Desde 1930, la Tierra sufre importantes modificaciones clim¨¢ticas
?Durante la d¨¦cada pasada se produjeron en muchas partes del mundo grandes variaciones clim¨¢ticas, que han tenido graves y, en algunos casos, desastrosas consecuencias para los habitantes de las zonas afectadas. La regi¨®n que limita al sur el desierto del Sahara, conocida como regi¨®n del Sahel, se vio afectada por una sequ¨ªa de cinco a?os que origin¨® hambre y muerte a una escala impresionante. Otras muchas regiones han sufrido reveses econ¨®micos y de otra ¨ªndole, como consecuencia de las manifestaciones an¨®malas del clima. Esas cat¨¢strofes han provocado una gran preocupaci¨®n general en las organizaciones, tanto nacionales como internacionales, y una multitud de interrogantes en lo que respecta a la vulnerabilidad del g¨¦nero humano y las variaciones o cambios del clima.?Estas y otras m¨²ltiples constataciones del fen¨®meno ?clima? llevaron al comit¨¦ ejecutivo de la Organizaci¨®n Meteorol¨®gica Mundial a acordar, en 1977, la convocatoria para principios de 1979 a una conferencia de alto nivel cient¨ªfico y t¨¦cnico, con la asistencia no s¨®lo de mete¨®rologos, sino de expertos de todos los sectores de las econom¨ªas nacionales en los que el clima ejerce una influencia, especialmente la agricultura, la energ¨ªa, los recursos hidr¨¢ulicos, la pesca y la salud.
La conferencia fue inaugurada el lunes pasado con la presencia de m¨¢s de cuatrocientos expertos y cient¨ªficos en las diversas materias interrelacionadas con el clima (provenientes de m¨¢s de cincuenta pa¨ªses y organismos especializados), y contrariamente al modus operandi de otras conferencias internacionales, caracterizadas por los discursos y las improvisaciones, a este encuentro del m¨¢s alto nivel los participantes han llegado con trabajos elaborados en profundidad, en los cuales se coincide o discrepa sobre los m¨¢s diversos aspectos del tema. Por ejemplo, la mayor, menor o escasa incidencia que en las variaciones climatol¨®gicas ha tenido a lo largo de los siglos o de millones de a?os la actividad del hombre.
Antecedentes hist¨®ricos
Es notorio que para los expertos y cient¨ªficos reunidos en esta conferencia el conocimiento de la evoluci¨®n del clima a lo largo de los a?os constituye un elemento base en el campo de las presentes y futuras investigaciones, transform¨¢ndose asimismo en aut¨¦nticas hip¨®tesis sobre la vida y existencia de algunos pueblos en el globo terraqueo.E. K. Fedorov, del comit¨¦ estatal de la Uni¨®n Sovi¨¦tica sobre hidrometeorolug¨ªa y control del medio ambiente natural, una de las eminencias mundiales que participa en la conferencia, se?ala en un informe que existen buenas razones para creer que durante los ¨²ltimos centenares de millones de a?os el clima normal de la Tierra, en su conjunto, era mucho m¨¢s homog¨¦neo que lo es ahora. Fedorov es de la teor¨ªa de que no exist¨ªan las pronunciadas diferencias de clima entre latitudes que hoy se observan y sostiene que durante las ¨¦pocas en que las zonas polares estaban ocupadas por oc¨¦anos, estos mares estaban exentos de hielo y, an¨¢logamente, las zonas terrestres estaban exentas de toda capa permanente de hielo.
Seg¨²n el mismo informe, ?el mismo descenso de temperatura se produjo en Europa, donde se la denomin¨® frecuentemente per¨ªodo ?neoboreal? o ?peque?a edad de hielo?. Todav¨ªa m¨¢s recientemente tambi¨¦n se produjeron cambios clim¨¢ticos, durante los ¨²ltimos cien o doscientos a?os, as¨ª como cambios de temperatura en la misma ¨¦poca, que fueron muy acentuados en las latitudes elevadas. El ejemplo mejor conocido de estos recientes cambios es el calentamiento del ?rtico, que alcanz¨® su valor m¨¢ximo en el decenio de 1930, seguido de un gradual descenso de temperatura durante los decenios de 1940 y 1950?.
Actividades humanas que influyen en el clima
R. E. Munn y L. Machta, del Instituto de Estudios del Medio Ambiente de la Universidad de Toronto (Canad¨¢), el primero, y de la Administraci¨®n Nacional Atmosf¨¦rica y Oce¨¢nica, de Estados Unidos, el segundo, presentaron informes sobre las actividades humanas que influyen en el clima. Estas modificaciones, seg¨²n sus trabajos, influyen en el clima, ?variando la composici¨®n de la atm¨®sfera, incluidos cambios en las concentraciones de vapor de agua: liberando calor en la atm¨®sfera y variando las propiedades f¨ªsicas y biol¨®gicas de las superficies subyacentes.Los dos cient¨ªficos afirman que ?no hay duda de que estos procesos originan anomal¨ªas clim¨¢ticas locales, y dan como ejemplo el hecho de que la construcci¨®n de un embalse modifica la radiaci¨®n superficial y los balances de energ¨ªa, y reduce la resistencia al avance del viento. Adem¨¢s, desde 1930 -sostienen en su informe-, cada vez se ha hablado m¨¢s de que quiz¨¢ se est¨¦ produciendo una modificaci¨®n del clima o se produzca alg¨²n d¨ªa a escala mundial. Esto supone que, colectivamente, las perturbaciones locales y regionales podr¨ªan influir en la estructura meteorol¨®gica de otros lugares del mundo, y en el primer caso podr¨ªan producirse cambios clim¨¢ticos a escala mundial, por ejemplo en la estratosfera.
Munn y Machta se preguntan: ?Cu¨¢les ser¨ªan las condiciones clim¨¢ticas actuales si no existiera la Humanidad?
En otro cap¨ªtulo del estudio sustentan que la Humanidad modifica la concentraci¨®n de sustancias de las que existen indicios en la atm¨®sfera de la siguiente manera: a) emitiendo gases y part¨ªculas desde poblaciones y zonas industriales; b) quemando rastrojos, etc¨¦tera, con fines agr¨ªcolas, y por causas de incendios de bosques y pastos, provocados accidentalmente; c) mediante la labranza y una excesiva explotaci¨®n de los pastos, lo que da por resultado la ascensi¨®n de polvo en la atm¨®sfera en ¨¦pocas secas y ventosas, y se da como ejemplo, el caso de los alisios nororientales, que transportan polvo del norte de Africa a las Indias occidentales.
Estas modificaciones de la composici¨®n qu¨ªmica de la atm¨®sfera pueden influir en el clima -seg¨²n el mismo estudio- modificando el balance de la radiaci¨®n atmosf¨¦rica y la estructura t¨¦rmica y din¨¢mica de la atm¨®sfera: variando la cantidad de ozono fotoqu¨ªmico estratosf¨¦rico y modificando la estructura t¨¦rmica y din¨¢mica de la estratosfera. En el caso de part¨ªculas, perturbando las poblaciones de n¨²cleos de condensaci¨®n, con posibles efectos sobre los procesos de nubosidad y de precipitaci¨®n.
Clima y energ¨ªa
Seg¨²n otro informe, se estima que en el a?o 2000 las necesidades de petr¨®leo superar¨¢n en mucho la producci¨®n, incluso contando con un aumento del 50% del precio. Al intentar atender nuestras necesidades energ¨¦ticas podemos amenazar -se sostiene- al clima mundial, lo que tendr¨ªa consecuencias extraordinarias para la sociedad humana. En los pr¨®ximos veinte a?os veremos tanto la introducci¨®n de nuevas fuentes de energ¨ªa como una dependencia creciente del carb¨®n y la energ¨ªa nuclear.Con respecto a la primera de ¨¦stas, el informe se?ala: ?La creciente dependencia mundial del carb¨®n puede originar la m¨¢s grave amenaza para el clima del mundo. Al a?adir anh¨ªdrido carb¨®nico a la atm¨®sfera, variaremos sus controles fundamentales de la temperatura. Se estima que la utilizaci¨®n de combustibles f¨®siles y la destrucci¨®n de bosques -que dicho sea de paso, tambi¨¦n constituyen un combustible- ha provocado ya, en el breve espacio de tiempo de cincuenta a?os, un aumento de m¨¢s del 10% del anhidrido carb¨®nico de la atm¨®sfera. Se desconocen las consecuencias que pueden tener los nuevos aumentos previstos, pero la experiencia cient¨ªfica predice un importante incremento de la temperatura de la superficie de la Tierra. Otras fuentes de energ¨ªa tienen tambi¨¦n importantes repercusiones clim¨¢ticas. La creciente utilizaci¨®n de formas renovables de energ¨ªa contenida en el sol, el viento y los mares, requerir¨¢ un nuevo nivel de servicios clim¨¢ticos y presentar¨¢ una nueva serie de exigencias a la ciencia del clima.?
M. S. Swaminathan, cient¨ªfico del Consejo Indio de Investigaciones Agr¨ªcolas (Nueva Delhi), en un estudio, El balance agr¨ªcola y la b¨²squeda de la autosuficiencia alimentaria, bas¨¢ndose en estad¨ªsticas de la FAO (Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n), del Instituto Internacional de Investigaci¨®n de Pol¨ªtica Afimentaria (IFRPRI), y del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, seulaba las¨ªntesis sobre la situaci¨®n alimentaria mundial:
?La producci¨®n mundial de cereales (aproximadamente 1.200 millones de toneladas m¨¦tricas) tiene que aumentar en unos veinticinco millones de toneladas anuales para atender la creciente demanda, ya que la poblaci¨®n aumenta aproximadamente en 75 millones de habitantes cada a?o y una tonelada de cereal alimenta por t¨¦rmino medio a tres personas. No obstante, en 1972 -por primera vez en veinte a?os- la producci¨®n mundial disminuy¨® en t¨¦rminos reales en aproximadamente 33 millones de toneladas, debido a dificultades meteorol¨®gicas. (Desde 1972 la producci¨®n ha fluctuado: aumentd en 1973, disminuy¨® en 1974 y volvi¨® a aumentara partir de 1975.)?
?Se espera que la demanda mundial de alimentos aumente al ritmo de aproximadamente el 2,4% anual hasta 1985, al mismo tiempo que se supone que el crecimiento de la producci¨®n ser¨¢ por t¨¦rmino medio de aproximadamente un 2,5% anual. Sin embargo, el aumento de la demanda previsto en los pa¨ªses en desarrollo es del 3,6%. Estas proyecciones se basan en tendencias del pasado y excluyen malas cosechas importantes y cambios fundamentales de las pol¨ªticas p¨²blicas o de los precios relativos y una mejora cualitativa de la dieta alimenticia.?
Frente a esta realidad, constata la Conferencia Mundial sobre el Clima que despu¨¦s del a?o 2000 el mundo se enfrentar¨¢ con una situaci¨®n diferente en materia de alimentaci¨®n. Habr¨¢ que seguir bonificando nuevas tierras v¨ªrgenes, habr¨¢ que desarrollar nuevas variedades de productos.
Los expertos estiman que en los pr¨®ximos veinte a?os la informaci¨®n y los servicios clim¨¢ticos obtenidos a partir de bases de datos m¨¢s fidedignos sobre el clima del mundo en desarrollo, tendr¨¢n especial importancia para asegurar la productividad agr¨ªcola necesaria. Sostienen tambi¨¦n que hacia el a?o 2000 ser¨¢ necesario determinar de qu¨¦ modo las tierras agr¨ªcolas de todo el mundo y sus climas caracter¨ªsticos puedan utilizarse de manera ¨®ptima para incrementar al m¨¢ximo la producci¨®n mundial de alimentos y fibras, concluyendo que el propio clima ?es un recurso que debe asignarse juiciosamente?.
El clima y la pesca, el clima y la salud, el clima y la silvicultura (?los bosques crean por su estructura propiedades espec¨ªficas clim¨¢ticas, hidrol¨®gicas e higi¨¦nicas?, se sostiene en un amplio informe sobre esta materia), el clima por regiones del mundo son tambi¨¦n algunos de los aspectos, por separado e interrelacionados, que preocupan a esta Conferencia Mundial.
?Hasta hace varios decenios el hombre ten¨ªa del clima la imagen de una fuerza casi inmutable, es decir, ninguna actividad humana pod¨ªa influir sobre el clima o sus variaciones naturales, con la posible excepci¨®n de algunos casos de contaminaci¨®n del aire en los grandes asentamientos humanos. Muy r¨¢pidamente esta imagen se ha modificado. Al aumentar regularmente las poblaciones y establecerse econom¨ªas que requieren gran cantidad de energ¨ªa y nuevas tecnolog¨ªas, se reconoce que el hombre puede no s¨®lo tener influencia importante sobre climas localizados, sino tambi¨¦n sobre las estructuras clim¨¢ticas regionales y mundiales.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.