Presentaci¨®n de la novela "Las tinieblas del dictador", de Haffe Serulle
?La literatura comprometida, la literatura de combate, ha tenido y tiene un importante papel en la transformaci¨®n de los pueblos, y especialmente en aquellos que est¨¢n empe?ados en un proceso inmediato de liberaci¨®n?, ha dicho a EL PA?S Haffe Serulle, escritor y profesor de arte dominicano, cuyo ¨²ltimo libro, Las tinieblas del dictador, fue presentado ayer en el Instituto de Estudios Pol¨ªticos para Africa y Am¨¦rica Latina.Seg¨²n su autor, Las tinieblas del dictador, publicado por la editorial mexicana Casagrande, y de pr¨®xima distribuci¨®n en Espa?a, podr¨ªa ser definida como ?una novela hist¨®rica pol¨ªtica, que intenta abarcar el proceso sufrido no s¨®lo por la Rep¨²blica Dominicana, sino por todos los pa¨ªses actualmente subdesarrollados de Am¨¦rica Latina Y de Africa, y que abarcar¨ªa des¨¢e la colonia hasta la situaci¨®n actual de dominio imperialista?. ?Esta historia -sigue el se?or Haffe Serulle- aparece en la novela ligada a una serie de elementos simb¨®licos que, a mi modo de ver, representan la realidad concreta de nuestros pa¨ªses. Se trata, en mi novela en concreto, de animales como la iguana, el mamut o determinados peces que, de alguna manera, en nuestras ra¨ªces culturales, han estado cargados de leyendas y que han tenido antiguos significados m¨ªticos.?
Preguntado sobre la relaci¨®n entre este ?ensanchamiento de lo real? que ya defini¨® Vargas Llosa como una caracter¨ªstica de la nueva literatura latinoamericana y, en particular, del llamado realismo m¨¢gico, con su propia escritura, Haffe Serulle dijo: ?Lo maravilloso, que efectivamente est¨¢ presente en toda nuestra buena literatura, es un importante componente, desde hace siglos, de los que cuajaron en las particularidades simb¨®licas de nuestra cultura, de los procesos culturales latinoamericanos. Creo que es tarea de todo escritor potenciar esa tradici¨®n.?
El escritor, profesor de Arte y autor de varias novelas y obras de teatro, se autodefine como un escritor comprometido con el proceso de liberaci¨®n de su pueblo y de su continente, pero no ligado a est¨¦tica pol¨ªtica concreta. ?Tengo claro -dice Haffe Serulle- que el escritor no escribe por escribir: se inscribe el escritor comprometido en un proceso liberador concreto, en busca de un mensaje en positivo que determine el futuro de nuestros pueblos.?
?La literatura puede jugar, y juega, un papel muy importante en estos procesos, como puede jugar otros, alienantes. Por ejemplo, las literaturas dirigidas desde la base del imperialismo. En Am¨¦rica Latina, donde es evidente la situaci¨®n de colonizaci¨®n norteamericana, se ha invadido nuestros pa¨ªses de literatura alienante, supuestamente apol¨ªtica y, sin embargo, no se da extensi¨®n a sus propias vanguardias, que podr¨ªan tener importantes papeles en nuestros procesos culturales... En mi caso, la escritura presenta un aspecto vanguardista, pero ¨¦ste no se separa de la preocupaci¨®n, dir¨ªamos pol¨ªtica.?
?Los cambios del lenguaje recorren el proceso del castellano en mi pa¨ªs, hasta esa vieja lengua llevada por los conquistadores, porque los planos temporales -el tiempo salta al pasado y vuelve y recorre los distintos momentos hist¨®ricos- se corresponden con momentos distintos del lenguaje, hasta dar en una definici¨®n cultural que queda abierta, que yo no doy ni puedo dar. La estructura de la prosa, una novela que es un p¨¢rrafo seguido y abrupto, sin puntuaci¨®n, responde, no a un mero ensayo de estilo, sino a la imitaci¨®n del proceso, de la din¨¢mica interna de nuestros pueblos, que no quieren detenerse hasta no encontrar el final del dominio imperialista. Es un ritmo igual, pero vertiginoso y compulsivo, que intenta hacer que el lector se imagine y se meta en esa igualmente vertiginosa inquietud transformadora.?
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