m¨¢s, olvid¨® el juego por los extremos, salvo en contadas ocasiones de Juanito, al que cada vez le gusta m¨¢s esconderse en el centro. Precisamente desde ah¨ª dio su mejor pase adelantado a Guerini, que tir¨® demasiado cruzado, a los 36 minutos. Pero los tradicionales ?pases de la muerte?, casi junto a los postes, de esos, nada. La impotencia del bombeo de balones, con centros desde el medio cam po atacado, en busca de la cabeza de Santillana -o despu¨¦s de Roberto- fue ya la nota dominante en la segunda parte. Y para nada. Unicamente a los nueve minutos un pase adelantado de Guerini lo remat¨® Aguilar, salv¨® muy bien Amador, y el siguiente tiro de Juanito lo devolvi¨® bajo los palos el magn¨ªfico Giuliano. Media hora despu¨¦s, Amador par¨® tambi¨¦n una media tijera de Sol. Los barullos aparte de esto se sucedieron y los c¨®rners, que llegaron a ser veinticinco, tambi¨¦n. Pero en f¨²tbol no se gana por c¨®rners -ni a los tres se da penalti, como los ni?os-, sino por goles y ojal¨¢ que estos no llegaran m¨¢s que cuando se juega bien. Esto no se cumpl¨ªa ¨²ltimamente con el Madrid y por eso fue justo que el H¨¦rcules, modesto, pero eficaz en su papel conservador a ultranza, se llevara un punto. El Madrid necesita refuerzos. Las bajas lo han puesto claramente de manifiesto; s¨ª un buen d¨ªa se le acabase tambi¨¦n la ?garra? podr¨ªa llegar el hundimiento sin remedio. El s¨¢bado debe ir al Nciu Camp y el Sp¨®rting est¨¢ ya a un solo punto otra vez. Es como para no estar tranquilo.
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