El puente de la Princesa
Los que tenemos la desgracia de utilizar coche en Madrid y, adem¨¢s, nos vemos obligados a circular varias veces al d¨ªa por el puente de la Princesa, no podemos callar por m¨¢s tiempo nuestras voces y gritamos ?a quien corresponda?... ?basta ya de inhibici¨®n!Y ello, por el abandono en que se encuentra el citado puente, en cuanto a vigilancia, se?alizaci¨®n y ordenaci¨®n del tr¨¢fico por el mismo, puesto que la intensa circulaci¨®n que soporta tiene que ser canalizada por carriles que unas veces son de direcci¨®n a Legazpi y otras hacia Usera. Esto es l¨®gico, si se tiene en cuenta la afluencia de veh¨ªculos en uno u otro sentido, pero su puesta en pr¨¢ctica necesita de una clara se?alizaci¨®n y no dejar a la supuesta capacidad de adivinaci¨®n del conductor su utilizaci¨®n, toda vez que, en la mayor¨ªa de las ocasiones s¨®lo existe como se?al indicativa uno o dos conos de pl¨¢stico, a muy considerable distancia entre s¨ª, lo que produce una evidente situaci¨®n de peligro, am¨¦n del consiguiente entorpecimiento.
Mientras, la Polic¨ªa Municipal del sector ?hace lo que puede?, es decir: contemplar el panorama.
Si esto ya es grave, m¨¢s a¨²n es el caos que cada ma?ana, sobre las siete horas, se produce en el mismo lugar, ya que, sorprendentemente, en un puente que es a todas luces insuficiente para admitir la circulaci¨®n que discurre por el mismo, donde existen, adem¨¢s, se?ales de ?estacionamiento prohibido?, carril reservado al ?bus? y transitado por gran cantidad de camiones, aparcan libremente numerosos veh¨ªculos, tanto de mercanc¨ªas como particulares, creando una colosal retenci¨®n, pues las maniobras de cambio de carril son continuas, si se quiere avanzar un metro, en aquella selva de ruidos y trasiego.
Ante esta situaci¨®n cabe preguntarse: ?d¨®nde est¨¢ la eficacia de la gr¨²a municipal? ?Es que no es bastante grave el entorpecimiento que crean estos privilegiados aparcamientos como para que la Polic¨ªa Municipal act¨²e?
Invitamos desde aqu¨ª a los responsables de Tr¨¢fico a darse una vueltecita por el lugar de los hechos por si, a estas alturas, a¨²n no han advertido que es precisa una actuaci¨®n seria en la zona, antes de que seamos los particulares interesados los que denunciemos tan evidente inhibici¨®n.
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