Bolivia, centro de producci¨®n y tr¨¢fico de coca¨ªna
Esta, durante tanto tiempo aislada, regi¨®n de Bolivia oriental se puso de moda hace unos veinte a?os por el boom del petr¨®leo. M¨¢s tarde fueron los ranchos de ganado y las plantaciones de algod¨®n. Ahora es la coca¨ªna.
A s¨®lo diez horas de cami¨®n de la regi¨®n de Chapare dotada de conexiones a¨¦reas con el resto del mundo y con pocos agentes de la ley, esta pr¨®spera ciudad constituye un centro de contrabando, un lugar ideal para el tr¨¢fico de coca¨ªna.Bajo las palmeras que bordean sus calles, los llamados viboreros venden, junto, a cigarrillos americanos, whisky escoc¨¦s, radios japonesas y toda clase de contrabando procedente de Panam¨¢, cigarrillos mezclados con coca¨ªna.
Los grupos c¨ªvicos est¨¢n alarmados ante el aumento del consumo de coca¨ªna entre la juventud, que adquiri¨® el h¨¢bito de los turistas. En el caf¨¦ Pascana, situado en una esquina de la calle principal, j¨®venes melenudos, con amplias camisas de batik y adornados con collares de cuentas, proporcionan a esta ciudad tropical un aire de San Francisco.
Pero, aunque masticar hojas de coca es habitual entre los indios del altiplano boliviano, el uso de la coca¨ªna consituye una peque?a fracci¨®n del mercado de drogas, destinadas, en su casi totalidad, a la exportaci¨®n a Estados Unidos, Europa y, en menor grado, a Brasil y Argentina. Para hacer coca¨ªna se secan las hojas de coca y se transforman en una pasta que, posteriormente, se purifica en un laboratorio.
Los esfuerzos de los diferentes Gobiernos de Estados Unidos para controlar la entrada de narc¨®ticos procedentes de Sur¨¢merica identificaron a Bolivia. como al m¨¢s importante productor de la pasta de coca¨ªna que sus fabricantes enviaban a laboratorios de Colombia.
En 1976, el entonces secretario de Estado Henry Kissinger, mantuvo una reuni¨®n con el, a la saz¨®n, presidente de Bolivia, general Hugo Banzer Su¨¢rez, y propuso un esfuerzo, financiado por dos millones de d¨®lares en subsidios del Gobierno americano, a fin de que la polic¨ªa de narc¨®ticos boliviana recibiese mejor entrenamiento y material para combatir el tr¨¢fico.
Tambi¨¦n se propuso un sistema por el que todos los productores de coca estar¨ªan inscritos en listas que incluir¨ªan dos regiones productoras de coca: la de Yungas, cercana a La Paz, que suministra principalmente a los masticadores locales de coca, y la de Chapare, pr¨®xima a Cochabamba, principal fuente de suministro de coca a los laboratorios. Numerosos plantadores quedaron fuera de las listas.
Transformaci¨®n de la coca
Pero, ahora, Bolivia transforma directamente la pasta de coca en coca¨ªna pura, con lo que ¨¦sta puede ser transportada en menores cantidades y, por tanto, mejor ocultada por los turistas americanos, pasajeros de l¨ªneas a¨¦reas y los centenares de avionetas particulares que, volando por encima de la incontrolable selva amaz¨®nica, la transportan a Colombia.La importancia de este nuevo producto de exportaci¨®n boliviano es enorme. El peri¨®dico de La Paz El Diario calcula que las exportaciones de coca¨ªna produjeron 170 millones de d¨®lares el pasado a?o. Algunos banqueros aducen que, probablemente, ser¨ªan doscientos millones, lo que constituye un tercio de las exportaciones legales del pa¨ªs.
Los importantes alijos de coca¨ªna pura transportada por viajeros bolivianos han puesto en guardia a la agencia americana para la represi¨®n de drogas sobre el aumento del contrabando de coca¨ªna boliviana.
El 29 de diciembre, siete s¨²bditos americanos volaron desde Santa Cruz a R¨ªo de Janeiro,. donde un registro revel¨® que transportaban 3,9 libras de coca¨ªna boliviana a bordo del avi¨®n que hab¨ªan alquilado. En otra ocasi¨®n, se descubrieron 88 libras de coca¨ªna pura en el equipaje de una familia boliviana de cinco miembros que llegaban a Par¨ªs a bordo de un avi¨®n de l¨ªnea. Parece ser que volaron desde Santa Cruz a R¨ªo de Janeiro, y de aqu¨ª a Par¨ªs, sin que nadie les hubiese registrado.
En Santa Cruz, una libra de coca¨ªna se vende por unos mil d¨®lares, seg¨²n dicen los agentes especializados en narc¨®ticos del pa¨ªs, por lo que un env¨ªo de cierta importancia requiere una gran inversi¨®n en un mercado en que hay que pagar al contado.
Sin embargo, tambi¨¦n parece que el contrabando se lleva a cabo en menores cantidades.
Julio Rivero, ex coronel de la Fuerza A¨¦rea, actual piloto de aero-taxi, transport¨® -a cinco pasajeros a Puerto Su¨¢rez, situado en la frontera con Brasil.
?Uno de los pasajeros era una se?ora mayor que llevaba una bolsa de compra llena de verduras?, nos dijo Rivero. ?Me extra?¨® que hubiese pagado 1.500 pesos (unos setenta d¨®lares) por el pasaje, pero dijo que alguien de su familia estaba enfermo.? Los vistas de aduanas de Puerto Su¨¢rez descubrieron seis libras de coca¨ªna debajo de las verduras.
La frontera con Brasil, as¨ª c¨®mo la del Paraguay, al Sur, se encuentran completamente abiertas al tr¨¢fico de drogas. Los inmensos trozos de selva est¨¢n jalonados por peque?os r¨ªos que se emplean para que el ganado cruce la frontera. ?Es una de las fronteras m¨¢s abiertas e incontrolables del mundo?, dice un tratante americano de ganado.
Pero para el tr¨¢fico en gran escala, los m¨¢s sospechosos para los agentes de narc¨®ticos son las dos-, cientas avionetas particulares matriculadas en Santa Cruz, los aviones de las l¨ªneas bolivianas y los aviones militares de transporte que vuelan regularmente a Miami y Panam¨¢ con escalas en Colombia.
Los lunes, en el mercado de Calatayud, de Cochabamba, toda una secci¨®n de ¨¦ste se encuentra dedicada a la venta de coca en balas de cincuenta libras, envueltas en hojas de pl¨¢tano. Estas balas, a un precio de cincuenta centavos de d¨®lar por libra de peso, son compradas y transportadas en camiones por centenares de personas.
La "maf¨ªa" de la distribuci¨®n
Los env¨ªos de coca procedentes del mercado y su diversi¨®n hacia laboratorios ilegales est¨¢n controlados por una unidad de narc¨®ticos compuesta por diez hombres y dependiente del departamento de polic¨ªa de Cochabamba.El capit¨¢n Edli Montellano, su jefe, dice que los traficantes clandestinos llegan a ofrecer a un granjero de una cooperativa m¨¢s dinero del que ¨¦ste ganar¨ªa en un a?o.
El Comit¨¦ Pro-Santa Cruz, organismo c¨ªvico que administra los derechos que la compa?¨ªa petrol¨ªfera del Estado abona a la regi¨®n y canaliza los esfuerzos locales por el desarrollo y planificaci¨®n urbanos, plante¨® el problema de la represi¨®n de narc¨®ticos al nuevo jefe de la plantilla de polic¨ªa de Santa Cruz, coronel Ra¨²l Escobar.
Escobar inform¨® al Comit¨¦ de que sus hombres intentaban encarcelar a los traficantes descubiertos, pero que los jueces locales d¨¦jaban en libertad al 70% de los mismos, bas¨¢ndose en que pose¨ªan ?permisos m¨¦dicos?, lo que les permit¨ªa salir inmediatamente de la c¨¢rcel o continuar sus actividades, present¨¢ndose a las autoridades carcelarias una vez a la semana.
Se cree que Santa Cruz constituye un emporio de laboratorios de coca¨ªna y Escobar prometi¨® al Comit¨¦ que intentar¨ªa descubrir por qu¨¦ la ciudad de Montero, situada a unas quince millas al Norte, recibe todas las semanas camiones cargados con bastante coca para abastecer a una poblaci¨®n de 60.000 masticadores, cuando la realidad es que cuenta solamente con 12.000 habitantes y que son pocas las personas que, fuera del altiplano, mastican coca.
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