Sangriento comienzo de la campa?a electoral italiana
A las 9 y 45 minutos de la ma?ana de ayer, hora local, un mes exacto antes de las elecciones generales, un comando de las Brigadas Rojas asalt¨® en pleno centro de Roma, en plaza Nicosia, la sede del comit¨¦ romano de la Democracia Cristiana. La espectacular operaci¨®n caus¨® la muerte de un polic¨ªa mientras otros fueron gravemente heridos. Un sangriento comienzo de la campa?a electoral, que ayer empez¨® oficialmente.
El comando, formado por nueve hombres y tres mujeres, actu¨® ante cientos de personas at¨®nitas. Una parte de los brigadistas entraron en la sede de la Democracia Cristiana, mientras los dem¨¢s vigilaban la entrada del edificio metralleta en mano y colocaban contra la pared a la gente que se acercaba. Dentro de las oficinas fueron maniatadas las once personas que trabajan en el centro, advirti¨¦ndoles que iban a poner unas bombas y que escaparan en cuanto recibieran la orden pertinente. Colocaron cinco bombas de dinamita.Mientras tanto, hab¨ªa sido ya advertida la polic¨ªa, la cual lleg¨® en el momento en que estallaban tres de las bombas. Los terroristas que se hab¨ªan quedado a la puerta y los otros, desde las ventanas, abrieron fuego contra la polic¨ªa, matando a un agente e hiriendo gravemente a los otros dos. Cuando llegaron refuerzos d¨¦ la polic¨ªa apoyados por helic¨®pteros, de los terroristas ya no quedaba ni rastro.
Uno de los pisos del comit¨¦ romano de la Democracia Cristiana qued¨® completamente destruido. Las dos ¨²ltimas bombas no llegaron a estallar. En las paredes el comando dej¨® pintada la conocida estrella de las Brigadas Rojas y escrito, con muchas faltas de ortograf¨ªa, probablemente para despistar, estas palabras. ?Transformaremos el enga?o electoral en guerra de clase?. Hasta ahora todos los atentados realizados en Roma contra la Democracia Cristiana han sido reivindicados por las Brigadas, Rojas.
Este acto terrorista, que ha tenido lugar en la ma?ana en que empez¨® oficialmente la campa?a electoral, ha creado gran conmoci¨®n y rabia no s¨®lo en Roma sino en todo el pa¨ªs. Un reportero del diario La Repubblica, que estaba en la plaza en ese momento, pudo grabar todo: desde el crepitar de las metralletas, hasta el estallido de las bombas, pasando por los gritos de la gente y las primeras declaraciones de los presentes. Una pareja de j¨®venes, debido al susto, se echaron a llorar y pudieron s¨®lo gritar: ?Nos quieren robar la democracia?.
Terror¨ªfica escena
Dos estudiantes de la Universidad que estaban en ese momento aparcando el coche en la plaza de Nicosia describieron la acci¨®n del comando con estas palabras: ?Diez minutos de infierno. Sentimos, primero, varios disparos de pistola, despu¨¦s las metralletas y, finalmente, las explosiones de las bombas. La gente empez¨® a correr en todas direcciones mientras en las casas cercanas se cerraban de golpe las ventanas y las puertas de las tiendas. En pocos minutos la plaza era un espect¨¢culo terror¨ªfico, con gritos, heridos y el silbido de las sirenas.?
A los teletipos de las agencias empezaron a llover declaraciones de los principales l¨ªderes pol¨ªticos con expresiones de solidaridad hacia las v¨ªctimas y con la Democracia Cristiana. En el lugar del atentado se presentaron inmediatamente los principales exponentes del partido y del Gobierno.
Uno de los primeros que llegaron, cuando el cad¨¢ver del agente estaba a¨²n en el suelo, fue el alcalde comunista Giulio Carlo Argan, que tuvo palabras muy duras contra ?un terrorismo que intenta lanzar al pa¨ªs a una guerra civil?. Palabras casi id¨¦nticas utilizaron los secretarios de los partidos, pol¨ªticos y principales exponentes del Gobierno, de los sindicatos y de las organizaciones sociales. Se puede decir que desde el presidente de la Rep¨²blica, Alessandro Pertini, hasta las feministas, han condenado sin medias palabras esta acci¨®n particularmente grave por la fecha en que se ha realizado y por el descaro con que ha sido llevada a cabo.
Manifestaci¨®n y huelga nacional
El secretario general de la Democracia Cristiana, Zaccagnini, afirm¨® en los primeros servicios radiof¨®nicos que ?el terrorismo intenta golpear en su partido a uno de los baluartes de la democracia italiana? y a?adi¨® que ?la DC, rechazando cualquier intimidaci¨®n, acentuar¨¢ su testimonio de partido popular decidido a garantizar a todos las condiciones de una democracia libre y de un desarrollo pac¨ªfico de la vida civil?.
La Democracia Cristiana suspendi¨® todos los comicios que deb¨ªan haberse celebrado ayer en Roma y convoc¨® una manifestaci¨®n ciudadana en la plaza del atentado. Al acto, junto a militantes democristianos, asistieron tambi¨¦n muchos miembros de otros partidos y muchos ciudadanos, sobre todo del barrio del atentado. Durante todo el d¨ªa fueron reforzadas las medidas de seguridad y vigilancia en todos los centros oficiales de la capital.
Las tres centrales sindicales m¨¢s importantes del pa¨ªs: CISL, CGIL y UIL proclamaron una hora de huelga nacional para expresar, en nombre de todos los trabajadores, ?la m¨¢s firme condena por el nuevo atentado contra la sede del comit¨¦ romano de la DC?.
Los secretarios generales de los tres gremios sindicales hablaron en Roma durante una manifestaci¨®n general de todas las fuerzas democr¨¢ticas celebrada en la famosa plaza de San Giovanni, donde se celebran las m¨¢s importantes manifestaciones de las fuerzas comunistas. Con relaci¨®n al atentado, el Partido Comunista italiano difundi¨® ayer un comunicado en el que, entre otras cosas, afirma: ?Quieren crear el caos, pero frente a los renovados y sangrientos ataques de los adversarios jurados de nuestra democracia es m¨¢s que nunca indispensable la unidad, la vigilancia, la clara respuesta de las fuerzas del trabajo y de las fuerzas populares.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.