La falta de precauci¨®n en el manejo del plutonio, a juicio en Oklahoma
Esta semana se celebra en Oklahoma el juicio sobre la muerte, acaecida en circunstancias sospechosas, de la joven Karen Silkwood, de veinticuatro a?os, t¨¦cnica de laboratorio de la Kerr-McGee Corp., compa?¨ªa productora de combustible para uso en reactores nucleares.Desde 1974 la prensa americana, ecologistas y enemigos de la energ¨ªa nuclear, intentaban corroborar los rumores sobre la deficiencia con que manejaba material tan peligroso como el plutonio la compa?¨ªa Kerr.
Karen Silkwood, despu¨¦s de innumerables intentos de dialogar con los encargados de las instalaciones sobre el peligro latente de contaminaci¨®n para los empleados de la planta, decidi¨® contactar con un periodista del New York Times para entregarle un dossier completo sobre la falta de precauciones esenciales en el manejo de plutonio.
Est¨¢ cient¨ªficamente probado que el contacto con plutonio, incluso en cantidades m¨ªnimas, causa c¨¢ncer. La ingesti¨®n de una dosis m¨ªnima ser¨ªa 20.000 veces m¨¢s letal que el veneno de una cobra.
Karen nunca lleg¨® a entrevistarse con el periodista. Su coche fue hallado en un cuneta, completamente aplastado, y su ocupante, muerta.
La familia de Karen decidi¨® llevar el caso a los tribunales, no solamente por diversos factores sospechosos en el accidente, sino tambi¨¦n para sacar a la luz la falta de precauciones de la industria nuclear, que logra mayores beneficios a costa de poner en peligro la salud y la vida de sus empleados.
Varias cosas llamaron la atenci¨®n de los expertos policiales: la carrocer¨ªa del coche de Karen ten¨ªa marcas recientes que indicaban que hab¨ªa sido forzado hacia la cuneta. El abultado dossier sobre la Kert hab¨ªa desparecido y varios ejecutivos de la compa?¨ªa se personaron en el lugar del accidente en un corto plazo, sin que nunca pudiera aclararse qui¨¦n los avis¨®.
La autopsia del cad¨¢ver de Karen revel¨® que sus pulmones conten¨ªan el doble de plutonio de la cantidad cient¨ªficamente considerada como causante de c¨¢ncer. Un examen posterior llevado a cabo en su apartamento revel¨¦ rastros de plutonio en el cuarto de ba?o, en la cocina e incluso en la comida que conten¨ªa el refrigerador.
El abogado de la compa?¨ªa Kerr alega que Karen ten¨ªa una personalidad inestable, abusaba de los tranquilizantes y que ella misma sac¨® de la planta plutonio para autoenvenenarse.
La familia de Karen, por el contrario, alega el terror de contaminaci¨®n con que Karen viv¨ªa durante los ¨²ltimos meses y su preocupaci¨®n por la desaparici¨®n de la planta de casi veinte kilos de plutonio. Tambi¨¦n va a presentar a varios empleados de la Kerr como testigos de los escapes radiactivos ocurridos en diferentes ocasiones y de un incidente ocurrido una noche en la que empleados de la planta fueron enviados con gran secreto a recoger del cercano r¨ªo Cimarr¨®n los peces muertos a causa de los vertidos de residuos radiactivos.
La industria nuclear est¨¢ pendiente de la sentencia, dada la controversia sobre el manejo de material radiactivo. Si el juez dictamina negligencia por parte de la Kerr, la industria se ver¨ªa forzada a revisiones dr¨¢sticas y muy costosas.
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