Estados Unidos refuerza su presencia militar en el golfo P¨¦rsico
En una acci¨®n destinada a mostrar su inter¨¦s en la defensa de las rutas del petr¨®leo y su apoyo a los reg¨ªmenes prooccidentales de Arabia Saudita y Yemen del Norte, el presidente Jimmy Carter orden¨® a varios buques de guerra norteamericanos que se dirijan al golfo P¨¦rsico y al golfo de Aden.El portaaviones Costellation, que lleva a bordo entre ochenta y cien aviones de combate, sali¨® el martes de Filipinas y llegar¨¢ frente a las costas de Yemen a principios de la pr¨®xima semana. Un crucero, un destructor, un petrolero y, posiblemente, uno o dos submarinos acompa?an al portaviones.
Simult¨¢neamente, un destructor y dos fragatas de la VI Flota norteamericana llegaban a Yibuti, en la entrada del mar Rojo, frente a la frontera de los dos Yemen. Adem¨¢s, Washington anunci¨® su intenci¨®n de acelerar los env¨ªos de armas, incluidos aviones de caza F-5, a Yemen del Norte y dio autorizaci¨®n a Arabia Saudita para utilizar material b¨¦lico norteamericano en el conflicto entre los dos Yemen si fuera necesario.
El embajador sovi¨¦tico en Washington, Anatoli Dobrynin, fue convocado por el secretario de Estado, Cyrus Vance, quien le comunic¨® la preocupaci¨®n de Estados Unidos por la ayuda militar sovi¨¦tica a Yemen del Sur y los intereses vitales de Norteam¨¦rica en el ¨¢rea.
Por el momento, y entre informaciones contradictorias sobre el cumplimiento del alto el fuego ordenado por la Liga Arabe, no se ve como probable una internacionalizaci¨®n del conflicto. Los buques de guerra norteamericanos no intervendr¨¢n en Yemen, se asegura aqu¨ª, pero Washington apoyar¨ªa una intervenci¨®n de Arabia Saudita o de otros pa¨ªses ¨¢rabes, como Egipto y Jordania, a favor de Yemen del Norte.
Con estas acciones, y otras que est¨¢n en estudio, el Gobierno norteamericano quiere hacer m¨¢s visible su poder¨ªo militar en Oriente Pr¨®ximo, tras la crisis de Ir¨¢n. La demostraci¨®n de fuerza servir¨¢ tambi¨¦n para dar seguridades a Arabia Saudita y podr¨ªa influir, en opini¨®n de algunos observadores, para que Riad cesase en su oposici¨®n a los acuerdos de Camp David y en el posible tratado de paz entre Israel y Egipto que patrocina Estados Unidos.
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