Henry Ford negoci¨® con Giscard la posibilidad de montar una factor¨ªa en Francia

Henry Ford II, presidente del segundo fabricante mundial de autom¨®viles, se entrevist¨® en Par¨ªs el pasado martes con el presidente franc¨¦s, Valery Giscard d'Estaing, para tratar sobre la posibilidad de montar una f¨¢brica Ford en Francia.

Se trata del proyecto de planta europea de Ford que en este momento est¨¢ en litigio entre Francia, Austria, Alemania y Espa?a. La decisi¨®n inicial de Ford se encamin¨® por sendas espa?olas, en base a una ampliaci¨®n l¨®gica de Almusafes. Las ofertas de subvenciones sustanciales de austr¨ªacos y franceses han reconducido las posiciones de Ford. El presidente franc¨¦s Giscard considera que la operaci¨®n Ford permite aliviar el problema de la siderurgia del Lorena. La decisi¨®n final de Ford se tomar¨¢ en el transcurso de las pr¨®ximas semanas.La cena celebrada en el El¨ªseo entre el presidente franc¨¦s y el industrial norteamericano ha despertado las inquietudes de los constructores franceses Renault y Peugeot-Citro?n, que temen una fuerte competencia del coloso estadounidense. La preocupaci¨®n se ha dejado sentir incluso en los medios oficiales franceses, a la vista de un informe t¨¦cnico del Ministerio de Industria en el que se enumeran, uno por uno, todos los inconvenientes que acarrear¨ªa la presencia de Ford en Francia, sin tener en cuenta ninguna de sus posibles ventajas.

Ford cuenta ya con filiales europeas de importancia en la Rep¨²blica Federal de Alemania y en Espa?a; ahora estudia su posible ubicaci¨®n en la regi¨®n de Lorraine, situada estrat¨¦gicamente muy cerca de los mercados de Luxemburgo, B¨¦lgica y Suiza.

Si este proyecto se llevara a la realidad, supondr¨ªa la creaci¨®n de unos ocho mil puestos de trabajo en una regi¨®n dedicada a la siderurgia afectada por un riguroso plan de reestructuraci¨®n que ha supuesto perder numerosos empleos.

Los constructores franceses no s¨®lo temen una injerencia de la Ford en Francia, sino la posibilidad de que esta empresa abra una brecha por la que pueda entrar, en su d¨ªa, toda la industria norteamericana. Los fabricantes franceses saben que el capitalismo norteamericano ofrece, con sus grandes inversiones, una tecnolog¨ªa mucho m¨¢s avanzada. En este sentido, por ejemplo, la General Motors tiene previsto invertir unos 7.000 millones de d¨®lares anuales solamente en modificar sus sistemas de producci¨®n, cifra que equivale a la mitad del volumen de negocios de la casa Renault durante el mismo per¨ªodo.

En el informe oficial del Ministerio franc¨¦s de Industria se hace reiterado hincapi¨¦ en esta ?imagen falsa? de ?buena salud? que tiene la industria automovil¨ªstica francesa cuando, en realidad, es f¨¢cilmente vulnerable; sin embargo, la casa Renault tambi¨¦n ejerce una pol¨ªtica expansionista (al igual que las casas americanas) y se dispone a incrementar su presencia en el continente latinoamericano, con la construcci¨®n de filiales en Brasil y en M¨¦xico.