S¨ªntomas preocupantes

COMIENZAN A materializarse las sospechas de que la actividad gubernamental trata de conducir a este pa¨ªs a una situaci¨®n regida por una l¨®gica y unos valores dif¨ªcilmente compatibles, los que son usuales en un sistema democr¨¢tico. V¨¦anse algunos ejemplos:Por boca del ministro de Relaciones con las Cortes, que hasta ahora parece haberlas, m¨¢s bien, entorpecido, nos hemos enterado que es el poder ejecutivo quien decide c¨®mo y cu¨¢ndo el legislativo puede formularle preguntas sobre su actuaci¨®n e interpelar a los ministros acerca de cuestiones como el plan energ¨¦tico, el orden p¨²blico o el paro.

Los nuevos responsables del Ministerio de Cultura inauguran sus tareas propiciando una querella criminal contra dos semanarios por las cr¨ªticas dirigidas al magistrado que envi¨® de vacaciones a Lerdo de Tejada; el propio juez, casi el mismo d¨ªa, ped¨ªa su traslado, precisamente por los medios de opini¨®n inculpados. Pero nos encontramos con que el departamento de la Administraci¨®n que, al menos en teor¨ªa, deber¨ªa fomentar y amparar la libertad de expresi¨®n, cuyos l¨ªmites han de ser ampl¨ªsimos para todo lo que sea la cr¨ªtica de quienes ejercen el poder y realizan funciones p¨²blicas, se convierte as¨ª en una especie de acusador privado de escritores y periodistas. Parece que el departamento en cuesti¨®n no se satisface con las pr¨¢cticas censorias en TVE y pugna por extenderlas. Nos parecer¨ªa razonable que el juez supuestamente injuriado se querellara, que lo haga el Ministerio de Cultura en su nombre resulta incomprensible.

Pero, casi al mismo tiempo, el nuevo ministro del Interior acusa al anterior r¨¦gimen de haber contribuido al deterioro de la situaci¨®n en el Pa¨ªs Vasco. Y no por la represi¨®n generalizada de que fue objeto la poblaci¨®n de aquel territorio, o por la pol¨ªtica centralista que asfixi¨® la expresi¨®n de su identidad. La verdadera responsabilidad del franquismo fue, si creemos al se?or Ib¨¢?ez Freire, autorizar las ikastolas, esto es, los centros de ense?anza donde se imparte la educaci¨®n general b¨¢sica en euskera. As¨ª declar¨® al diario Abc: ?Yo bram¨¦ cuando se erigieron las ikastolas, porque sab¨ªa que iban a crear en la juventud vasca una mentalidad antiespa?ola, de pa¨ªs ocupado y oprimido... Las ikastolas fueron un error pol¨ªtico, del anterior r¨¦gimen, por cierto, y ahora lo pagamos muy caro.? Esa interpretaci¨®n es mucho m¨¢s que una pintoresca excursi¨®n por la historia. Ahora resulta que el ministro del Interior se pronuncia en contra de las ikastolas, despu¨¦s de que el Gobierno al que pertenece ha anuncia do un plan para establecer oficialmente el biling¨¹ismo en el Pa¨ªs Vasco y apoyar financieramente la ense?anza del euskera.

Declaraciones como las del se?or Ib¨¢?ez Freire no hacen sino echar le?a al fuego de los recelos de los dirigentes y electores del PNV y abonar el terreno para el independentismo radical de Herri Batasuna. La cartera que le ha sido confiada tiene evidentes responsabilidades hist¨®ricas -y no precisamente ling¨¹¨ªsticas- en el deterioro del Pa¨ªs Vasco y una misi¨®n dif¨ªcil y delicada que cumplir para devolver la paz a ese territorio. La renuncia del Gobierno al proyecto de restablecer con car¨¢cter provisional el Estatuto de 1936 ha sido una decisi¨®n comprensible y, desde muchos puntos de vista, elogiable: tanto por los problemas t¨¦cnico-jur¨ªdicos que planteaba ese paso como por la sospecha de que se trataba de una maniobra dilatoria para meter en el dique seco el proyecto de nuevo Estatuto aprobado en Guernica. Se afirma en medios oficiales, sin embargo, que existe el prop¨®sito de adoptar con urgencia medidas lo suficientemente amplias y espectaculares como para que sirvan de prenda de la firme resoluci¨®n de acelerar el establecimiento de aut¨¦nticas instituciones de autogobierno.

Esta es una buena noticia, pero el se?or Ib¨¢?ez Freire debe ofrecer una explicaci¨®n sobre sus palabras acerca de las ikastolas que resulte satisfactoria para los parlamentarios vascos, si se quiere dar credibilidad a la acci¨®n del Gobierno en Euskadi. De otro modo va a resultar dif¨ªcil emprender una negociaci¨®n con el PNV, que implicar¨¢ cambios sustanciales en la distribuci¨®n del poder, cuando la responsabilidad del orden p¨²blico, una de las materias que mayores dificultades ofrecer¨¢ para el acuerdo, se halle en manos de un ministro del Interior que se expresa de forma tan adversa a prop¨®sito de las instituciones educativas que ense?an en euskera, ¨²nica garant¨ªa de que el biling¨¹ismo, una de las reivindicaciones centrales del PNV, se establezca de verdad en el Pa¨ªs Vasco. Cuando menos se puede decir que en su primera aparici¨®n en p¨²blico el se?or Ib¨¢?ez Freire lo ¨²nico que ha hecho es pon¨¦rselo dif¨ªcil al presidente.