En memoria de Batista i Roca

En el n¨²mero 914 de EL PAIS, correspondiente al 12 de abril pr¨®ximo pasado, se publicaba una carta de unos profesores. ingleses en defensa de la memoria del profesor Josep Mar¨ªa Batista? Roca. Tuve el honor de conocerle; uno de los hombres importantes de mi pa¨ªs espa?ol, tal como yo lo siento, y uno de los grandes hombres de mi amada Catalu?a, durante mis a?os de estancia en Londres, all¨¢ en Los comienzos de los a?os sesenta. No fue mucho lo que lo trat¨¦, pero basta para que me adhiera a la repulsa de todos esos profesores ingleses que lo trataron durante un cuarto de siglo, algunos de ellos buenos amigos m¨ªos. No compart¨ªa muchas de sus ideas; en primer lugar, porque no cre¨ªa, y no creo, necesario llevarlas a la pr¨¢ctica para alcanzar sus ideales; en segundo lugar, porque me parec¨ªan, y me parecen, ut¨®picas e irrealistas. Demasiado s¨¦ que un idealista como Batista i Roca puede, a veces, verse envuelto en organizaciones que emplean m¨¦todos que ¨¦l sin duda condena, por una u otra raz¨®n, mi querido amigo don Julio Alvarez del Vayo, tan distinto por otra par te de Batista i Roca, es un buen ejemplo de ello. No obstante, lo que se ha dicho no vacilo en calificarlo como falso. Pero, como ser humano y como ciudadano de este pa¨ªs, pido que se realicen investigaciones exhaustivas para dejar en el lugar que le corresponde el nombre de Batista i Roca o para saber si fue v¨ªctima de quienes lo utilizaron para llevar a cabo actos que ¨¦l conden¨® toda su vida.

Ministro plenipotenciario