El hombre del di¨¢logo con el Este

Agostino Casaroli, de 64 a?os de edad, naci¨® en el norte de Italia. A los tres a?os de sacerdocio entr¨® ya en la carrera diplom¨¢tica eclesi¨¢stica. Fue, se dice, un descubrimiento de Juan XXIII, quien le nombr¨® secretario del Consejo de Asuntos P¨²blicos de la Iglesia. Con anterioridad realiz¨® una serie de viajes a los pa¨ªses socialistas para restablecer los contactos interrumpidos entre la Santa Sede y los Gobiernos nacidos despu¨¦s de la ¨²ltima guerra en los pa¨ªses del este europeo.

Ha sido siempre considerado como un h¨¢bil diplom¨¢tico, muy pr¨¢ctico, moderadamente progresista y el hombre del di¨¢logo con los reg¨ªmenes comunistas.

Lo cierto es que con Casaroli, apoyado primero por Juan XXIII y despu¨¦s por Pablo VI, se dio un carpetazo a la pol¨ªtica de aislamiento y de divisi¨®n puramente occidental de la Iglesia llevada por P¨ªo XII.

El trabajo de Casaroli, un hombre muy humano, sencillo, poco autoritario, no siempre fue f¨¢cil. En algunos casos, como por ejemplo en Polonia, tuvo m¨¢s de una vez conflictos con la misma jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica, ya que los obispos polacos no ve¨ªan con demasiado entusiasmo el di¨¢logo y los contactos del Vaticano con el Gobierno polaco.

Otra de las caracter¨ªsticas de monse?or Casaroli, que le hab¨ªan hecho simp¨¢tico en los ambientes pol¨ªticos de la izquierda italiana, es que ha sido siempre un gran defensor de la no injerencia del Vaticano en la pol¨ªtica italiana.