Justificaci¨®n de Adelpha
Con verdadera sorpresa e indignaci¨®n, leo el art¨ªculo firmado por don Francisco Umbral que publica el peri¨®dico de su digna direcci¨®n, en fecha 22 de febrero de 1979, bajo el ep¨ªgrafe ?La resistible ascensi¨®n del se?or Souto?.En contraste con la objetividad con que EL PA?S ha recogido siempre nuestras notas en defensa del Patrimonio Hist¨®rico-Art¨ªstico Espa?ol, tan visible y sistem¨¢ticamente destruido, el art¨ªculo del se?or Umbral atenta de modo intolerable contra nuestra probada buena imagen p¨²blica, al verter sobre dos cualificados miembros de la junta directiva de Adelpha una incre¨ªble serie de conceptos rayanos en la pura ofensa personal, enteramente gratuitos, de car¨¢cter objetivamente calumnioso y tan carentes de todo sentido como de la m¨¢s elemental educaci¨®n.
La asociaci¨®n Adelpha no necesita clasificar ni financiaciones, ni filiaciones pol¨ªticas, pues al ser por sus estatutos de estricto car¨¢cter cultural y ciudadano, es p¨²blica y notoria su pertenencia a la misma de personas provenientes de toda la gama pol¨ªtica del pa¨ªs que en numerosas provincias se preocupan por nuestro degradado patrimonio, al margen de sus ideolog¨ªas
Ante una asociaci¨®n inscrita legalmente en el correspondiente registro, el se?or Umbral carece de cualquier autoridad moral para juicios tan superficiales y destructivos sobre la misma, sus fines o sus m¨¦todos. Una somera informaci¨®n sobre nuestras actividades -casi siempre p¨²blicas, con notas de prensa, coloquios, mesas redondas, intervenciones en radio y televisi¨®n, et¨¦cetera- pone de manifiesto que, a trav¨¦s de m¨¢s de quinientas intervenciones, Adelpha nunca ha tenido car¨¢cter partidario, sino que siempre ha orientado a la opini¨®n p¨²blica con criterios cient¨ªficos nunca contestados, y sobre casos graves y evidentes de deterioro o destrucci¨®n, que en nuestro pa¨ªs han alcanzado el car¨¢cter de masivos. En todo caso, el problema de la asociaci¨®n ha sido la honradez de enfrentarse con claridad a una agresi¨®n que no tiene comparaci¨®n posible con el estado de conservaci¨®n y protecci¨®n del patrimonio hist¨®rico-art¨ªstico en cualquier pa¨ªs europeo u occidental.
En concreto, la actividad que con tanta simpleza y malicia comenta el se?or Umbral, refiri¨¦ndose a don Jos¨¦ Luis Souto y a do?a Mar¨ªa Rosa Su¨¢rez-Incl¨¢n, abogados, ha consistido en analizar y demostrar que la destrucci¨®n indicada lo ha sido en contradicci¨®n con las leyes vigentes, incluidas sentencias del Tribunal Supremo, cuya no aplicaci¨®n sistem¨¢tica est¨¢ en la ra¨ªz del problema.
Presidente de Adelpha
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.