La selecci¨®n cambi¨® esta vez Bucarest por Craiova
ENVIADO ESPECIAL, Descentralizar el f¨²tbol de selecci¨®n siempre es bueno para conseguir una mayor animaci¨®n popular, y en Rumania tambi¨¦n lo entienden as¨ª. Por eso el equipo nacional espa?ol ?ha debido pasar? esta vez de la capital, Bucarest, y venirse a Craiova, ciudad universitaria e industrial situada a poco m¨¢s de doscientos kil¨®metros al oeste, donde ma?ana se celebrar¨¢ un nuevo partido de los habituales Rumania-Espa?a, correspondiente en esta ocasi¨®n al grupo III de la Eurocopa de Naciones. El vuelo charter, directo desde Madrid a Rumania, hizo escala en Arad, cerca de la frontera h¨²ngara, para pasar la meticulosa aduana de costumbre. El tiempo all¨ª era bueno. En Craiova, sin embargo, una ligera llovizna recibi¨® a la expedici¨®n espa?ola, que se vio sorprendida a su llegada al hotel con una muchedumbre cordial y deseosa de ver de cerca a los seleccionados de Kubala.
El tema de la elecci¨®n de escenario adecuado para los partidos importantes siempre ha sido y ser¨¢ una de las baza fundamentales utilizadas por los equipos que juegan en casa... antes de empezar a hacerlo. El que los rumanos hayan llevado esta vez el encuentro ?a provincias? no tiene nada de particular, pues todos lo hacen. La Federaci¨®n Espa?ola, sin ir m¨¢s lejos, prefiri¨® Valencia a Vigo para recibir precisamente a Rumania el pasado 15 de noviembre, con protestas gallegas abundantes y negativa posterior a acoger el encuentro de Chipre, como compensaci¨®n. El colmo del rid¨ªculo federativo, entonces, fue designar como escenario a Salamanca, que en pleno diciembre, con vuelo de techumbres, lluvia y fr¨ªo incluidos, fue m¨¢s que desagradable. Contra un rival tan endeble como los chipriotas, simplemente con jugar bien hubiera bastado para golearlos, se jugase donde se jugase. Y se gan¨® por 5-0, pero se jug¨® mal. A los rumanos, en el Luis Casanova, con buen tiempo, tambi¨¦n se venci¨®, pero por 1 -0, con ?coronilla? de Asensi... y gracias.Por todo ello s¨®lo se puede hablar de falta de tacto y de previsi¨®n el que la Federaci¨®n Rumana, despu¨¦s de anunciar Bucarest como ciudad sede del encuentro contra Espa?a, lo cambiara hace pocos d¨ªas por Craiova. Reglamentariamente tambi¨¦n fue discutible, pero taTpoco merece la pena buscar posibles ?encerronas?, donde parece dif¨ªcil que existan. Craiova es un importante centro cultural, universitario e industrial, con bastantes menos habitantes que la capital, Bucarest -poco m¨¢s de 200.000 por casi dos millones de ¨¦sta-, pero de un nivel similar en cuanto a gente y clima -¨¦ste, con un fr¨ªo no mayor que el dejado en Madrid-. Ambas ciudades no llegan a los cien metros de altitud sobre el nivel del mar y tienen pr¨¢cticamente la misma latitud geogr¨¢fica. Respecto al terreno de juego, que veremos hoy, Santamar¨ªa, viceseleccionador, que no parece estar muy de acuerdo con Kubala en el plano t¨¦cnico -olvida en su equipo ol¨ªmpico a Arias, convocado, en cambio, por ?su superior?-, lo vio bien en su visita la semana pasada y al menos en eso s¨ª es de esperar que habr¨¢ consenso.
En el apartado de nombres, no hay novedad entre los seleccionados, al margen de Santillana, no recuperado por sus molestias g¨¢stricas y de cabeza, todas ellas consecuencia del choque sufrido con Santom¨¦ en el partido de Copa contra el Celta en Vigo el d¨ªa 21. El resto se encuentran perfectamente.
Kubala dar¨¢ hoy el equipo inicial, y su duda hasta ¨²ltima hora estriba en que quiere incluir a toda costa a Quini, por su gran momento de juego, pero no sabe a qui¨¦n dejar fuera. El dilema de alinear a un hombre como el gijon¨¦s, que dar¨ªa una entidad apreciable al ataque, ser¨ªa al caro precio de perder el miedo y quitar alg¨²n defensa. Desde luego, si uno fuera Kubala, tendr¨ªa valent¨ªa de una vez -que tampoco es tanta- y jugar¨ªa con Arconada; Marcelino o San Jos¨¦, Alesanco, Pelipe, Cundi o San Jos¨¦; Villar, Del Bosque, Quini, Asensi; Dani y Rub¨¦n Cano. Con un equipo as¨ª al menos habr¨ªa posibilidades de reacci¨®n ante los goles rivales, que siempre pueden venir, aunque la defensa sea firme. En caso contrario, el panorama solitario de los dos hombres-punta, por muy bien que se porten, puede ser trist¨ªsimo. Y todo un partido resistiendo la dureza humana habitual y su ataque, puede ser demasiado, si la suerte no acompa?a. Pero precisamente la suerte, como ya qued¨® escrito el d¨ªa de Bratislava, es que Rumania no puede ser el equipo checo, ni por asomo, y menos a¨²n al confirmarse las bajas de hombres importantes como el veterano Dobrin, Iordanescu, el eje, tipo Del Bosque, ambos sancionados -aqu¨ª no se andan con componendas- o el duro lateral Vigu, lesionado. De cualquier forma, Kovacs tiene hombres de parecido nivel para sustituirles y ha llamado a otros veteranos como Dumitru, b¨¢sico en los dos partidos eliminatorios para el Mundial de Argentina; el gigantesco guardameta Raducanu, o el extremo Lucescu para acompa?ar al inevitable centro delantero Georgescu. Con vista, adem¨¢s, ha convocado entre los dieciocho hombres de rigor nada menos que a siete del Universidad de Craiova local. El equipo, no obstante, puede ser el siguiente: Lung; Zanifir, Sam¨¦s, Dinu, Lucuta; Dumitru, Boloni, Romila; Lucescu o Crisan, Camataru o Georgescu y Marcu, si bien Kovacs har¨¢ hoy oficial la alineaci¨®n.
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