Los socialistas tratan de obtener un sustancial avance respecto a sus posiciones de 1977
Durante la campa?a electoral, el Partido Socialista ha apretado a fondo el acelerador para lograr su objetivo principal: obtener un sustancial avance respecto a las posiciones conseguidas el 15 de junio de 1977 y acceder al Poder. Si la campa?a socialista del 15-J estaba orientada a contraponer democracia/ dictadura, este a?o el PSOE ha intentado acercarse m¨¢s a la dial¨¦ctica clases populares/intereses de la derecha, tratando de hacer hincapi¨¦ en la incapacidad de UCD para resolver los problemas del pa¨ªs e introduciendo la idea de que se va a una confrontaci¨®n entre izquierda y derecha.La oferta program¨¢tica del PSOE ha quedado simplificada al m¨¢ximo en esl¨®ganes repetidos desde toda clase de medios de difusi¨®n -Un Gobierno firme para vencer el paro, Un Gobierno firme en un pa¨ªs seguro, etc¨¦tera-, mientras los candidatos han procurado personalizar ante el electorado esa imagen de confianza que la propaganda ha procurado inducir. En Galicia, Castilla, La Mancha y Canarias, el PSOE ha realizado una campa?a muy extensa, pueblo a pueblo, mientras los m¨ªtines de Felipe Gonz¨¢lez (m¨¢s de un centenar) no han tratado de movilizar emociones, sino suscitar la reflexi¨®n sobre unos cuantos temas muy sencillos.
La creaci¨®n de una imagen de ?presidenciable? para Felipe Gonz¨¢lez se ha visto acompa?ada de una serie de claves para dar a entender la actuaci¨®n futura de un hipot¨¦tico Gobierno con participaci¨®n socialista. As¨ª, Felipe Gonz¨¢lez ha repetido hasta la saciedad que no deben votar a su partido los impacientes, ?porque todos los problemas no pueden solucionarse en cuatro d¨ªas?. Ha repetido que es necesario ?acabar con la corrupci¨®n de los grandes, pero tambi¨¦n de los peque?os?; acabar con el divorcio Estado-ciudadanos y extender la idea de que ?el Estado somos todos?; exigir que paguen m¨¢s los que m¨¢s tienen, ?pero tambi¨¦n terminar con la evasi¨®n de impuestos?; garantizar a todo trabajador en paro el seguro de desempleo, ?pero no consentir que lo cobren quienes tienen otro trabajo?, y, sobre todo, la insistencia en que despu¨¦s de votar hay que arrimar el hombro, es decir, que el presunto Gobierno de participaci¨®n socialista pedir¨ªa sacrificios a los ciudadanos en el camino ?desde la libertad hacia la igualdad?.
El ambiente que se ha respirado estos d¨ªas en la oficina electoral del PSOE y en el equipo que rodea a Felipe Gonz¨¢lez es de confianza absoluta en las posibilidades de victoria del Partido Socialista en n¨²mero de votos, aunque considera mucho m¨¢s dif¨ªcil vencer en esca?os. Desconfiados ante un posible pucherazo, el PSOE ha preparado un enorme equipo de interventores y apoderados para controlar las votaciones de ma?ana. Por otra parte, el comit¨¦ electoral ha retirado de las calles los carteles de Felipe Gonz¨¢lez cuando ha considerado suficientemente difundida la imagen del l¨ªder, sustituy¨¦ndolos por otros en que el protagonista es el partido, a fin de proyectar sobre el mismo la fuerza de atracci¨®n inicialmente volcada en la imagen del l¨ªder.
El "Gobierno en la sombra"
Una vez hecho el balance de la campa?a electoral, cabe preguntarse con qu¨¦ cuenta el Partido Socialista para la hip¨®tesis de su participaci¨®n en el Gobierno, o para afianzarse como partido de oposici¨®n en caso de que no consiga alcanzar el Poder.
La pieza fundamental en la maquinaria del PSOE est¨¢ constituida por los equipos de t¨¦cnicos que vienen trabajando desde hace algo m¨¢s de un a?o, y que fueron creados por iniciativa de Felipe Gonz¨¢lez para realizar un seguimiento pormenorizado de la actividad gubernamental, as¨ª como para servir de base de apoyo a la labor parlamentaria y controlar el grado de cumplimiento de los pactos de la Moncloa.
Estos equipos constituyen un ?Gobierno en la sombra?, aunque sin figuras pol¨ªticas que encabecen los distintos departamentos, ?porque la idea ha sido m¨¢s la de formar equipos que puedan ocupar los altos cargos de cada ministerio que la proyecci¨®n pol¨ªtica buscada con los gabinetes fantasma de otras democracias?, seg¨²n medios socialistas. Para la hip¨®tesis del Gobierno, el PSOE espera contar tambi¨¦n con la colaboraci¨®n de personal cualificado de la actual Administraci¨®n. Estos datos no deben ocultar, por otra parte, carencias y temores en el PSOE, entre los cuales ocupa un lugar muy importante su escaso dominio de medios de comunicaci¨®n.
Adem¨¢s de las personas, el PSOE tiene preparados una serie de documentos de trabajo. El m¨¢s importante de ellos es el ?programa de Gobierno?, que tiene cerca de quinientos folios, y que fue redactado durante el ¨²ltimo trimestre de 1978. De ese texto -todav¨ªa no editado- existe un resumen, que ha sido presentado como programa electoral del partido, adem¨¢s de versiones m¨¢s reducidas e ilustradas para consumo popular.
Junto al programa de Gobierno, el docume ? nto m¨¢s importante realizado por el PSOE es el seguimiento del pacto de la Moncloa, dossier cuyo contenido ha sido empleado por Felipe Gonz¨¢lez durante la campana electoral en las cuestiones que m¨¢s pueden debilitar a UCD, y que habr¨ªa sido el principal argumento contra el presidente Su¨¢rez si ¨¦ste hubiera aceptado el reto en TVE lanzado por el l¨ªder socialista.
Pertenecen al terreno de la especulaci¨®n los nombres de las personas con mayores posibilidades de participaci¨®n en un Gobierno de mayor¨ªa o de minor¨ªa socialista. Las circunstancias pueden alterar mucho la soluci¨®n final, pero no deben olvidarse, junto a los nombres de Felipe Gonz¨¢lez y Alfonso Guerra, los de Luis G¨®mez Llorente, Miguel Boyer, Gregorio Peces-Barba, Julio Rodr¨ªguez (un economista todav¨ªa poco conocido), Ciriaco de Vicente, Eduardo Mart¨ªn Toval y Manuel Mar¨ªn, como candidatos a altos cargos ministeriales u otros puestos de importancia. Por el contrario, personas que hoy suenan mucho, como Enrique M¨²gica, parecen contar con menosres posibilidades, a tenor de las consultas realizadas a distintas fuentes socialistas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.