Tres a?os esperando
Tres a?os y seis d¨ªas ha tardado la Lockheed en reconocer p¨²blicamente que realiz¨® sobornos en, Espa?a. Desde que el 15 de febrero de 1976 apareciera la primera indicaci¨®n period¨ªstica de que se habr¨ªa pagado a trav¨¦s de un banco suizo m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares a la empresa Avi¨®nica, SA, en concepto de comisi¨®n de dudosa legalidad, han pasado 36 meses. En ese per¨ªodo, la pereza de la empresa norteamericana s¨®lo ha podido ser superada por la de los diferentes Gobiernos espa?oles, que sistem¨¢tica¨ªnente o negaron la existencia de un caso a investigar en todo el asunto Lockheed o se inhibieron de sus responsabilidades para, primero, exigir documentaci¨®n a tiempo sobre el affaire, o, despu¨¦s, llevarlo hasta los tribunales.Hoy, tres a?os despu¨¦s, el asunto Lockheed se encuentra en Espa?a bajo tr¨¢mite del Consejo Supremo de Justicia Militar y, seg¨²n una noticia de Logos del pasado 10 de agosto, la vista se celebrar¨¢ durante el presente a?o judicial, que comenz¨® el pasado 15 de septiembre. En el sumario, abierto en marzo de 1977 por la autoridad judicial militar, se encuentran implicados dos oficiales del Ej¨¦rcito del Aire: el general Luis Rey y el coronel Carlos Grandal, ambos como accionistas de la empresa Avi¨®nica, SA, y como presuntos autores de los delitos comprendidos en el art¨ªculo 198 del C¨®digo Penal (que hace referencia al conflicto de inter¨¦s entre su cargo y el lucro que puede hacerse de ¨¦l) y el art¨ªculo 391 del C¨®digo de Justicia Militar, referido al delito de incumplimiento de los deberes militares.
Seg¨²n estos art¨ªculos, los dos militares hacen frente a una pena m¨¢xima de inhabilitaci¨®n especial y 250.000 pesetas de multa, si se les encuentra culpables del primer delito penal, y de seis a?os de c¨¢rcel por el delito espec¨ªficamente militar. Ambos procesados, a trav¨¦s de sus abogados, han negado la comisi¨®n de ning¨²n delito y ten¨ªan pensado pedir su absoluci¨®n bas¨¢ndose en documentos que, te¨®ricamente, estaban en poder de la empresa norteamericana y que todav¨ªa, en agosto del pasado a?o, no hablan Regado a Espa?a o no se hab¨ªan traducido al espa?ol. En cualquier caso, ambos militares est¨¢n amnistiados a priori de las posibles penas de prisi¨®n, aunque todav¨ªa pueden hacer frente a la sanci¨®n de separaci¨®n permanente de servicio.
Pese a estas diligencias, y teniendo en cuenta la experiencia de otros pa¨ªses al procesar su propia ramificaci¨®n del esc¨¢ndalo, es todavia materia de consideraci¨®n si el caso Lockheed estar¨¢ plenamente cerrado cuando se concluya el proceso abierto contra los dos militares mencionados.
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