Los planes de los barrios ser¨¢n estudiados con las asociaciones
Dos socialistas tienen, desde hace unos d¨ªas, la responsabilidad de todo lo que suceda en la Delegaci¨®n de Obras y Servicios Urbanos del Ayuntamiento de Madrid. A uno de ellos, Javier Angelina, le corresponde la responsabilidad pol¨ªtica, el decidir por qu¨¦ camino ha de marchar la Delegaci¨®n. Al otro, Juan Claudio de Ram¨®n, la de ejecutar t¨¦cnicamente las directrices pol¨ªticas que le marque el concejal responsable de la Delegaci¨®n que, a su vez, han emanado del pleno municipal. El primero de ellos es un sevillano de 36 a?os abogado de profesi¨®n. El segundo, un madrile?o de veintiocho, ingeniero de Caminos y economista. Los dos, solteros. Pol¨ªticamente, Javier Angelina milita en el Partido Socialista Obrero Espa?ol desde el mes de mayo de 1972, con una trayectoria anterior de colaboraci¨®n. Juan Claudio de Ram¨®n no ingres¨® en el partido hasta el a?o 1977, aunque su colaboraci¨®n con el mismo se remonta a a?os atr¨¢s. Con los dos dialog¨® Carlos Bellver.
EL PA?S. ?C¨®mo se definir¨ªan pol¨ªticamente los dos nuevos responsables de la Delegaci¨®n de Obras y Servicios Urbanos?
Javier Angelina. Por principio, soy un socialista democr¨¢tico y, m¨¢s que marxista, me gusta definirme como un materialista hist¨®rico, ya que no me gusta calificarme con el nombre de otra persona, sino m¨¢s bien con el de una teor¨ªa filos¨®fica.
Juan Claudio de Ram¨®n. Creo que soy un socialista con rigor pol¨ªtico y econ¨®mico.
EL PA?S. ?C¨®mo han visto esta Delegaci¨®n, a los pocos d¨ªas de llegar a ella?
J. C. de R. Puede que ¨¦sta sea la Delegaci¨®n que m¨¢s tradici¨®n tiene dentro del Ayuntamiento, pero, desde luego, es la que menos adecuada est¨¢ a las necesidades que tiene que cumplir, tanto en su plantilla de personal como en sus medios materiales. En un principio, en esta Delegaci¨®n se daban cita todas las competencias de infraestructura de la ciudad. Pero, poco a poco, se han desgajado funciones en favor de otras delegaciones de nueva creaci¨®n.
J. A. Esto nos ha llevado, tambi¨¦n, a que el espacio f¨ªsico de la Delegaci¨®n sufra un desfase de envejecimiento. Precisamente por ello, uno de los puntos fundamentales de nuestra pol¨ªtica va a ser la reivindicaci¨®n funcional de la Delegaci¨®n, para darle un sentido coherente.
EL PA?S. ?Creen que ¨¦sta ha sido la Delegaci¨®n de la gran infraestructura, sobre todo en tiempos de Miguel Angel Garc¨ªa Lomas como alcalde?
J. A. No, precisamente. Puede que a esta Delegaci¨®n se la pudiera calificar por los tiempos de Juan de Arespacochaga en la alcald¨ªa y su Plan de Barriadas. La inversi¨®n de 5.000 millones en el mejoramiento de los barrios, que para darse cuenta de su precaria situaci¨®n no hace falta ser un lince, parec¨ªa potenciar esta Delegaci¨®n y convertirla en el centro de la ejecutoria municipal. Pero eso no era m¨¢s que una fachada. No es posible que la inversi¨®n de una serie de millones en los barrios, conseguidos a trav¨¦s de un presupuesto extraordinario, potencie una delegaci¨®n. No es m¨¢s que una estrella fugaz.
EL PA?S. El tema de la inversi¨®n nos lleva, necesariamente, al del presupuesto y la disponibilidad econ¨®mica de la Delegaci¨®n.
J. C. de R. Un alcalde de Barcelona, Ruis y Taulet, dijo, cuando lleg¨® a la alcald¨ªa: ?Haz lo que debas, aunque debas lo que hagas.? Ese puede que sea nuestro problema, la falta de recursos econ¨®micos. El presupuesto ordinario del Ayuntamiento est¨¢, desde siempre, consumido a priori por las obras de absoluta urgencia. Esto no nos permite planificar ni realizar con una cierta visi¨®n de futuro. Creo que, aparte de lo que es absolutamente urgente de realizar, el resto de las cosas que tenemos que hacer lo han de ser a base de presupuestos extraordinarios.
J. A. Yo a?adir¨ªa que no creo que sea malo que el Ayuntamiento de Madrid deba dinero. Lo que s¨ª es malo en s¨ª mismo es que lo deba de una forma incontrolada. Hay que lograr, desde luego, una racionalizaci¨®n del gasto que genera.
EL PA?S. El presupuesto heredado del a?o pasado, ?permite alg¨²n tipo de actuaci¨®n?
J. A. El problema es que, con el presupuesto actual, no tenemos unos criterios claros del dinero que podemos gastar.
EL PA?S. ?Es un problema del presupuesto o de la falta de recursos?
J. C. de R. La falta de recursos de la Administraci¨®n local es clara. Pero, adem¨¢s, los presupuestos se han hecho en esta casa, desde siempre, de la forma m¨¢s tradicional, computando un c¨¢lculo de gastos que, a priori, no tienen por qu¨¦ tener un destino fijo, sino que van en funci¨®n de cada circunstancia concreta. lo que permite toda clase de trasvases. No hay funcionalidad del presupuesto. Esa funcionalidad podr¨ªa haberse dado en los presupuestos extraordinarios del Ayuntamiento. Pero tampoco.
EL PA?S. ?Por qu¨¦ los presupuestos municipales han carecido de esa funcionalidad?
J. A. Es evidente que los distintos alcaldes que han pasado por este Ayuntamiento han vivido la urgencia diaria de los temas, sin que hayan tenido tiempo de pararse a realizar una aut¨¦ntica planificaci¨®n. Era la eterna teor¨ªa de tapar huecos, la teor¨ªa del parche. Con esa hip¨®tesis previa, no se puede planificar bien, hay que improvisar eternamente. Por eso tenemos que parar esa urgencia del tema de cada d¨ªa, y tenemos que adelantarnos a que las necesidades urgentes se presenten ante nosotros.
EL PA?S. ?En qu¨¦ forma?.
J. A. Para el nuevo Ayuntamiento, las juntas municipales de distrito tienen una importancia capital y ha de ser a trav¨¦s de ellas por donde se ha de entrar en estudios conjuntos con las asociaciones de vecinos, conocedoras exactas de los problemas concretos de cada zona. Con ello, hemos de jerarquizar, bajo la idea de la necesidad, los problemas que se presenten, para atender prioritariamente a los barrios, a los que, hasta ahora, no se les ha hecho ni caso, y que son, precisamente, los que tienen menos dotaci¨®n.
EL PA?S. ?Se va a entrar, de alguna forma, en la investigaci¨®n de la posible corrupci¨®n de tiempos pasados dentro de la Delegaci¨®n?
J. C. de R. Si, en un momento determinado, surge alg¨²n tema que sea susceptible de investigaci¨®n, ¨¦sta no ser¨¢ soslayada. Pero lo que es evidente es que no se puede entablar una gran investigaci¨®n para poner en tela de juicio la actuaci¨®n, durante los ¨²ltimos a?os, de unos funcionarios que, nos consta, han sido profesionalmente muy eficaces. Sin embargo, lo que s¨ª se va a articular, a partir de ahora, son unos sistemas de control de la gesti¨®n que puedan evitar que, en el futuro, puedan darse situaciones de irregularidad.
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