La embajada de EEUU niega la presi¨®n sobre Espa?a
La embajada de Estados Unidos en Madrid ha manifestado al Ministerio espa?ol de Asuntos Exteriores su malestar por la publicaci¨®n, ayer en EL PAIS, del contenido de la entrevista que el enviado del presidente Carter a Madrid y alto funcionario del Departamento de Estado, se?or Sterner, mantuvo con representantes espa?oles. Por otra parte, el agregado de prensa de la embajada norteamericana en Madrid, se?or Harper, desminti¨®, en nombre del embajador Todman, que Sterner hubiera pedido una declaraci¨®n oficial espa?ola en favor del tratado de paz egipcio-israel¨ª. A pesar de este ment¨ªs, otras fuentes han confirmado las presiones norteamericanas sobre Espa?a.En su declaraci¨®n a EL PAIS, el se?or Harper se?al¨® que en ning¨²n momento el se?or Sterner hab¨ªa intentado entrevistarse con el Rey o con el presidente Su¨¢rez y que no exist¨ªa ninguna gesti¨®n americana en el tema de la frustrada escala del presidente Sadat en Madrid. ?El embajador desmiente todo lo publicado por EL PAIS al respecto, todo es falso?, dijo el se?or Harper.
Asimismo, se supo en relaci¨®n con este tema que el ministro consejero de la embajada norteamericana en Madrid, Arthur Barbour, visit¨® en la ma?ana de ayer al director general de Am¨¦rica del Norte del palacio de Santa Cruz, Juan Dur¨¢n Griga, para explicarle el malestar de su embajada por la publicaci¨®n del contenido de la entrevista de Sterner y para insistir en la idea de que Estados Unidos no quieren presionar sobre Espa?a en este tema.
Lo cierto es que el se?or Barbour, que particip¨® el viernes por la ma?ana en las conversaciones del se?or Stener con los directores generales de Am¨¦rica del Norte y Africa, fue, desde el principio, el m¨¢s duro en la exposici¨®n del punto de vista americano sobre la actitud espa?ola ante el tratado de paz. El fue quien mostr¨® m¨¢s ¨¦nfasis en la idea de que Espa?a deber¨ªa declararse m¨¢s expl¨ªcitamente favorable al tratado. Luego el embajador americano, Terence Todman, ante la publicaci¨®n de la primera entrevista, inici¨® una contraofensiva destinada a dar seguridades a las autoridades espa?olas de que Washington no quiere presionar -Barbour podr¨ªa haberse excedido en sus comentarios personales- y a evitar esta misma impresi¨®n en la opini¨®n p¨²blica hispana (,aqu¨ª se inserta la llamada del se?or Harper). El palacio de Santa Cruz, por su parte, decidi¨® difundir una nueva versi¨®n del viaje de Sterner a trav¨¦s de contactos personales del director de la OID, M¨¢ximo Cajal, con algunos comentaristas de prensa, una vez desechada la idea del ment¨ªs oficial.
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