Preocupaci¨®n en Washington tras la victoria "tory"

La cautela con que reaccion¨® la Administraci¨®n Carter a la victoria de la se?ora Thatcher en las elecciones brit¨¢nicas, y la rapidez con que se anunciaron los prop¨®sitos de Washington de ?colaborar estrechamente? con el nuevo Gobierno de Londres, no pueden ocultar las tensiones latentes y los distintos puntos de vista sobre aspectos de la pol¨ªtica internacional.Evidentemente, el candidato de la Administraci¨®n Carter no era Margaret Thatcher, pero Washington parece adaptarse a las cireunstancias y ya anunci¨® el viernes que el secretario de Estado, Cvrus Vance, se entrevistar¨¢ lo antes posible con el ministro brit¨¢nico de Asuntos Exteriores.

Mientras que Jimmy Carter y el derrotado premier laborista, James Callaghan, manten¨ªan puntos de vista pr¨¢cticamente comunes sobre los grandes temas de pol¨ªtica exterior, incluida Africa, la se?ora Thatcher discrepa claramente en dos aspectos fundamentales que podr¨ªan desembocar en un enrarecimiento de las relaciones entre Washington y Londres.

En primer lugar, el tema de Rodesia. Tras las elecciones celebradas en este pa¨ªs, los sectores m¨¢s conservadores del partido tory claman por el fin de las sanciones econ¨®micas contra la ex colonia y el reconocimiento pleno de Salisbury. En Norteam¨¦rica la Administraci¨®n Carter se viene resistiendo a presiones en el mismo sentido de los sectores conservadores del Congreso. Si Gran Breta?a cambia de pol¨ªtica bajo la direcci¨®n de la se?ora Thatcher, Carter se quedar¨¢ solo en su pol¨ªtica africaria.

Pero, adem¨¢s, est¨¢ el tema de las SALT Il, conversaciones sobre li mitaci¨®n de armas estrat¨¦gicas entre Estados Unidos y la Uni¨®n Sovietica. Mientras que James Callaghan apoyaba la firma de un segundo tratado SALT, su sucesora ha venido criticando la existencia de estas negociaciones como un olvido de Europa y de la amenaza Sovi¨¦tica para los aliados de Norteam¨¦rica. El hecho de que los misiles rusos de alcance medio, como el SS-20, que ser¨ªan l¨®gicamente los disparados contra Inglaterra en caso de guerra, no est¨¦n incluidos en el acuerdo SALT provoc¨® cr¨ªticas de la candidata Margaret Thatcher.