Los "toreros-empresarios" dieron un sainete

La actuaci¨®n de los tres espadas en Carabanchel fue un sainete. Y menos mal, porque pudo ser un drama, sobre todo por el nulo oficio de los diestros. Tuvieron suerte de que los astados de Garc¨ªa Mart¨ªn sacaron poca fuerza y bastante nobleza.El Caba?ero, Seraf¨ªn Pay¨¢ y El Portugu¨¦s han llegado a matadores de toros sin haber rozado apenas el escalaf¨®n de novilleros; no tienen, por tanto, hecho el imprescindible aprendizaje del oficio. Lo extra?o es que los tres espadas eran a la vez empresarios del festejo, y que las reses les han costado una millonada. Total, para no ponerse delante siquiera.

El Caba?ero es un torero veterano, con caisi ocho a?os de alternativa y con su vida resuelta al margen de los toros. Es un caso de afici¨®n el ser empresario de sus propias corridas, pero, por lo visto en Carabanchel, su afici¨®n es vestir el traje de luces, pues se pas¨® la tarde huyendo de sus toros.

Serafin Pay¨¢, al menos, puso voluntad. A su primero le cogi¨® muy bien la distancia y cuando se estuvo quieto corri¨® la mano y logr¨® pases aseados. En el quinto dio unas ver¨®nicas aceptables y en el sexto hizo un quite por gaoneras. Banderille¨® sin lucimiento y no pudo con el bovino.

El Portugu¨¦s, en realidad es de Valencia de Alcantara, ha llegado a la alternativa sin apenas torear con caballos. Se mostr¨® desentrenado y falto de oficio, pero tuvo valor para estar en la cara de sus dos toros; el hombre hizo lo posible por justificarse, algo es algo. V¨ªctor S¨¢nchez reapareci¨® dos a?os despu¨¦s de su grave comada en Las Ventas, e hizo lo m¨¢s torero de la tarde; sobrio y eficaz en la brega, puso un gran par de banderillas al primero, anduvo al toro marchoso en el cite, provoc¨® la arrancada en corto y clav¨® arriba.