Los partidos quieren asimilar la labor de las asociaciones vecinales
Las asociaciones de vecinos de Vizcaya, verdadera punta de lanza en la actuaci¨®n encaminada a resolver los problemas de los barrios de la capital y municipios de la provincia, no atendidos por los propios ayuntamientos, esperan, con expectaci¨®n y no sin cierto temor, la elecci¨®n de los nuevos ayuntamientos y la actitud de los mismos hacia su actividad en el futuro.
La mayor parte de los partidos pol¨ªticos -incluso los que nunca tuvieron hombres trabajando-en el movimiento ciudadano- propugnan en sus programas de cara a las elecciones municipales el deseo de convertir a las asociaciones de vecinos en interlocutores v¨¢lidos y de incorporarlas a los ayuntamientos. Son quiz¨¢ los partidos a la izquierda del PSOE de Euskadi los que parecen m¨¢s interesados en institucionalizar su actuaci¨®n, potenci¨¢ndolas y dot¨¢ndolas de un mayor grado de participaci¨®n activa en las actuaciones del Ayuntamiento e incluso en el control de su gesti¨®n.Temen, sin embargo, las asociaciones de vecinos que fuerzas como UCD, PNV y acaso PSOE -que ser¨¢n mayoritarias en muchos municipios- intenten absorber su actuaci¨®n dentro de los nuevos ayuntamientos, burocratizandola y recortando su car¨¢cter de contestaci¨®n y permanente revulsivo a la inoperancia municipal. Sin embargo, el PNV ya ha hecho saber que la voz de las asociaciones se tendr¨¢ en cuenta en los ayuntamientos, aunque no ha matizado al respecto. El PSOE, por su parte, se muestra partidario de institucionalizar dentro de la ley de R¨¦gimen Local su actuaci¨®n asociada al ayuntamiento.
Sea como fuere, lo que hoy parece claro para la poblaci¨®n de Vizcaya es que las asociaciones de vecinos tienen todav¨ªa un papel importante que jugar, fundamentalmente en lo referente a barrios y municipios anexionados.
En la actualidad existen en Vizcaya m¨¢s de medio centenar de asociaciones de vecinos, aun que s¨®lo algo m¨¢s de una treintena de ellas, integradas en una federaci¨®n, funcionan activamente. La primera asociaci¨®n fundada, la de Gure-Etxea, del barrio de Uribarri, fue legalizada el a?o 1965. Luego adquirir¨ªan el mismo car¨¢cter las de los barrios de Rekaldeberri, Otxar Koaga, Santutxu y un largo n¨²mero de municipios -en su mayor¨ªa de poblaci¨®n obrera-, algunos de ellos anexionados forzosamente a otros m¨¢s importantes.
Derio, uno de los pueblos anexionados en su d¨ªa a Bilbao, es un ejemplo de la labor que una asociaci¨®n de vecinos puede por s¨ª misma llevar a cabo para paliar problemas y ofrecer a los mismos soluciones que el Ayuntamiento al que pertenece no quiere, no sabe o no puede encontrar. As¨ª, la Asociaci¨®n de Vecinos de Derio, nacida hace siete a?os, consentida hasta 1976 y legalizada en 1977, ha logrado recientemente solucionar, sin ayuda, y hasta con el entorpecimiento del Ayuntamiento de Bilbao, dos problemas importantes: zonas verdes y asistencia sanitaria.
Con m¨¢s de 6.000 habitantes -casi un 30 % de ni?os- Derio carec¨ªa hasta los primeros meses de este a?o de una zona verde o parque capaz y amplio para el juego y esparcimiento. La asociaci¨®n de vecinos, ante las reiteradas negativas del Ayuntamiento bilba¨ªno de dotarles de este servicio, decidi¨® tomar ella misma la iniciativa. Tras un a?o de gestiones con la Corporaci¨®n Municipal, aquella le cedi¨® 9.000 metros cuadrados de terreno situado a quinientos metros del centro urbano. Sobre una tierra fangosa y de matorrales la asociaci¨®n ha levantado hoy un parque dotado de ¨¢rboles, bancos, fuentes, juegos para ni?os y servicios higi¨¦nicos.
Para poder llevar a cabo ese trabajo de meses, la asociaci¨®n de vecinos, por su cuenta y llamando a muchas puertas -industriales, entidades de cr¨¦dito y particulares- logr¨® m¨¢s de un mill¨®n y medio de pesetas, que sirvieron para comprar el material. El trabajo duro lo realiz¨® el propio pueblo que, dirigido por aparejadores, carpinteros, alba?iles, pintores y fontaneros ligados a la asociaci¨®n, ocup¨® todas sus horas libres de s¨¢bados, domingos, festivos e incluso vacaciones para llevar a cabo una obra de ?fabricaci¨®n casera ?.
Animada por el logro, la asociaci¨®n de vecinos se atrevi¨® a solucionar por su cuenta otro problema dif¨ªcil: la situaci¨®n sanitaria, desde que un d¨ªa ya lejano -cuando Derio era municipio- se jubilara el m¨¦dico rural del pueblo, abandonando la casa que tradicionalmente ten¨ªa destinada, la asistencia sanitaria se realizaba en la localidad en una porci¨®n de un piso donde dos m¨¦dicos y un practicante ?hac¨ªan lo que pod¨ªan?. ?La sala de espera y la consulta -recuerda Xabier Elorriaga, vecino de la localidad- estaban separadas entre s¨ª por una cortina. El practicante pon¨ªa las inyecciones a la vista del p¨²blico, que como no cab¨ªa en la corta estancia, esperaba en las escaleras o en la calle. Mientras tanto, el chalecito, que antiguamente ocupaba el m¨¦dico rural, se ca¨ªa de viejo.?
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