Ian Gibson revela detalles de la figura pol¨ªtica de Garc¨ªa Lorca
Nueva versi¨®n de su obra sobre el asesinato del poeta granadino
El libro El asesinato de Garc¨ªa Lorca del historiador brit¨¢nico Ian Gibson, fue presentado ayer en la librer¨ªa Antonio Machado, de Madrid, por Francisco Umbral. La obra es una revisi¨®n completa de La represi¨®n nacionalista en Granada y la muerte de Federico Garc¨ªa Lorca, editado en 1971 por Ruedo Ib¨¦rico, en Par¨ªs, y ganador del premio al mejor libro extranjero, en Niza. La actual edici¨®n ha sido publicada por Grijalbo en su colecci¨®n Cr¨ªtica.
En la actualidad, tan Gibson trabaja en un proyecto de biograf¨ªa del poeta granadino. En 1965 comenz¨® lan Gibson a hacer efectivo su inter¨¦s por la historia de Federico Garc¨ªa Lorca. En esa fecha comenz¨® a escribir su tesis doctoral en Granada. La tesis doctoral no cuaj¨® porque la figura de Lorca result¨® un imperativo intelectual ineludible para el profesor irland¨¦s.Su obra sobre la muerte de Garc¨ªa Lorca ha sido editada en los m¨¢s diversos idiomas y ha sido considerada como un relato magistral sobre uno de los episodios m¨¢s dram¨¢ticos de la guerra civil espa?ola.
Lorca, frentepopulista
lan Gibson considera que la edici¨®n que ha hecho Grijalbo se halla repleta de nuevos datos sobre aquel episodio. ?En primer lugar, ofrezco al p¨²blico los resultados de mis pesquisas sobre la postura pol¨ªtica de Garc¨ªa Lorca durante la Rep¨²blica.? En d¨ªas de Franco, recuerda Gibson, ?era corriente insistir en el apoliticismo del poeta. Nada de eso. Lorca era hombre de izquierdas, en el m¨¢s amplio sentido del concepto. Desde sus primeras publicaciones se mostr¨® declaradamente antifascista, protest¨® p¨²blicamente contra la persecuci¨®ditaliana en Abisinia, contra el r¨¦gimen de Salazar en Portugal, contra los desmanes del dictador brasile?o Getulio Vargas, y fue consciente del grave tetroceso que signific¨® para la democracia espa?ola el bienio negro gilroblista. En v¨ªsperas de las elecciones de febrero de 1936 se manifest¨® como ferviente frentepopulista?.Para Gibson, uno de los hallazgos m¨¢s importantes de su libro ha sido ?el del manifiesto a favor del Frente Popular firmado como primer signatario por Lorca y luego por otros intelectuales. Ese manifiesto se public¨® el 15 de febrero de 1936, es decir, un d¨ªa antes de las elecciones, en Mundo Obrero, y en ¨¦l se termina diciendo: ?No individualmente, sino como representaci¨®n nutrida de la clase intelectual de Espa?a, confirmamos nuestra adhesi¨®n al Frente Popular, por que buscamos que la libertad sea respetada, el nivel de vida ciudadano elevado y la cultura extendida a las m¨¢s diversas capas del pueblo.?
El conjunto de los textos pol¨ªticos firmados por Garc¨ªa Lorca, y desenterrados por Gibson, de muestran que ?tachar de apol¨ªtico al poeta granadino es totalmente injustificado. Desde luego, no ha sido mi intenci¨®n se?alar que fuera militante de partidos, cosa que no fue jam¨¢s?.
En cuanto a la sublevaci¨®n y represi¨®n nacionalistas en Granada, lan Gibson dice aportar nueva documentaci¨®n. ?Imprescindible ha sido mi contacto con quien fue gobernador civil de Granada en los momentos anteriores al alzamiento, C¨¦sar Torres Mart¨ªnez, a quien cre¨ªa muerto. El se?or Torres me permiti¨® grabar sus declaraciones sobre lo ocurrido en el Gobierno civil de Granada y sobre los terribles d¨ªas que Lorca vivi¨® en la c¨¢rcel de la ciudad. El testimonio del se?or Torres es in¨¦dito.?
En el libro de lan Gibson se ofrecen tambi¨¦n nuevos datos ?sobre el funcionamiento de la m¨¢quina de terror establecida por los nacionales en Granada. Publico ¨ªntegra la lista de los fusilamientos llevados a cabo en el cementerio, d¨ªa por d¨ªa, entre 1936 y 1939. Y doy el testimonio de un hombre que fue guarda del cementerio en los primeros meses de la guerra, reproduciendo su espeluznante descripci¨®n de las escenas que ten¨ªan lugar ante las tapias. Tambi¨¦n reproduzco el importante testimonio de Robert Neville, corresponsal de bridge del New York Herald Tribune, a quien le cogi¨® la sublevaci¨®n en Granada. Neville fue testigo ocular de las idas y venidas de los camiones que sub¨ªan cada d¨ªa al cementerio con sus tandas de v¨ªctimas. En el libro no me limito, por tanto, s¨®lo a estudiar el caso de Lorca, sino que trato de situar su muerte dentro del contexto general de lo que pas¨® en Granada?.
? En relaci¨®n con el asesinato del poeta, dice lan Gibson, recojo testimonios de familiares de Garc¨ªa Lorca, de los hermanos Luis y Esperanza Rosales, en cuya casa vivi¨® Lorca, as¨ª como de Ruiz Alonso, el ex diputado de la CEDA que detuvo al poeta y quien, seg¨²n Jos¨¦ Rosales, firm¨® la denuncia que acab¨® con la detenci¨®n del autor de Yerma.?
En su obra, lan Gibson analiza tambi¨¦n la propaganda que losservicios informativos de Franco tejieron alrededor de este importante suceso de la guerra civil.
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