Debates te¨®ricos sobre el dise?o y la comunicaci¨®n visual
El Primer Encuentro Internacional de Dise?o, celebrado en el Museo Espa?ol de Arte Contempor¨¢neo, se clausur¨® ayer con la presentaci¨®n de una ponencia de Jacques Mullender, director del Centro de Creaci¨®n Industrial del Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou, de Par¨ªs, y una mesa redonda donde participaron Francisco Echauz, vicedecano de la facultad de Bellas Artes de Madrid, el dise?ador Pedro Garc¨ªa Ramos y el arquitecto Miguel Dur¨¢n L¨®riga.
Durante cuatro sesiones, que registraron escasa asistencia, con una media diaria de unas cincuenta personas, especialistas espa?oles y extranjeros intentaron provocar un debate sobre los distintos campos del dise?o industrial, gr¨¢fico y cultural, la identidad de una profesi¨®n y la incidencia en la comunicaci¨®n visual. Las ponencias recogieron aspectos de estrategia y t¨¢ctica, metodolog¨ªas, promoci¨®n y pol¨ªtica industrial, relaci¨®n ciudad-ciudadano, dise?o nacional e independencia tecnol¨®gica. En mesas redondas y coloquios p¨²blicos se puso de relieve la falta de atenci¨®n hacia el mundo del dise?o como fen¨®meno cultural, social y econ¨®mico.Jacques Mullender plante¨® en su ponencia el tema del dise?o nacional, la independencia tecnol¨®gica y la identidad cultural. Entiende que el campo de actividad del dise?o comprende el urbanismo, la arquitectura y el paisaje, concepci¨®n de m¨¢quinas y objetos, la arquitectura interior, el equipamiento de espacios colectivos y la comunicaci¨®n sensorial, pero, sobre todo, la comunicaci¨®n visual a trav¨¦s de carteles, ilustraciones y se?ales. ?En el arte puro -declar¨® a EL PAIS- el artista es totalmente libre. El dise?ador no tiene la misma libertad, le imponen la necesidad de tener un producto comercializable o para el dise?o p¨²blico. Es importante que la potencia p¨²blica o industrial, al lanzar un nuevo producto, interrogue al consumidor y tenga una preocupaci¨®n social, ya que al hablar de dise?o se suele identificar con productos sofisticados y elitistas. Es una exigencia del dise?o que se dirija al mayor n¨²mero de personas.?
El dise?ador gr¨¢fico Alberto Coraz¨®n se refiri¨® a la falta de definici¨®n del dise?o y de sus profesionales, que oscilan entre el comportamiento paranoide (?el dise?ador es la estrella?) y el comportamiento esquizoide, p¨¦rdida de identidad ante las realidades operativas posibles. Se?al¨® que no existe identidad entre los procesos de dise?o y los procesos de realidad. ?Los profesionales reivindicamos que se nos deje dise?ar bien, siendo terribles los condicionamientos de la demanda de nuestro trabajo.? A trav¨¦s de diapositivas de dos calles madrile?as expuso la relaci¨®n entre la ciudad y el ciudadano, con objeto de demostrar que el acto de dise?ar es decisivo para el uso de la realidad. Sobre los documentos gr¨¢ficos se analizaron los centros de est¨ªmulos, la informaci¨®n visual y el amueblamiento urbano.
Gui Bonsiepe, dise?ador industrial, expuso la relaci¨®n entre dise?o y la metodolog¨ªa, con especial dedicaci¨®n al movimiento tecnol¨®gico que se ha definido como ?dise?o alternativo?, que en sus distintas connotaciones hace referencia a los productos alternativos, el enfoque antiurbano, la producci¨®n descentralizadora, una actitud frente al consumo y que reduzca las desigualdades econ¨®micas. Como experiencia t¨¦cnica explic¨® los dise?os que realiz¨® en el ¨²ltimo Mundial de F¨²tbol.
Jordi Monta?¨¢, director t¨¦cnico de la Fundaci¨®n Barcelona Centro de Dise?o, destac¨® el papel del dise?o industrial en el campo de la innovaci¨®n tecnol¨®gica, para se?alar en la situaci¨®n espa?ola el nivel de subdesarrollo en el dise?o industrial, la dependencia tecnol¨®gica exterior y la falta de apoyo de la Administraci¨®n. Otros dise?adores, como Juan Ignacio Macua, Pedro Garc¨ªa Ramos y Pedro Moreno, cuestionaron la profesi¨®n y la postura ¨¦tica en relaci¨®n con el consumo y la calidad de vida. La postura m¨¢s cr¨ªtica estuvo a cargo del soci¨®logo Esteban Medina, destacando el car¨¢cter autoritario del dise?o a la hora de elegir, que queda reducido a pura ideolog¨ªa, a un sistema de signos que enmascara la realidad. ? El discurso del dise?o, con soporte industrial, no tiene posibilidad de contestaci¨®n. El problema del dise?o no pasa por el mercado ni por los centros de dise?o. El objeto acaba ocultando la supuesta utilidad, y s¨®lo queda la forma externa, la marca de la casa. Pienso que se est¨¢ haciendo una ritualizaci¨®n de los objetos y por eso soy esc¨¦ptico.?
Los profesionales espa?oles consideraron positivo este primer encuentro de dise?o de cara a la proyecci¨®n p¨²blica de su trabajo, que tiene en general una imagen de desconocimiento, con un aprendizaje desde hace unos a?os en las escuelas de artes y oficios, en proyecto su inclusi¨®n en los estudios universitarios y la reciente creaci¨®n de un colegio profesional.
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