El Atl¨¦tico, mal, sin armaz¨®n ni centro del campo
Penoso encuentro el que protagonizaron el domingo sobre el c¨¦sped del Manzanares Atl¨¦tico de Madrid y Salamanca, y que sin hacer ning¨²n m¨¦rito ganaron los rojiblancos, principales culpables, por aquello de que jugaban en su campo, de que los noventa minutos resultaran sopor¨ªferos. Los salmantinos salieron a hacer un partido m¨¢s l¨®gico con acumulaci¨®n de hombres en la defensa y en el centro del campo y con F¨¦lix y Baez a la espera de poder sorprender a la cobertura rojiblanca en alg¨²n contraataque. Los hombres de Szusza, sin patr¨®n de juego, orden ni concierto, dieron un recital de c¨®mo no se debe jugar al f¨²tbol.La defensa sigue siendo la ¨²nica l¨ªnea que mantiene cierto tono en el conjunto rojiblanco, pese a que ayer hizo alguna pifia y un solo hombre, B¨¢ez, la trajo de cabeza en m¨¢s de una ocasi¨®n. Vaya en su disculpa el que se vieron privados de dos de sus hombres habituales, Arteche y Sierra, que adem¨¢s le hab¨ªan cogido el ritmo al puesto ¨²ltimamente. Por otro lado, en muchas ocasiones el lateral estuvo ocupado por Bermejo, que anduvo un tanto desdibujado y, sobre todo, despistado, dando la sensaci¨®n de que no ten¨ªa muy claro cu¨¢l era su misi¨®n a cumplir. Esto contribuy¨® a que el centro del campo se quedase m¨¢s desasistido y volviera a ser la gran laguna del equipo atl¨¦tico. Los ataques llevaron m¨¢s voluntad que acierto y a medida que pasaba el tiempo eran m¨¢s embarullados.
Hay que volver a insistir en la falta de hombres creadores de juego, que contribuyan de alguna forma a que el equipo consiga en la medida de lo posible algo que se pudiera parecer a un patr¨®n de juego, cosa de la que adolece el Atl¨¦tico en estos momentos y ante el Salamanca dio una clara muestra de ello. Robi evidenci¨® otra vez que est¨¢ en horas bajas, sin fuerza ni imaginaci¨®n. Marcial que si es un gran creador de juego, parece atravesar un bache y, por otro lado, no hay que olvidar el carnet de identidad del asturiano. Marcial demostr¨® en m¨¢s de una ocasi¨®n que no se equivoc¨® el Atl¨¦tico al rescatarlo del Barcelona, pero esto no significa que a estas alturas se piense que va a jugar a tope los noventa minutos. El que el jugador sepa que tiene que permanecer todo el partido en el campo hace que desde un principio se muestre reserv¨®n y no despliegue ni un 30% del juego que lleva dentro. Lo suyo ser¨ªa emplearle s¨®lo un tiempo, que deber¨ªa ser el primero o el segundo seg¨²n la t¨¢ctica y estrategia que ese d¨ªa emplee el preparador, teniendo en cuenta tambi¨¦n las caracter¨ªsticas del rival.
Lo cierto es, que, como ya ocurriera en Valencia, el Atl¨¦tico se rompi¨® por el centro del campo y hace aguas por todas partes, sin que ninguno de sus hombres rinda lo que puede y debe, excepci¨®n hecha de Pereira, que al jugar de l¨ªbero no est¨¢ inmerso en el mal engranaje del conjunto. Tuvo que ser el brasile?o el que cabeceara el gol y como consecuencia de un c¨®rner, ya que canalizar un buen juego de ataque no lo logr¨® el Atl¨¦tico en toda la tarde y Rub¨¦n Cano y Rubio siguen ?perdidos? entre la defensa del rival, mientras que Leivinha est¨¢ completamente desaprovechado y no acaba de apoyar a la delantera ni de ayudar al centro del campo.
M¨¢s cerca que el Atl¨¦tico estuvo el Salamanca de marcar por medio de B¨¢ez, que hizo un gran partido, pese a lo desasistido que estuvo casi siempre. Sin embargo, aprovech¨® muy bien cuantos balones le llegaron, y en el minuto 69, tras una jugada que fue merecedora del gol, Baez, con Aguinaga. ya batido, lanz¨® un disparo que fue a dar en la base del poste izquierdo. Quiz¨¢ hasta entonces hubiera merecido m¨¢s el gol el conjunto salmantino, que al menos contraatac¨® con algo de peligro, aunque en verdad sin demasiada fe ni ambici¨®n.
Quiz¨¢ esas palabrejas del argot futbol¨ªstico que son ?cerocerismo? y si quieren ?centrocuentismo? definieran mejor que otra cosa lo que fue el Atl¨¦tico-Salamanca del domingo, por otra parte fiel reflejo del juego que se ofrece generalmente por los campos de Espa?a, salvo contadas y honrosas excepciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.