Parla: ahora no
LOS TRAGICOS sucesos del domingo en Parla (Madrid) han sido el verdadero comienzo de las elecciones municipales. Dram¨¢tico inicio de una campa?a electoral que puede tener car¨¢cter violento en no pocos municipios. La ira con la que se han manifestado los habitantes de Parla no es casual ni gratuita; hay que tener el valor de admitir que lo que urban¨ªsticamente se ha hecho en zonas de Madrid como la salida hacia Toledo es, sencillamente, monstruoso; literalmente, todo lo contrario de lo que se supone debe ser un habitat, un entorno para vivir en sociedad.Parla puede ser un ejemplo de la cruel especulaci¨®n que se ha hecho en este pa¨ªs con el suelo urbano, con la pol¨ªtica de la vivienda y con la migraci¨®n incontrolada del campo a las grandes ciudades. Grandes extensiones de edificios-dormitorio, de mala calidad, de pobre dise?o, sin los adecuados servicios o con fallos cr¨®nicos tan graves como la falta de agua, tendidos en las lindes de carreteras de circulaci¨®n nacional, meros almacenes de la mano de obra que cada ma?ana nutre a la gran ciudad.
Alg¨²n d¨ªa habr¨¢ que recapitular las responsabilidades de quienes nos han legado este Madrid inh¨®spito y feo cuando, a medio destruir en 1939 y en medio de un p¨¢ramo, su planificaci¨®n no ofrec¨ªa dificultad alguna. Barcelona y sus municipios m¨¢s cercanos, Valencia, Bilbao, principalmente, son, junto a Madrid, las ciudades m¨¢s afectadas por el antiurbanismo que ha presidido su crecimiento en los ¨²ltimos a?os.
Desde la contaminaci¨®n de la periferia bilba¨ªna (con su secuela de muertes) al muchacho muerto el domingo en las afueras de Madrid en la protesta vecinal -muerte que esperamos produzca alg¨²n tipo de investigaci¨®n y exigencia de responsabilidades, y no se eche nuevamente tierra encima de un asunto as¨ª-, hay toda una teor¨ªa de ordenaci¨®n del territorio, de medio ambiente, de urbanismo, de eso que tan claramente se entiende por calidad de vida, que habr¨¢n de solucionar los nuevos ayuntamientos democr¨¢ticos. Una vez aprobada la Constituci¨®n no hay en este pa¨ªs tarea m¨¢s gratificante, de mayor aliento, que esta.
Pero, precisamente ahora, a un mes vista de las primeras elecciones municipales democr¨¢ticas en cuarenta a?os, no es el momento de llevar a la calle con violencia todos los justificados y amplios memoriales de agravios acumulados por los vecinos. En Parla falta agua y una carretera nacional pone en peligro la vida de sus peatones; Parla, adem¨¢s, es un entorno urbano hosco y con muchos puntos de inhabitabilidad; hay muchas Parlas en las cercan¨ªas de las grandes ciudades y aun dentro de ellas. Pero no parece lo m¨¢s inteligente levantar ahora las barricadas que no se levantaron anta?o y cuando m¨¢s raz¨®n hab¨ªa, cuando s¨®lo faltan semanas para elegir libremente a quienes o solucionar¨¢n esos problemas o responder¨¢n pol¨ªticamente de ellos.
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