Los socialistas y la reforma del Estado
Candidato del PSOE al Congreso por Madrid
Felipe Gonz¨¢lez, en su reciente aparici¨®n en TVE, se refer¨ªa a la desconfianza que el pueblo siente ante determinados aspectos del proceso democr¨¢tico. Es este un fen¨®meno tan importante, que merece la pena que rios detengamos a reflexionar sobre sus causas: ?Por qu¨¦ el pueblo desconfia?
Uno de los factores que generan desconfianza es, sin duda, la pervivencia del aparato estatal heredado del franquismo. La relaci¨®n entre sistema pol¨ªtico y organizaci¨®n estatal es indudable: de la misma forma que un sistema pol¨ªtico auton¨®mico o federal no es concebible si no se dispone de una Administraci¨®n descentralizada; la coexistencia de un sistema pol¨ªtico-constitucional democr¨¢tico con una Administraci¨®n puesta al servicio de intereses pol¨ªticos y economicos que no son los del pueblo produce toda clase de distorsiones y crea desconfianza.
Los ciudadanos espa?oles contin¨²an contemplando al Estado como algo que no es suyo, casi como un enemigo; a la hora de pagar impuestos, a¨²n hay muchos que tienen la sensaci¨®n de que ese dinero que entregan se les est¨¢ robando. No han llegado a impregnarse de la idea de que el Estado es de todos, y sus recursos materiales y humanos, un instrumento al servicio del bienestar colectivo, y esa idea no podr¨¢ imponerse mientras la realidad del funcionamiento del aparato administrativo la siga desmintiendo, d¨ªa a d¨ªa; mientras dicho aparato continue apareciendo como un gigantesco tinglado burocr¨¢tico alejado de la realidad y donde la ineficacia y la corrupci¨®n en sus estratos superiores constituyen la norma.
La desconfianza en el caso de los propios trabajadores de la Administraci¨®n p¨²blica se convierte en una profunda desmoralizaci¨®n, y utilizo la palabra en el doble sentido: la desmoralizaci¨®n como falta de moral de algunos -los menos- y la desmoralizaci¨®n y frustraci¨®n que sienten la mayor¨ªa de los funcionarios, que no encuentran en su trabajo un verdadero sentido de servicio p¨²blico.
Hoy por hoy, pues, el funcionamiento de la Administraci¨®n resulta ser un factor retardatario, si no reaccionario, en la evoluci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica espa?ola.
?Por qu¨¦ se produce este desfase? ?Por qu¨¦ no se ha hecho a tiempo la necesaria reforma de los aparatos del Estado? ?Por qu¨¦ la televisi¨®n contin¨²a siendo el primer esc¨¢ndalo nacional? ?Por qu¨¦ los Consejos de Administraci¨®n de las empresas p¨²blicas siguen estando copados por los hombres de la dictadura?
A nuestro juicio, el Gobierno de UCD se ha mostrado incapaz de llevar a cabo esta reforma. Y ello se ha debido, sobre todo, a la interpenetraci¨®n existente entre los estratos superiores de la Administraci¨®n p¨²blica y los sectores de decisi¨®n de los grupos de poder econ¨®mico-privados, La Administraci¨®n p¨²blica no se limita a ser el instrumento ejecutor de una pol¨ªtica de lobierno, sino que, siguiendo la inercia de d¨¦cadas, tiende a ponerse al servicio de los grupos econ¨®micos dominantes. Un gobierno como el de UCD, se encuentra atado de pies y manos, por sus compromisos con estos mismos grupos de poder, para realizar las reformas que garanticen la neutralidad de la Administraci¨®n, que es uno de sus principios esenciales.
Pero, adem¨¢s de ser incapaces, hay que decir tambi¨¦n que el Gobiemo, en ning¨²n momento ha tenido una verdadera voluntad de reformar la Administraci¨®n y el resto de los aparatos estatales. En unos casos, porque los hombres de UCD, por sus or¨ªgenes, est¨¢n acostumbrados a un estilo y unas formas de funcionamiento propios de la dictadura, con lo que se sienten c¨®modos; en otros, como sucede con las empriesas p¨²blicas, porque se ha buscado deliberadamente el desprestigio y empobrecimiento del sector p¨²blico, con una pol¨ªtica irresponsable dictada por los mis?nos intereses econ¨®mico-privados que mencion¨¢bamos antes.
El Partido Socialista espues, el ¨²nico capaz de poner en marcha una pol¨ªtica de reforma y modernizaci¨®n de los aparatos del Estado; y el ¨²nico que tiene verdadera voluntad de hacerlo. Y ello por dos razones: en primer lugar, porque los socialistas llegaremos al Gobierno sin otro compromiso que el contra¨ªdo con el pueblo y, por tanto, sin los condicionamientos y ataduras de todo tipo del actual Gobierno de la derecha. Adem¨¢s, estamos dispuestos a hacerlo porque somos conscientes de que nuestro programa de Gobierno s¨®lo es realizable si disponemos de un aparato estatal a punto, en el doble sentido de transparencia en la actuaci¨®n y eficacia en la gesti¨®n, para lo cual es imprescindible la reforma. Algunos dir¨¢n que todos estos principios de inter¨¦s general, eficacia, neutralidad, lucha contra, la corrupci¨®n, pueden ser suscritos por cualquier ideolog¨ªa. Pero cuando se enmarcan en la ideolog¨ªa socialista adquieren un significado real, que contrasta con la costumbre de los que hasta ahora han detentado el poder, que nos tienen acostumbrados a ver en los altos puestos de la Administraci¨®n a conspicuos representantes de intereses privados.
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