Trasplante de sainete
Un sainete criollo trasplantado a Madrid: sufre con el cambio de clima. Algo que probablemente funciona en su origen no acaba de funcionar aqu¨ª: los dichos, las frases, parecen como amontonadas y excesivas para prenderlo en este suelo. Se nota m¨¢s el artificio con la malhadada idea de colocar canciones espa?olas de los a?os cuarenta-cincuenta entre los cuadros, con letras vagamente alusivas; quiz¨¢ para acentuar que el sainete puede ser de aqu¨ª; tal vez para alejar -hacia atr¨¢s- la acci¨®n, como si pudiera haber sucedido hace a?os, pero no ahora. Disuena todo ello con el lenguaje del d¨ªa, con la imitaci¨®n del ?cheli?. Y todo ello, a su vez, disuena con los personajes. Hay dos personajes creados en la obra. Los otros dos les acompa?an en la acci¨®n. Uno es el personaje de la madre, otro es el personaje del novio de la hija.El sainete es esto: una madre viuda y de buen ver, una hija casadera. La hija tiene un novio, est¨¢ embarazada; comienzan a vivir juntos en casa de la madre, luego se van con su hijo. La madre tiene el vac¨ªo sexual y afectivo del marido muerto, luego el de la familia que se le va. La madre encuentra un hombre: un polaco emigrado, pura fuerza bruta, que apenas sabe otro idioma que el suyo; medio man¨ªaco sexual, que termina violando a la hija, casi a la vista del novio y de la madre: casi a la del espectador. No pueden evitarlo: la fuerza bruta les vence. Fingen como si no sucediese nada. Por ah¨ª anda el doble fondo de la obra. Hay un teatro latinoamericano que busca una angustia, un absurdo, unas posiciones l¨ªmites para dar otra dimensi¨®n mayor a personajes aparentemente enredados en una situaci¨®n t¨®pica. Les llega de un cierto boulevard depurado e intelectual de Par¨ªs (Salacrou, por ejemplo), se incrementa con algo del off Broadway y tambi¨¦n con un poco m¨¢s de Par¨ªs del teatro del absurdo. En pocos d¨ªas hemos visto otro par de muestras. Los japoneses no esperan, en este mismo escenario del Infanta, y, con bastante m¨¢s calidad, Extra?o juguete, en la Sala Cadarso; tuvieron, int¨¦rpretes y director de esta ¨²ltima obra, la inteligencia de no traducir la jerga original, y no se rompi¨® su encanto.
Encantada de conocerle,
de Oscar Viale, direcci¨®n de Antonio Corencia. Int¨¦rpretes: Mar¨ªa Asquerino, Loreta Tovar, Alberto Alonso, Arturo L¨®pez.Estreno: Infanta Isabel, 14-IV-79.
El doble fondo de Encantada de conocerle, el apunte de tragicomedia, es esta presencia de la cobard¨ªa ante la fuerza bruta y la reacci¨®n de no verla, de no mirarla: el disimulo llevado a la exageraci¨®n. La calidad psicol¨®gica est¨¢ en el personaje de la madre en su tambi¨¦n doble juego de ausencia-presencia, la invenci¨®n de una realidad ideal con los elementos burdos de una realidad cruda. En segundo t¨¦rmino, en el personaje del novio, chuletilla vencido, gallito de pobre corral. La invenci¨®n t¨¦cnica consiste en una alteraci¨®n de la cronolog¨ªa, pensada con un aliciente, y que en realidad se soporta bien. Sin necesidad de considerarla, fruto de una imaginaci¨®n moderna (La herida del tiempo es de, 1937).
Estos personajes reposan sobre el talento de Mar¨ªa Asquerino y el esfuerzo -y lo que antes se llamaba vis c¨®mica- de Alberto Alonso. Mar¨ªa Asquerino, en unas palabras que pronunci¨® despu¨¦s de la ovaci¨®n final, record¨® que es su primer estreno en seis a?os: no es s¨®lo injusto para ella, sino para el teatro, que una actriz de esta calidad est¨¦ sin trabajar: es uno de los s¨ªntomas de la enfermedad plural del teatro espa?ol. Otro s¨ªntoma es que haya que recurrir a estas obras menores y mal trasplantadas. Supongamos que la responsabilidad del trasplante y los aditamentos espa?olistas son del director, Antonio Corencia; lo dem¨¢s de su direcci¨®n no es tan grave.
Mar¨ªa Asquerino, pues, sustenta la obra: le saca los matices que puede y le da la gracia que tiene. Est¨¢ por encima del papel. La ayuda Alberto Alonso: hacer re¨ªr, sus r¨¦plicas provocan interrupciones de aplausos. Los otros dos no tienen la culpa de tener papeles de servidumbre esc¨¦nica, pero quiz¨¢ podr¨ªan hacerlos mejor.
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