Angel Mar¨ªa de Lera: "La felicidad y el para¨ªso s¨®lo existen aqu¨ª y ahora"
?El hombre persigue la felicidad desde antiguo, posiblemente porque crea que es un estado permanente, cuando en realidad es una situaci¨®n subjetiva, cambiante, fugaz y que quiz¨¢ por eso mismo es felicidad.? Angel Mar¨ªa de Lera, cuyo libro El hombre que volvi¨® del para¨ªso se present¨® ayer en Madrid, no cree que la felicidad y el para¨ªso se encuentren fuera de uno mismo. ?Esta novela?, afirma, ?es hist¨®rica. La hice porque ten¨ªa precisi¨®n de liberarme de este tema del para¨ªso, que me preocupaba?. En el acto intervinieron, adem¨¢s del autor, el profesor Antonio Tovar y el editor Jos¨¦ Manuel Lara.
Pregunta. ?Usted le dice a la gente que no hay m¨¢s para¨ªso que el de aqu¨ª y ahora?Respuesta. S¨ª, porque no hay m¨¢s para¨ªso que este. El se?uelo de la espera del para¨ªso es muy viejo y est¨¢ concebido para que la gente no se preocupe de las cosas de ac¨¢ y se deje traer y llevar, embaucar con las promesas de un para¨ªso supuesto que nadie es capaz de explicar. Si nos atuvi¨¦ramos a pensar que el para¨ªso est¨¢ aqu¨ª, podr¨ªamos hacer un mundo mejor y m¨¢s agradable. Pensemos, por ejemplo, en el para¨ªso religioso, con unos se?ores tocando el la¨²d y cantando el aleluya. ?Eso toda la eternidad? ?No hay quien lo aguante!
P. Esta novela, seg¨²n su propia definici¨®n, se sale de su tem¨¢tica habitual y plantea el problema de la felicidad humana. ?C¨®mo la concibe?
R. Mi protagonista piensa que una felicidad permanente e invariable ser¨ªa, un espantoso aburrimiento. Y lo deduce despu¨¦s de que, tras un accidente de carretera, entra en estado de coma, es violentamente arrebatado y penetra en un mundo en cuya puerta se lee la palabra para¨ªso. All¨ª no existen preocupaciones, ni existe la vejez y est¨¢ todo previsto, pero esa falta de azar y de libertad para elegir el propio destino le resulta insoportable. Y llega a la conclusi¨®n de que la felicidad va con el hombre y piensa que si ¨¦l renunciara a las felicidades supuestas de los para¨ªsos y pensara que el para¨ªso puede estar aqu¨ª, llegar¨ªa seguro a la felicidad y a gozar de un para¨ªso limitado, finito, que es el de la vida humana. Pasado el estado de coma, mi protagonista vuelve y, por consejo de los m¨¦dicos, cuenta lo que ha vivido, so?ado o presentido.
P. El hombre que volvi¨® del para¨ªso supone un cierto cambio con respecto al resto de su producci¨®n.
R. Sobre todo con respecto a la ¨²ltima, la tetralog¨ªa de la guerra y la posguerra. El estilo siempre evoluciona, y aunque esta novela es aleg¨®rica, se hace de una forma realista, con seres humanos con todas sus consecuencias, en un mundo palpable y palpitante.
P. ?Es m¨¢s f¨¢cil escribir sobre personajes reales, como cuando lo hizo sobre los anarquistas, o tratar protagonistas de ficci¨®n?
R. Para un novelista es m¨¢s f¨¢cil la ficci¨®n, aunque todos los personajes tienen algo de seres reales, pues en esta novela los habitantes del para¨ªso son seres profundamente humanos. En las novelas testimoniales, sin embargo, el novelista ha de embridar su fantas¨ªa y atenerse a constantes hist¨®ricas y ambientales. Por eso en las otras el creador es mucho m¨¢s libre.
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