Temor a posibles enfrentamientos pol¨ªticos en los nuevos ayuntamientos

El logro de la m¨¢s alta cota de autonom¨ªa administrativa y econ¨®mica parece a priori la mayor preocupaci¨®n de los candidatos vascos a las elecciones municipales, en las que se renovar¨¢n seiscientos ayuntamientos de todo el Pa¨ªs Vasco (156 en Alava, 96 en Vizcaya, 81 en Guip¨²zcoa y 264 en Navarra). Gravitando en la mente de una parte de ellos est¨¢ tambi¨¦n el temor a las tensiones que por v¨ªa de la pol¨ªtica de partidos puedan producirse en cada uno de los miniparlamentos que van a crearse en todos los pueblos de Euskadi.

Para los observadores pol¨ªticos de Euskadi es un hecho cierto que las provincias vascas, con gran tradici¨®n municipalista, van a tener a partir de ma?ana mismo oportunidad de poner en marcha un verdadero proceso de democracia pol¨ªtica desde abajo, que no es desconocida en el pasado por los vascos. Sin embargo, pocos de ellos han hablado -quiz¨¢ por temor a pecar de agoreros- de las dificultades internas que pueden conocer los nuevos ayuntamientos si las tensiones pol¨ªticas -en algunos casos virulentas- existentes en la actualidad en la vida pol¨ªtica del Pa¨ªs Vasco trascienden a las nuevas corporaciones municipales.Los ayuntamientos van a topar con el grave problema de llenar un vac¨ªo municipal que en Euskadi se prolonga casi desde la muerte de Franco. Este vac¨ªo ha venido provocando en la pr¨¢ctica desde hace muchos meses un claro frenado de toda clase de proyectos y actuaciones que pudieran dar lugar a la posterior contestaci¨®n popular con la venida de los nuevos ayuntamientos. Miles de proyectos y obras permanecen congelados desde hace mucho tiempo por el temor de los ayuntamientos -que ve¨ªan m¨¢s o menos cercano el final de su mandato- a endeudarse, a entregar una tesorer¨ªa no saneada a la que en el futuro se pudieran poner peros. En definitiva, los viejos ayuntamientos franquistas, han preferido no actuar por miedo a posibles responsabilidades.

As¨ª, pues, los nuevos ayuntamientos se van a encontrar, adem¨¢s de los problemas cotidianos, con toda una avalancha de asuntos sin solucionar desde hace muchos meses, problemas cuyo arreglo van a exigir ahora los vecinos a las nuevas corporaciones.

Parece evidente, en opini¨®n de los candidatos a las alcald¨ªas de las capitales vascas, que las soluciones a tales problemas no van a poder darse en breve. Una deteriorada, y en algunos casos corrompida pol¨ªtica municipal -consideran-, es dif¨ªcil de resolver en pocos d¨ªas.