La obsesi¨®n de Claud¨ªn
Posiblemente sea Claud¨ªn uno de los primeros te¨®ricos del marxismo en nuestro pa¨ªs. Por eso no deja de sorprenderme su manifiesta tendencia a centrar el an¨¢lisis de la mayor¨ªa de sus cr¨ªticas en personas concretas del PCE. Y, en sentido m¨¢s amplio, al dirigir sus censuras, con casi exclusividad, a dicho partido. Por ello he tomado como base parte del t¨ªtulo de su art¨ªculo en EL PAIS del d¨ªa 15, para encabezar mi carta. ?Es o no obsesi¨®n por el PCE lo que tiene el se?or Claud¨ªn? Ejemplos:- Acusa al Partido Comunista de creerse ?aut¨¦ntico? y ?¨²nico? representante de los trabajadores. Ser¨ªa una cr¨ªtica v¨¢lida -sea o no discutible-, si esto no lo hiciese con referencia al PSOE. Como si los socialistas no hablasen continuamente de hegemon¨ªa, de exclusividad en la izquierda. Adem¨¢s, Claud¨ªn se obstina en tomar literalmente lo que en una campa?a electoral se dice, lo que constituye un simplismo may¨²sculo. No, se?or Claud¨ªn; el PCE no se cree el ¨²nico ?marxista aut¨¦ntico?. Lo que es l¨®gico es que intente presentarse como una alternativa m¨¢s atractiva. Eso lo hacen todos. Es el ?juego? de la democracia, ?a qu¨¦ viene, si no, la campa?a electoral?
(Pasa a p¨¢gina 10)
(Viene de p¨¢gina 9)
- ?Por qu¨¦ mezcla en todo esto a los ?te¨®ricos de la III Internacional?? ?Por qu¨¦ habla de pr¨¢ctica socialdem¨®crata en el PCE? ?Qu¨¦ es para usted socialdemocracia? Temo que la ya lejana separaci¨®n suya del PCE le evite tener juicios m¨¢s aproximados a la realidad de este partido. La democracia interna en el PCE, de la que usted tanto se queja, ha sufrido una evoluci¨®n indubitable en este per¨ªodo de legalidad. No es a¨²n total, por supuesto. Pero, ?qu¨¦ partido puede ofrecerla? Es un proceso natural que va consolid¨¢ndose.
(?O acaso el PSOE, que impone a Boyer por Ja¨¦n es dem¨®crata en su interior?)
Todos los partidos van abriendo las puertas, unos m¨¢s lentos, otros menos. No es flor de un d¨ªa.
- Sin llegar a la revuelta anticient¨ªfica de ese otro ?expulsado?, que se dedica a intentar derribar la historia del PCE por cuatro millones del se?or Lara, el inefable ?h¨¦roe? de ?La guerre est finie? se?or Sempr¨²n, la actitud de Claud¨ªn me parece -aun reconociendo los m¨¦ritos que como pensador tiene-, en muchos casos (demasiados), puiamente parcial y muy marcada por los sucesos que le dejaron fuera del PCE hace quince a?os.
S¨®lo as¨ª puede entenderse la descabellada, inconcebible frase con que Claud¨ªn termina su art¨ªculo: ? Pese a los pasos dados por el IX Congreso, la democratizaci¨®n del PCE sigue siendo una cuesti¨®n tan actual y urgente como la democratizaci¨®n de los Ayuntamientos? (!) Porque ni son comparables ni est¨¢n al mismo nivel. ?Qu¨¦ obsesi¨®n la del se?or Claud¨ªn!
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.