La visita de Su¨¢rez a Argel coincide con un momento de crispaci¨®n en el Sahara

En el fondo de las conversaciones de Argel aparece un solo problema: el Sahara. Su¨¢rez ha llegado a Argel en un momento de crispaci¨®n en torno al Sahara, tras las noticias que intentan confirmar un acuerdo saharaui-mauritano v¨ªa Libia - con el apoyo de Francia. Ello ha subido el nivel pol¨ªtico de la visita, y, en especial, sus posibles efectos de cara a las relaciones hispano-marroqu¨ªes. El Sahara constituye, pues, el centro de los debates. Argelia se siente traicionada por Madrid con la firma del acuerdo tripartito de Madrid y del acuerdo pesquero con Marruecos (que lleva impl¨ªcito un reconocimiento de facto, de las aguas saharianas administradas por Marruecos). Argelia quiere implicar p¨²blicamente a Espa?a en favor del Polisario y se declara insatisfecha con la Posici¨®n oficial espa?ola en favor de la autodeterminaci¨®n del pueblo saharaui (y con la decisi¨®n pol¨ªtica de suspender los contratos de ventas de armas a Marruecos desde junio de 1977). Argelia quiere movilidad pol¨ªtica espa?ola en la ONU o en la regi¨®n. Quiere el reconocimiento del Polisario y el cerco completo a Rabat.La parte espa?ola desea, por el contrario, institucionalizar un dif¨ªcil equilibrio: quedarse al margen del conflicto del Sahara y mantener buenas relaciones pol¨ªticas y econ¨®micas con las tres partes directamente implicadas en el conflicto sahariano. Ello es m¨¢s que dif¨ªcil, porque supone pedir a Argel el reconocimiento oficial de la ausencia de responsabil¨ªdades hist¨®rico-jur¨ªdicas de Espa?a en la crisis del Sahara, y todo ello a cambio de nada. Aqu¨ª se exige una movilidad para el restablecimiento de un nuevo clima de confianza, y mucho m¨¢s si en la lista de peticiones hispanas se incluyen temas como la progresi¨®n econ¨®mico-comercial, el p¨²blico reconocimiento argelino de la espa?olidad de Canarias (en lo pol¨ªtico y pesquero) y la retirada del estatuto pol¨ªtico a las organizaciones hispanas que, como el MPAIAC, tienen acogida en este territorio.

El di¨¢logo es, pues, dificil, aunque menos tenso que meses atr¨¢s. De momento, ya ha comenzado y puede continuar durante el d¨ªa de hoy.

Los t¨ªmidos elogios dedicados por la prensa oficial argelina al proceso democr¨¢tico espa?ol y la figura de Adolfo Su¨¢rez no han escamoteado la preocupaci¨®n del r¨¦gimen que dirige Chadli Benjedid por la eventualidad de que la visita no llegue a ser, ni siquiera, la ?ocasi¨®n? de inicar una era nueva en las relaciones hispano-argelinas, a las que se han referido con machaconer¨ªa todos los medios informativos.

La presentaci¨®n de la estancia del jefe del Gobierno espa?ol en la prensa argelina ha rivalizado en discreci¨®n con la acogida brindada por el primer ministro Mohamed Abdelghani, en un claro intento de marcar las distancias que separan a ambas capitales a la hora de abordar el estado actual del conflicto del Sahara occidental.