Numerosas cr¨ªt¨ªcas a Tarradellas en la manifiestaci¨®n por el Estatuto de Catalu?a

Unas 300.000 personas -250.000 seg¨²n la Polic¨ªa Municipal; de 300.000 a 400.000 seg¨²n los organizadores- se manifestaron en Barcelona, en la tarde del domingo, v¨ªspera de la festividad de San Jorge, patrono de Catalu?a, en demanda de la inmediata aprobaci¨®n y promulgaci¨®n del Estatuito de Autonom¨ªa de Catalu?a. UCD y el presidente de la Generalidad se hab¨ªan opuesto a la concentraci¨®n, que fue encabezada por todas las fuerzas parlamentarias -desde el diputado de Coalici¨®n Democr¨¢tica Antonio de Senillosa, hasta los comunistas- con la ¨²nica excepci¨®n de UCD. Tambi¨¦n figuraban al frente de la misma los ayuntamientos de las principales ciudades catalanas, entre ellos los alcaldes de las cuatro capitales catalanas.

La manifestaci¨®n fue tan extremadamente pac¨ªfica que daba m¨¢s bien la apariencia de fiesta popular. Tras recorrer, a paso lento, muy lento, algo m¨¢s de un kil¨®metro, los manifestantes se concentraron alrededor del antiguo palacio del Parlamento de Catalu?a, sito en el parque de la Ciudadela y convertido por el franquismo en museo de arte moderno.La cabeza de la manifestaci¨®n, donde el servicio de orden era numeroso, core¨® en catal¨¢n, l¨®gicamente, los esl¨®ganes oficiales de la manifestaci¨®n: Catalu?a quiere ahora el Estatuto. Ahora es el momento, Estatuto y Parlamento. En el n¨²cleo de la manifestaci¨®n los esl¨®ganes eran m¨¢s espont¨¢neos: ?D¨®nde est¨¢?, no se ve la bandera de UCD; Tarradellas, se ve, eres de UCD; Tarradellas venut, volem l'Estatut (Tarradellas, vendido, queremos el Estatuto); Suar-ellas (contracci¨®n de Su¨¢rez y Tarradellas), no volem titellas (Suar-ellas, no queremos t¨ªteres).

Desde el balc¨®n principal del palacio del Parlamento hablaron los parlamentarios Josep Andreu Abell¨® (socialista, presidente de la congelada Asamblea de Parlamentarios de Catalu?a), Antonio Guti¨¦rrez (comunista), Heribert Barrera (de Esquerra), Jordi Pujol (de Convergencia i Uni¨®) y Joan Revent¨®s (socialista). Los temas y los an¨¢lisis fueron realmente unitarios: un Estatuto de Autonom¨ªa acorde con el proyecto ya presentado en el Congreso y sin recortes. En general dominaron los criterios optimistas: ?Esto (la manifestaci¨®n) es el presagio de nuestra pr¨®xima libertad? (Guti¨¦rrez); ? Esta manifestaci¨®n no puede ser menospreciada? (Pujol); ?Hay indicios favorables? (Barrera), y ?La importancia de este abril no es inferior a la del de 1931? (Revent¨®s).

Ninguno de los oradores formul¨® la m¨¢s m¨ªnima alusi¨®n positiva a la Generalidad provisional o a su presidente. Es m¨¢s, cuando la presentadora del acto, una joven actriz, cometi¨® el lapsus de decir: ?Aqu¨ª, delante del palacio de la Generalidad?, son¨® un fuerte abucheo y gran n¨²mero de silbidos, que se trocaron en aplausos y gritos favorables cuando rectific¨® y dijo: ?Aqu¨ª, delante del palacio del Parlamento de Catalu?a?. Lo inefable es que, sin duda alguna, muchos de los manifestantes hab¨ªan participado en su d¨ªa en concentraciones id¨¦nticas en demanda del retorno del actual presidente de la Generalidad.

En improvisada rueda de prensa, los partidos convocantes -y en especial Jordi Pujol- quisieron poner de relieve que ?la manifestaci¨®n ha sido en favor del Estatuto y en contra de nadie (Pujol). Por su parte, Antoni Guti¨¦rrez aludi¨® repetidamente a la tradici¨®n con que cuenta en Catalu?a la manifestaci¨®n pac¨ªfica; Andreu Abell¨®, al car¨¢cter extremadamente pac¨ªfico de la m lsma; Revent¨®s, a la victoria popular de las municipales, y Barrera, al hecho que las manifestaciones y movilizaciones de todo orden deber¨¢n repetirse si el Estatuto no avanza.

La presencia del diputado de Coalici¨®n Democr¨¢tica, Antonio de Senillosa, en las primeras filas de la manifestaci¨®n recibi¨® todo tipo de comentarios faorables. Ello convert¨ªa en m¨¢s rid¨ªcula la ausencia de -UCD y la oposici¨®n declarada -y ayer duramente atacada en un editorial del Tele/Expres- por parte del pres¨ªdente de la Generalidad.

El car¨¢cter popular y cordial de la manifestaci¨®n, la concentraci¨®n y la fiesta que las sigui¨® (hasta medianoche) contrastaban con los fantasmas frentepopulistas y revolucionarios que UCD, y Tarradellas -¨¦ste refiri¨¦ndose al 6 de oct¨²bre de 1934- intentaban resucitar en beneficio propio. Pero era necesaria mucha imaginaci¨®n para atribuir un car¨¢cter revolucionario a la manifestaci¨®n-fiesta del domingo.

En el orden pol¨ªtico, lo m¨¢s destacable es la deliberadora e injustificada automarginaci¨®n de la UCD catalana y de Tarradeflas del proceso auton¨®mico en su vertiente popular y masiva. De no producirse un cambio de actitud en esa organizaci¨®n y en esa persona, no es de esperar que Adolfo Su¨¢rez acceda f¨¢cilmente a la petici¨®n estatutaria.

El se?or Tarradellas dirigi¨® anoche un mensaje al pueblo catal¨¢n, a trav¨¦s de todas las emisoras de radio de Catalu?a, en que afirm¨® que ?mientras yo sea presidente de la Generalidad no se producir¨¢ otro 6 de octubre? (fecha de proclamaci¨®n del Estado catal¨¢n, en 1934). Con voz grave a?adi¨®, en torno a una pregunta sobre el proyecto de Estatuto: ?Estoy seguro de que todos los partidos que forman parte del Consejo Ejecutivo de la Generalidad tendr¨¢n presente la pol¨ªtica de unidad catalana, pero si alguien lo olvidase, yo nolo aceptar¨¦, y no tendr¨¦ ninguna flaqueza ante quienes piensen que debemos desviarnos del camino de unidad que nos hemos trazado.?